La Jornada 18 de febrero de 1998

En Francia cuesta más el rescate de un solo banco

Roberto González Amador Ť Para el presidente de los banqueros, el riesgo en que cayó el sistema financiero mexicano por la crisis económica es cosa del pasado: ``La emergencia ya se resolvió''. Ahora, asegura Antonio del Valle Ruiz, el reto es lograr que los bancos crezcan e forma sana, sólida, para que generen utilidades y puedan ser capitalizados.

Como lección de la crisis, Del Valle afirma que el crédito ya no se puede conceder de manera relajada. Los banqueros por un lado, y los empresarios y las personas por el otro, tienen que entender que los préstamos ya no se deben otorgar sin que exista la certeza que será recuperado.

Casi tres años después que la crisis económica estuvo a un paso de derivar en una corrida bancaria, y cuando faltan dos semanas para que ceda la estafeta de la Asociación de Banqueros de México (ABM), Antonio del Valle señala:

``En 1995 la banca mexicana estuvo en riesgo de desaparecer. Si las autoridades y banqueros no hubiéramos tomado las medidas de rescate, se hubiera creado una corrida bancaria''.

Del Valle Ruiz, presidente de la ABM, defiende, en una entrevista con La Jornada, el conjunto de medidas adoptadas por el gobierno y los banqueros para rescatar a las instituciones de crédito. El tema, dice, siempre será punto de debate. Pero, desde su perspectiva, el asunto es claro.

En México, cuando estalló la crisis, gobierno y banqueros actuaron rápido y con responsabilidad, asegura. ``Que quede claro: todos los programas buscaron proteger el ahorro de la población, no a los banqueros. Podemos afirmar, con orgullo, que en México ningún ahorrador perdió su inversión, siempre estuvo el Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro, un fideicomiso del gobierno) atrás para respaldar''.

Desde el estallamiento de la crisis, cuando el gobierno adoptó medidas para capitalizar los bancos, el tema ha sido punto de polémica. Los banqueros insisten en que se protegió al ahorrador, mientras que sectores sociales aseguran que se salvó a los dueños de las instituciones. A lo largo del último año, en que ha ocupado la presidencia de la ABM, Del Valle ha insistido en que los programas públicos tuvieron el fin de salvar el ahorro de la población.

``El debate siempre va a existir. En Chile el rescate bancario costó 30 por ciento del PIB; en Asia seguramente va a ser más. Un solo banco, el Credyt Lyonnaise, cuesta a los contribuyentes franceses más que toda la banca mexicana. Aquí el rescate equivale a 12 por ciento del PIB. Las crisis bancarias vienen, hay que hacerles frente y obviamente cuestan al fisco, pero no para salvar a los banqueros, y eso es lo importante. Es el matiz'', sostiene.

Como si quisiera cerrar el capítulo, Del Valle afirma que en la última crisis económica que ha padecido México a ``los banqueros nos tocó el papel de villanos. Pero no lo fuimos, no somos culpables de la última crisis''.

Defiende la posición de su gremio: ``De los 18 bancos que fueron reprivatizados entre 1991 y 1992, inversionistas extranjeros se han quedado con cuatro, seis más se han desaparecido y, con la reciente fusión de Atlántico con Bital, quedan siete en manos de los inversionistas mexicanos originales''.

Los banqueros mexicanos que permanecen, agrega, han invertido más dinero en la capitalización de las instituciones de lo que pagarán al gobierno por comprarlas. Y, afirma, lo que pagaron en 1992 vale hoy, en términos reales, la mitad.

Pero, dice Del Valle -quien cederá en dos semanas la estafeta de la ABM a Carlos Gómez y Gómez, presidente de Santander Mexicano- ``hemos invertido porque somos empresarios y queremos salvar a las instituciones financieras. Y, segundo, porque tenemos confianza en el país y en que este negocio va a ser bueno y, con el transcurso del tiempo, probablemente recuperemos lo que invertimos''.

Aun con la fuerte presencia de los bancos extranjeros, que controlan 20 por ciento del capital del sistema, Del Valle Ruiz se dice un convencido de que la mayoría de la intermediación financiera en el país debe ser manejada por mexicanos.

Reconoce que las instituciones de capital nacional están lejos de lograr una situación óptima. También señala que los bancos mexicanos no están en condición de competir con los extranjeros.

Por ello, el presidente de los banqueros ve hacia el futuro dos rubros en que la banca mexicana puede lograr altos niveles de competitividad. ``El negocio bancario en el país va a estar orientado básicamente a dos segmentos: primero, la pequeña y mediana empresa que tiene dificultades para acceder a créditos en el exterior y, segundo, los créditos al consumo de las personas, como las tarjetas, para compra de bienes de consumo duradero, hipotecas, etcétera. En esas dos áreas veo el crecimiento de la banca''.

Durante el último año que Del Valle estuvo como presidente de la ABM se enfrentó, en declaraciones, al actual jefe de gobierno de la capital, Cuauhtémoc Cárdenas, con quien ofreció debatir sobre el sistema privado de pensiones y luego no lo hizo. También negó haber tenido encuentros con los dirigentes de organismos de deudores y, recientemente, afirmó que el neoliberalismo era ``un mito inventado por los comunistas y socialistas''.

Cuando lo recuerda en la entrevista no deja de sonreir y prefiere no entrar en detalles. ``Siempre digo lo que pienso. Lo dije y lo sigo creyendo'', comenta.