La Jornada miércoles 18 de febrero de 1998

Adolfo Gilly
El caso del helicóptero blanco

¿Quién mandó un gran helicóptero blanco a aterrizar en La Realidad en plena zona de conflicto, en medio de una población indígena ya bajo el terror de los vuelos rasantes, los patrullajes cotidianos de tanquetas, vehículos anfibios y blindados con torretas artilladas, la presión de las armas apuntadas de los soldados y las amenazas del gobierno? ¿Quién, después de Acteal, se atrevió a esa impía acción provocadora?

Vamos por partes, como en cualquier investigación bien planeada.

En primer lugar, están los personajes que no pueden negar su responsabilidad en este hecho, y que más bien la asumen.

El primero es el vicepresidente de Noticias de Televisión Azteca, Sergio Sarmiento, responsable por lo tanto de los informativos de esa empresa y de lo que sucede en el programa Hechos. Lolita de la Vega, la señora Dolores como la llaman los indígenas de La Realidad en su denuncia, obedece órdenes de ese mando. Si por azar lo hubiera hecho por su cuenta, ya la habrían desautorizado. La asumieron en cambio con gozo y festejos. No interesa pues al caso.

El segundo es el gobernador sustituto-sustituto de Chiapas, Roberto Albores, que prestó, dicen, el helicóptero a la señora Dolores.

El tercero es el mando militar de Guadalupe Tepeyac, que autorizó el vuelo desde ese cuartel hasta La Realidad, en una zona donde cualquier vuelo está bajo control militar estricto.

¿Terminan aquí las responsabilidades de ese hecho inaudito que puso a la frágil paz al borde de un quiebre irremediable?

No lo sabemos, y aquí vienen las preguntas del investigador.

Primera: ¿sabía Ricardo Salinas Pliego, propietario de Tv Azteca, que su subordinado Sarmiento había autorizado la incursión del helicóptero blanco de la señora Dolores sobre La Realidad? ¿O no lo sabía y todo fue iniciativa de Sergio Sarmiento?

Segunda: ¿sabía el secretario de Gobernación que su subordinado, el presunto gobernador Albores, había prestado un helicóptero para esa aventura a la señora Dolores? ¿O no lo sabía y también fue iniciativa de Albores en complicidad con uno o dos de los anteriores?

Tercera: ¿Sabía el secretario de la Defensa que su subordinado, el jefe del destacamento de Guadalupe Tepeyac, había autorizado ese vuelo? ¿O no lo sabía y fue iniciativa de éste en acuerdo con uno, dos o tres de los anteriores?

Cuarta y última: ¿sabía el doctor Ernesto Zedillo que todos los anteriores, o algunos de ellos, habían acordado y autorizado el aterrizaje del gran helicóptero blanco en medio del pequeño, amenazado e indefenso poblado de La Realidad? ¿O no lo sabía?

Pues si lo sabía, nada que decir: fue su responsabilidad, su orden y su política.

Pero si no lo sabía, ¿quién, después de Acteal, le aterrizó al Presidente de la República un gran helicóptero blanco en el mero corazón del conflicto chiapaneco?