El gobierno ``de Ernesto Zedillo'' pretende silenciar a la opinión internacional ante las atrocidades que su gobierno está cometiendo en Chiapas (y en el país), pero esta intentona, característica de gobiernos violadores de los derechos humanos, está destinada al fracaso.
1. Los tecnócratas que gobiernan a México han entregado el país a los intereses del extranjero, pero ahora se hacen los nacionalistas: para ocultar que mienten sobre lo que acontece en Chiapas, lanzan amenazas a los extranjeros que están en nuestro país acusándolos de ``hacer política'', deportan a luchadores por los derechos humanos que han venido a tareas de cooperación, y no dudan en amenazar a todo mundo, hasta a la ejemplar Danielle Mitterrand.
2. El gobierno de los tecnócratas mexicanos se olvida de algo fundamental: se puede corromper a la prensa de un país, pero no se puede amordazar a la comunidad internacional.
3. El escenario de la globalización, impulsado por los salinistas desde los 80, se está revirtiendo contra ellos. El grupo gobernante suscribió tratados sobre derechos humanos aceptando la jurisdicción internacional, y en los hechos los ignora; reconoció el derecho de las ONG a enviar misiones a México, pero en la práctica las combate; suscribió el Convenio 169 de la OIT en 1989 aceptando el derecho de las comunidades indígenas a la autonomía, y ya no quiere cumplirlo. En una palabra: rehúsa respetar las reglas de la convivencia internacional.
4. Los diplomáticos mexicanos no se han dado abasto en los últimos años para tratar de revertir la imagen no de México sino de los tecnócratas por la vinculación de éstos al narco y sus crímenes políticos, y ahora por las atrocidades que están cometiendo en Chiapas. Los embajadores de México han estado dedicados a velar por los intereses particulares de un grupo: a lavar la imagen de Carlos y Raúl Salinas de Gortari y a tratar de engañar a la comunidad internacional por las violaciones a los derechos de los indígenas.
5. El gobierno ha desarrollado además a los embajadores como verdaderos policías. Sandra Fuentes-Beráin, ex embajadora en Ottawa y ahora designada en París, confesó en una entrevista al Canal 2 (14 de febrero) que éstos tienen como prioridad revertir la información negativa para el gobierno en la prensa local y contrarrestar la acción de intelectuales y de grupos de derechos humanos. ``Los tenemos identificados'', afirmó con arrogancia, y ``sabemos muy bien quiénes son los contactos de cada uno de ellos en México''.
6. El grupo en el poder pretende que el mundo entero se haga de la vista gorda y le dé carta blanca para seguir violando los derechos de los pueblos indios, y eso no se va ya a poder. Le está pasando a Ernesto Zedillo lo que al serbio Milosevic, al que paró la comunidad internacional.
7. Los hechos son muy graves pues para actuar en plena impunidad el gobierno ha tenido que exhibir a la Suprema Corte, mostrando que no existe freno institucional al Ejecutivo. La reforma judicial de 1994 abrió la posibilidad de controlar los actos de las autoridades, pero a fin de nulificarla Zedillo impuso como ministros a oscuros abogados incondicionales. La Corte se negó en 1996 a investigar la constitucionalidad de las acciones del Ejército, en 1997 encubrió al gobierno por crear los grupos paramilitares, y ahora al ministro Juventino V. Castro, como una marioneta de Bucareli al sabotear el diálogo en Chiapas con una iniciativa constitucional que sólo muestra su ignorancia.
8. Un país como México, en donde se violan sistemáticamente los derechos humanos y en donde no hay un estado de derecho es por necesidad una preocupación a nivel internacional.
9. En entrevistas y discursos en donde evidencia un abierto desequilibrio, Ernesto Zedillo insiste además en denigrar a los indígenas. El Día del Ejército afirmó nada menos que sus mujeres eran ``usadas'' para provocar a los soldados (19 de febrero). ¿Cómo no va a estar horrorizada la prensa mundial ante tal barbaridad, si sabe que las fuerzas armadas asedian y reprimen a las comunidades y ha visto en las mujeres tzotziles, tzeltales y tojolabales un ejemplo de dignidad?
10. La internacionalización de la situación de México es inevitable tras la masacre de Acteal, organizada y encubierta por el gobierno. Y se está acentuando por la decisión de Los Pinos de sabotear el diálogo, negándose a cumplir los acuerdos de San Andrés, violando la ley al perseguir al EZLN y lanzando una campaña de difamación no sólo contra los zapatistas sino también contra la Cocopa y la Conai. El propio gobierno no está dejando más vía para salir de la situación que la de la mediación internacional.