La inminencia de que diputados y senadores llevarían a cabo este mes una serie de foros para analizar la Ley del Seguro Social, aprobada en 1994 con dificultades y sin el voto legislativo del PAN y del PRD, puso en alerta no sólo a directivos de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), sino a las autoridades mismas de la Consar y del IMSS, sobre una posible intención de echar atrás mucho de lo ganado en la nueva estructura legal de la seguridad social, en especial en lo relacionado con el sistema de pensiones. Vaya, hasta el presidente de Consar, Fernando Solís, dijo que no se aceptaría un cambio a la ley, como si alguien lo hubiera propuesto.
En este marco, surgió una postura personal --al menos no respaldada públicamente por su partido--, del senador panista José Angel Conchello, quien clama que los trabajadores serán objeto de un fraude porque, al final de su vida productiva, recibirán rendimientos negativos a la entrega de sus pensiones, siempre basado en un estudio presentado durante una serie de foros organizados por el Colegio Nacional de Actuarios en el que, vale la pena decirlo, existen diferencias de opinión sobre este aspecto y, aun, fisuras internas en ese organismo.
El hecho es que los foros convocados por las comisiones de seguridad social de las cámaras de Senadores y de Diputados, que debían realizarse durante los próximos jueves y viernes a partir de los pasados días 19 y 20, debieron posponerse para mayo por varias razones: escasa participación, es decir pocas ponencias; insuficientes apoyos económicos para desarrollarlos y falta de interés entre los legisladores para detallar aspectos de organización, entre otros. El mismo senador Félix Salgado Macedonio, del PRD --uno de los impulsores de las reuniones y aguerrido legislador en contra de la reforma a la Ley del Seguro Social-- anda preocupado por obtener la candidatura de su partido para gobernar Guerrero.
Datos son los que vale anotar: hoy, prácticamente todos los trabajadores afiliados en el IMSS están inscritos en una Afore y contrariamente a la legislación anterior, podrán recuperar sus aportaciones ya sea en pensión o en retiros programados. Es decir, no ocurrirá en adelante el uso inadecuado de los cuantiosos fondos de pensiones que redundaron en el hecho de que en más de 50 años de seguridad social sólo haya ahora un millón y medio de pensionados, con ingresos de miseria.
La discusión se centra, sin duda, en la transparencia que debe haber en el manejo financiero que harán las Afore y las Sociedades de Inversión de Fondos de Retiro (Siefore) para garantizar a los trabajadores sus fondos y los mejores rendimientos. Y esto es lo que reclama el senador Conchello, sólo que con expectativas demasiado negativas. El plantea que las ganancias para las cuentas individuales llegarían a ser de 2 por ciento en promedio. Estaríamos hablando de un país que no crecerá en su economía, que tendría siempre resultados negativos.
Sin asumir una defensa de la política económica, es justo señalar que aun con las crisis que vivimos desde hace ya muchos años, el promedio de rendimiento siempre ha estado por arriba de la inflación. Con todo y la quita de las comisiones, habrá rendimientos. Si los pensionados de hoy hubieran tenido el sistema vigente, otra sería su suerte y más serían los mexicanos de la tercera edad que gozarían de un ingreso seguro.
Construir sobre lo avanzado, más que denostar o confundir, es el reto. Mantener una estricta y permanente vigilancia sobre las Afore es la tarea para la Consar, a fin de evitar lo que ocurrió con la actitud laxa de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que dio lugar al quebranto en cadena de la banca.
Son muchos miles de millones de pesos en juego y son muchas las tranquilidades futuras en riesgo. Más cuando en México avanzamos a ser una sociedad de gente madura, al menos en términos demográficos.
Melée
Sorprende cada vez más enterarse que los coletazos del dragón han sido y pueden ser más severos, con efectos para los presupuestos de educación, salud, ciencia y tecnología, así como para desarrollo urbano. Ya advertíamos que nunca el triunfalismo es bueno; el secretario José Angel Gurría ha tenido que rectificar y dejar una sensación de ``a ver qué pasa'', por más que asegure que el gobierno se ha adelantado haciendo recortes a tiempo.