Armando Cisneros Sosa
Ley de participación ciudadana, ¿para qué?

En las próximas semanas será reformada la Ley de Participación Ciudadana del DF. La Asamblea Legislativa ha comenzado a discutir los cambios que habrán de hacerse a esa ley que, sin duda, tendrá efectos para las formas de organización social de la ciudad y los procesos políticos y urbanísticos que en ella se producen. Algunas propuestas que pueden hacerse son:

1. La representación vecinal es independiente del sistema político y de los partidos. Por supuesto que depende del sistema político para cuestiones de gobierno, justicia y representatividad política, pero no exclusivamente. La vida vecinal es mucho más rica y compleja que el sistema político; por tanto, la representación vecinal no necesita formarse con la representatividad de los partidos políticos. Se requiere una nueva representación vecinal, independiente de las preferencias políticas personales, tanto en el nivel de manzana como en el de colonia, delegación y entidad.

2. La representación vecinal necesita fuerza para defenderse de los sistemas económico y político. El capital y la administración pública se imponen con facilidad a los intereses y necesidades de las comunidades. Los planes de desarrollo, los usos del suelo, los marcos arquitectónicos típicos y los entornos ambientales son violados por intereses privados que de manera legal o ilegal imponen la ley del dinero. Los jefes de manzana, los representantes de colonia o delegación carecen de representación jurídica para oponerse a los sistemas económico y político. Por ello, es necesario que las representaciones vecinales tengan personalidad jurídica, con capacidad formal de litigio frente a cualquier autoridad judicial.

3. Las representaciones vecinales sólo son escuchadas por las autoridades delegacionales cuando éstas deciden hacerlo. Por ello es necesario que, al menos las de carácter delegacional, tengan derecho de audiencia pública y puedan ser atendidas cuando lo necesitan.

4. La representación vecinal no se entera de lo que va a suceder en su colonia hasta cuando ya las cosas son difícilmente revertibles o las obras están en proceso. Es necesario que las autoridades delegacionales informen a la ciudadanía de las acciones que tienen programadas en su demarcación, a fin de ser validadas por las comunidades vecinales. De igual forma, los proyectos privados que impactan severamente la vida de las colonias necesitan ser conocidos y aprobados por los vecinos afectados.

5. La información de la regulación urbana pertenece a un pequeño grupo de especialistas, inversionistas y funcionarios públicos. Es necesario que los planes de desarrollo urbano, los usos del suelo, las características de las Zonas de Desarrollo Controlado sean difundidos mediante los medios de comunicación masiva, folletos, mapas y centros informativos.

6. Las obras de mayor importancia para la ciudad tienen una validación técnica gubernamental o de los inversionistas privados. Los estudios de impacto ambiental, estético o social son desconocidos por las comunidades, e inaccesibles. Las necesidades de los barrios requieren validez técnica y por ello es necesario un Consejo Técnico de la representación vecinal, integrado por representantes de los colegios de profesionales, institutos, universidades y centros de investigación científica, con reconocimiento jurídico como representantes de la sociedad.

7. Las acciones de defensa de las comunidades barriales son muy débiles frente al poder de los grandes intereses económicos o al poder político. Generalmente pierden frente a otras instancias, porque no cuentan con los recursos de gestión necesarios. Apoyo técnico, difusión, costos de juicios recaen sobre las familias y pocas veces pueden sufragarlos. Es conveniente que las representaciones vecinales tengan recursos asignados para la gestión.

8. La representación vecinal es de defensa de la comunidad, pero también puede jugar un papel importante como promotora de cambios socioculturales. Así, no basta con que la Ley de Participación Ciudadana señale los derechos de los vecinos. También debe exponer sus obligaciones para la vida comunitaria, tanto de limpieza y cuidado del ambiente, como en participación y convivencia.

La nueva ley será importante para el diseño de las relaciones entre la sociedad y los sistemas económico y político de la ciudad de México. Esperemos que den mayor fuerza a la acción ciudadana y, por tanto, sean más democráticas.