No hay ``pueblos azules ni pueblos tricolores'', dice en Monterrey
Rosa Elvira Vargas, enviada y David Carrizales, corresponsal, Monterrey, NL, 20 de febrero Ť El nuevo federalismo no tiene dedicatorias partidistas porque no hay pueblos azules ni pueblos tricolores y las carencias y demandas de la sociedad no reconocen diferencias ideológicas, aseguró desde esta entidad predominantemente panista el presidente Ernesto Zedillo. Ratificó además el compromiso de terminar con el círculo vicioso, ``ese cerco oprobioso'' de la pobreza extrema en el que están atrapadas muchas familias mexicanas.
En la primera gira de trabajo por la zona metropolitana de Monterrey con las nuevas autoridades estatales, el mandatario --quien se ratificó orgulloso priísta, pues el gobernador Fernando Canales Clariond abrió su discurso haciendo profesión de fe panista-- dijo que algunos han interpretado que al fortalecer el federalismo, el gobierno lo hace para favorecer a ciertos partidos, ``nada más falso''.
Se fomenta el federalismo, explicó entonces, porque es algo que no sólo está en la conciencia de todos los mexicanos, sino porque da cohesión y organiza a México para vivir como nación independiente.
En esta industriosa entidad y al acudir a la apertura de tres nuevas plantas de distintos giros, Zedillo rechazó el concepto de que en México se desarrolla únicamente la industria elemental, maquiladora. Las hay ciertamente, dijo, pero también existen otras muy complejas.
En el acto donde signó con el gobierno local el Convenio de Desarrollo Social y la implantación del programa Progresa en Nuevo León, Zedillo aludió de nuevo a la necesidad de mantener marcada disciplina en las finanzas públicas, ``para que esos nubarrones que han surgido en la economía internacional no perturben significativamente nuestra economía''.
Canales Clariond, a su vez, tomó partido por el gobierno federal en el tan llevado y traído debate sobre la asignación de participaciones fiscales a estados y municipios. No hay fórmulas perfectas para la repartición de la riqueza nacional, apuntó, y de inmediato abogó por el diseño de ``maneras prácticas'' para aplicar las decisiones soberanas del Congreso de la Unión. De paso, dijo que su entidad aspira a una participación justa y equitativa de lo mucho que Nuevo León aporta a la Federación.
Juntos vamos a salir de pobres, afirmó el gobernador-empresario, pues se cuenta, dijo seguro, con el presidente Zedillo y con su equipo de trabajo para lograr el desarrollo integral de Nuevo León. Antes que él otro panista, el alcalde de Linares, Fernando Adame Doria, dijo al Ejecutivo que los municipios de la entidad ``están atentos a las políticas dictadas por su gobierno, organizándonos y motivados en la participación, reconociendo en usted el artífice del fortalecimiento y de la autonomía municipal, quedándonos perfectamente claro que la autonomía no se debe confundir con anarquía o con la misma rebeldía''.
Y continuó: ``Lo que usted busca es la trascendencia de los pueblos de Nuevo León y de todo México, y que el proceso de la búsqueda del auténtico federalismo va más allá de la simple apariencia de las realizaciones materiales, que su proyecto lo asumimos nosotros, los pueblos de Nuevo León, donde el principio de toda acción es el ser humano, que la participación social es el medio y que el auténtico desarrollo de los municipios es el fin''.
En el ``cascarón'' de una fábrica textil que se instaló en el siglo pasado, hoy operan tres factorías: Bisatex, Molisaba y Softek. En ese lugar, el Presidente hizo remembranza de cuando la industria original, Leona Textil, quedó primero en manos del gobierno --Banco de México-- y más tarde de Ficorca, dependencias ambas donde trabajó al principio de su carrera en el sector público.
La operación de estas tres nuevas industrias --dos de las cuales son propiedad de Isaac Saba-- en el municipio de San Pedro Garza García patentizan, según el Ejecutivo federal, que México ha cambiado y que hoy los empresarios, cuando enfrentan algún problema económico, ya no ven al gobierno sino sólo para pagar impuesto, pues en el desarrollo de sus actividades avistan hacia el mundo, hacia la economía global y a las oportunidades y retos que aquella les ofrece.
Como lo había ofrecido al ex gobernador Benjamín Clariond Reyes Retana, el Presidente regresó a inaugurar la segunda fase de la preparatoria pública Pablo Livas, cuyo edificio había puesto en funcionamiento hace apenas unos meses. La gente de ahí había pedido también una primaria y un jardín de niños, y el director del Capfce, Manuel Jiménez Guzmán, indicó que ambos planteles estarán listos en abril próximo. En tierras resecas y proletarias del municipio de Escobedo, esta construcción de escuelas resultaba, sobre todo a decir de las madres de familia, verdaderamente apremiante.
El Presidente fue luego a la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde también inauguró laboratorios y atestiguó la firma de convenios con la estadunidense Universidad de Harvard. Ratificó que el gobierno seguirá invirtiendo en la educación de todos los mexicanos, ``porque es la mejor inversión que podemos y debemos hacer con los recursos del pueblo de México''.
Es la enseñanza, apuntó entonces, el mejor y más directo camino para lograr la equidad, multiplicar las oportunidades y sostener el desarrollo económico y social. En buena medida, el México que se construye y que se quiere depende de los cuadros técnicos, profesionales y dirigentes que se formen en las instituciones de educación superior, donde las universidades públicas juegan un papel fundamental.