Ayudar a desplazados no es injerencia: Cruz Roja Internacional
Angeles Cruz Ť Desde mediados de enero, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dejó de prestar ayuda a la población que vive en la zona de conflicto en Chiapas, lo cual es lamentable porque en el estado hay una ``pobreza estructural'' que en algo podría aliviarse, afirmó Philippe Gaillard, representante en México de la institución.
Dijo que la salida del CICR obedeció a una petición de la Cruz Roja Mexicana, en su interés por atender el planteamiento del presidente Ernesto Zedillo de que los problemas internos serán resueltos por los mexicanos, sin injerencias de personas u organismos extranjeros.
``Es atendible la posición, pero se sobreinterpretó la directriz presidencial'', porque la Cruz Roja Internacional ha estado en Chiapas desde enero de 1994, dijo Gaillard.
Al hablar de injerencia se colocó al CICR en un ``paquete falso'' como parte de la internacionalización del conflicto, apuntó. Ahora se bloquea la ayuda, y con ello se suspenden dos programas de salud que se llevaban a cabo en la zona de Las Cañadas, en San Miguel y San José del Río. El CICR proporcionaba atención médica a 70 comunidades, donde habitan 20 mil personas.
Por los hechos de Acteal del 22 de diciembre pasado, dijo Gaillard, hubo una ``sobreacción'' a nivel interno que empezó a rechazar todo lo que sonara a extranjero. ``La salida del CICR no fue una decisión nuestra, la Cruz Roja Mexicana nos pidió suspender la ayuda'', reiteró.
En entrevista, el representante destacó que la labor del organismo es facilitar el buen camino de la ayuda humanitaria a los desplazados. ``Eso no es injerencia, y menos cuando los estatutos de la Cruz Roja reconocen su ayuda humanitaria''.
Al mismo tiempo aceptó que sí es posible rechazar el apoyo de la Cruz Roja, también se establece en los estatutos, pero ``es lamentable porque hay necesidades más allá de la situación tensa que provocó Acteal. Hay una pobreza estructural en la entidad'', subrayó.
Enseguida destacó que el CICR ya ha probado en otras ocasiones que su trabajo es de utilidad, no sólo con los hechos recientes, sino desde que empezó el conflicto con el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994.
No obstante, explicó que el CICR se mantiene en contacto con el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el coordinador para el diálogo en Chiapas, Emilio Rabasa. Asimismo, mantiene pláticas constantes con la Cruz Roja Mexicana. ``Pienso que esos malentendidos tendrían que solucionarse pronto'', indicó.
Sin duda, mencionó, hay reglas muy claras del juego en situaciones de conflicto, las cuales están contenidas en el Convenio de Ginebra. Ante todo, destacó el respeto a los heridos, a los prisioneros y a la población civil.
Otra de las actividades del CICR en México tienen que ver con las visitas a los detenidos, supuestamente integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Esa labor fue autorizada por el gobierno de México en julio de 1997.
Asimismo, la Cruz Roja Internacional lleva a cabo labores de difusión del derecho internacional humanitario. Con el apoyo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), se ha podido dar pláticas a policías y militares. Gaillard explicó que también se dan cursos de capacitación al personal de la Cruz Roja en México, así como a organizaciones no gubernamentales (ONG).