La Jornada 21 de febrero de 1998

``Es un honor compartir el premio con Sergio Ramírez"

César Güemes/ II y última En su casa en el bosque hay otra casa, sobre un árbol, donde parte de Caracol beach, una de las dos novelas ganadoras del Premio Internacional Alfaguara de Novela 1998, fue escrita por Eliseo Alberto. Así concluimos la plática con el narrador cubano.

--Parece, Eliseo, que en Caracol beach sucede lo que en otros de sus libros, hay personajes de muy distintos orígenes.

--Eso es porque así sucede en América, que estamos tan mezclados, sobre todo en Cuba. Por eso aparece un cubano, un puertorriqueño, dos estadunidenses, una mexicana, un armenio, un guatemalteco, una colonia de haitianos blancos. Es un arroz con mango tremendo. Pero sin duda la novela representa a Cuba.

--¿Cómo fue el proceso de escritura?, ¿cuánto tiempo le llevó?, ¿cuál fue el plan de la obra?

--Una de las líneas de la novela nace hace muchos años en un taller de guiones con García Márquez, mi maestro y amigo. Aquí en México hice un argumento para cine que es un embrión lejano de esa vertiente de la novela. Es una historia que tenía en el cajón de la memoria. Por eso la novela está dedicada a García Márquez, a mis amigos que me cuentan historias y a mis alumnos que me las creen, porque esto tiene mucho que ver con mi experiencia como profesor. Luego, había escrito un libro sobre Cuba, Informe contra mí mismo, político, pesado desde el punto de vista de las confesiones, un libro amargo, duro y amoroso. Y me propuse, después de ese exorcismo, terminar cuanto antes una novela. Cuando uno publica una obra la más reciente es la nueva, como sucede con los hijos. Entonces, me obligué a sentarme a escribir una novela para que me restableciera como escritor, no como político, que no lo soy. Ese es el origen. Me surgieron muchos cuentos que tenían que ver con el mundo del Caribe. Es una novela muy distinta a las otras, es muy violenta y al mismo tiempo es un canto al pacifismo. Todos los personajes son absolutamente inocentes y viven una tragedia. La novela está resuelta como una tragedia clásica. Todo sucede en una noche en ese balneario donde nunca pasa nada, donde pudiera vivir Julio Iglesias.

El jurado, de primer orden

--¿Qué lo llevó a participar en el certamen, además del secreto deseo de ganarlo?

--Ya tenía una versión primera de la novela cuando salió la convocatoria de Alfaguara. Los premios sirven para muchas cosas, pero si para algo bueno funcionan es que te ponen una fecha. Uno se organiza para llegar a esa meta. Si no se tiene, lo más que pasa es que se dice a sí mismo: mañana termino, pasado la retomo, y pasan cinco años y no crece. Para el caso la novela ya estaba escrita cuando aparece la convocatoria, pero sí necesitaba mucha labor de carpintería. Eso me estimuló. Claro, sin muchas esperanzas, porque es un premio competitivo, además con un jurado muy exigente. Desde luego que tenía la ilusión de que fuera leída o recomendada. Por eso salió la idea de mandarla.

--¿Cuál es su opinión de que el premio se haya duplicado, y no dividido que parecería más al uso?

--Para mí es un honor que Sergio Ramírez también ganara el mismo premio, lo respeto como novelista, como hombre de la política. Y en Alfaguara encontraron una solución salomónica, de la cual yo estoy muy agradecido, y me imagino que Sergio estará lo mismo. Claro que para la editorial significa el doble de gasto, pudieron haberlo dividido a la mitad y también estaría muy contento. Pero fueron muy generosos al encontrar esa solución. Pienso que eso tendrá mucho que ver con el jurado, que es de escritores de primer orden.

--¿Los conoce, son amigos?

--No. El único al que he tratado es a Juan Cruz, mi editor en España. Pero personalmente no había hablado, por ejemplo, con Carlos Fuentes, sino hasta la mañana que se comunicó conmigo para decirme lo del premio. Llamó Sealtiel y enseguida me pasó a Fuentes quien me leyó el acta. Me echó algunas flores y algunas porras. Yo estaba dormido, eran como las ocho de la mañana. No sabía si era un sueño. Estaba en el entendido de que ya se daban los premios pero no tenía ningún signo.

--¿Participó con seudónimo o con su nombre?

--Lo hice con mi nombre, porque las bases lo permitían, eso primero. Y segundo, porque era muy difícil no hacerlo así; yo también soy un personaje de la novela, era muy claro que era yo quien la había escrito. Además de que hay muchas citas de mi padre, muchas referencias a él. No tenía caso escudarse en un seudónimo.

--Aquí en su hogar hay una casa en un árbol. Quisiera pensar que parte de la novela fue escrita ahí. ¿Lo fue?

--En parte, casi toda la novela fue hecha en esta casa, que es de mi esposa. Algo influyó el bosque, la soledad, el frío y el silencio por las noches que mete miedo. Creo que ese silencio de alguna manera se respirará en la novela, pese a que ocurra en un balneario y esto es un bosque. Algo habrá.