¡EUREKA!
A reír con ganas

Ayudar al individuo a reír es una de las terapias principales en la psiquiatría moderna que se aplica también para acelerar la curación de enfermedades no psíquicas, pues mejora el estado general de todo el organismo.

El austriaco Manfred Stelzig, de la clínica psiquiátrica de Salzburgo, señala que los problemas de la vida moderna, como el estrés, nos llevan a reír cada vez menos; empero, ``es muy posible volver a aprender a sonreír''.

Unos 300 especialistas en todo el mundo, dedicados desde hace más de 10 años a estudiar los efectos de la risa y el humor sobre el organismo, descubrieron una verdad muy conocida y confirmada científicamente: reír es la mejor medicina para diversos males psicológicos y orgánicos.

Según los últimos estudios, los elementos propios del humor parecen estar programados de tal forma que incluso se puede llegar a provocar ciertas emociones a partir de la mímica típica de la risa.

Stelzig expresa que la risa fortalece el sistema inmunológico, por lo que las personas alegres, con una actitud positiva y optimista hacia la vida, suelen resfriarse menos y recuperarse más pronto cuando enferman.

Sin embargo, lo más destacable es que se ha podido comprobar, con gran sorpresa para los científicos, que cuando una persona hace simplemente el gesto típico de la risa, aunque no tenga ganas de reír, provoca las mismas modificaciones de las corrientes de su cerebro que la risa espontánea.

Gracias a todos esos descubrimientos, los médicos subrayan que para cualquier persona -sana o enferma-- bien vale la pena llevar a cabo conscientemente un plan de entrenamiento para reír más y mejor, y aseguran que reír regula la tensión sanguínea, ayuda a superar todo tipo de estrés, facilita los procesos de desinflamación, es una de las terapias más eficaces contra las depresiones causadas por un tumor y en los enfermos de cáncer no sólo alivia los dolores, sino que eleva también sus posibilidades de sobrevivencia.

Todo ello puede estar relacionado con el hecho de que recientemente se ha descrito la localización de un centro de la risa en el cerebro, estrechamente vinculado con el área del habla. (Pl y Dpa)