Carlos Martínez García
¿Quiénes son los moonies?

En días pasados el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, mencionó que detrás de la noticia publicada en The Washington Times, que lo señalaba como permisivo con el narcotráfico durante su gestión como gobernador de Sinaloa, estaba un grupo religioso con especial presencia en Chiapas. Desconocemos qué tan amplia sea la población moonie en ese estado, pero sí sabemos que su guía espiritual, el coreano Sun Myung Moon, es todo un claro ejemplo de mesianismo en la sociedad mundial contemporánea.

La crisis de credibilidad que aqueja al gobierno mexicano es tan aguda que una noticia acusatoria publicada en un diario estadunidense de tercera tiene sonadas repercusiones en Bucareli, y ogliga a la Secretaría de Relaciones Exteriores a dar explicaciones a la prensa internacional. Pero este artículo busca proveer información acerca de los moonies para que los lectores conozcan algo de la agrupación religiosa que reconoce a su fundador como encarnación de Dios en este fin de milenio.

Sun Myung nació el 6 de enero de 1920. Estudio en una escuela donde se enseñaba el confucianismo; sus padres se convirtieron al presbiterianismo, y en esta ala del calvinismo Moon llegó pronto a impartir clases de Biblia en la Escuela Dominical. Según información de la Asociación del Santo Espíritu para la Unificación del Cristianismo Mundial --nombre oficial del grupo fundado y presidido por Moon--, el futuro misionero tuvo una experiencia extática en 1935 que cambió radicalmente su vida. Mientras oraba en una montaña de Corea, supuestamente Jesucristo se le apareció y le pidió que completara su obra. Dice que en esa ocasión Jesús le encomendó la tarea de establecer el Reino de Dios en la tierra para traer paz a la humanidad.

Para cumplir mejor tan singular mandato, Moon se dedicó a estudiar la Biblia y muchas otras obras de contenido religioso que le ayudaran a ``revelar los misterios de la vida y la historia humanas''. Así se lee en una condensada biografía del autoproclamado reverendo que circula en Internet. Tan intenso como su sentido mesiánico fue creciendo a la par su anticomunismo y su facilidad para hacer jugosos negocios, que le dieron los medios financieros necesarios para subvencionar el inmenso aparato que hoy es la Iglesia de la Unificación, nombre abreviado de la organización. Como otros líderes religiosos que mantienen férreos lazos de control sobre sus feligreses, Moon les exige lo que él no practica. Por ejemplo, mientras a sus seguidores les lanza lindas palabras sobre la fidelidad matrimonial y la importancia de unirse a su pareja de manera correcta, que impulsa a través de bodas masivas, él se ha casado cinco veces y algunas de esas uniones se realizaron mientras legalmente seguía matrimoniado con otra persona. Su quinta y última esposa, Hak Ja Han (``la nueva Era'' de acuerdo con la mitología moonie) encarna junto con él la pareja que da origen a la nueva humanidad. Esta y muchas otras excentricidades son creídas a pie juntillas por sus disciplinados seguidores en todo el mundo.

Aunque en la sincrética teología de Moon, Corea es una especie de Jerusalén, el reverendo decidió hacer caso a las reglas de la mercadotecnia y en 1971 se trasladó a Estados Unidos. Ahí se hizo de la amistad de prominentes políticos y empresarios y puso especial énfasis en adquirir y fundar empresas de comunicación; en 1982 inició la publicación más conocida de su cadena periodística: The Washington Times. Entre sus amigos destacan personajes conocidos por sus tendencias y prácticas antidemocráticas: Richard Nixon, Ronald Reagan (a quien ayudó en el financiamiento de los contras nicaragüenses), Anastasio Somoza, Alfredo Stroessner, Augusto Pinochet, militares centroamericanos, y la pléyade de generales que con saña inaudita instrumentaron la guerra sucia que ejecutó a miles de ciudadanos en Argentina.

La manera de administrar sus negocios terrenales, que financian las actividades de la Iglesia de la Unificación para ``extender el Reino de Dios'', le llevó a prisión en 1982, acusado de evadir impuestos por una corte de Nueva York. Entre sus empresas se cuentan hoteles, agencias de viajes, líneas aéreas, tráfico de armas, editoriales, etcétera. Mientras esta parte mundana sigue bajo investigación judicial o académica, la otra parte, la del mensaje religioso/espiritual, la analizan sociólogos de la religión que tratan de responder por qué la oferta simbólica de bienes de salvación en el discurso moonie logra un buen número de adeptos en oriente y occidente.