Iván Restrepo
Año Internacional del Océano

Si los gobiernos y la sociedad mundial no intervienen urgentemente, ese enorme reservorio de vida que son los mares sufrirá daños severos e irreversibles. Abundan las evidencias del deterioro que le causan las actividades humanas, muchas veces alentadas por las propias autoridades: debido a ciertas enfermedades epidémicas están en riesgo de extinción varias especies marinas entre las que destacan corales, delfines y aves acuáticas.

Además, hay cambios climáticos y destrucción de ecosistemas claves para el funcionamiento de los litorales. A estas y otras conclusiones llegaron más de mil 600 científicos de 65 países reunidos recientemente en Estados Unidos y que así dieron inicio al Año Internacional del Océano.

Los científicos atribuyen los daños a los métodos de pesca, a la creciente contaminación industrial, al desordenado crecimiento de los asentamientos humanos en la franja costera, al calentamiento global y a la introducción de especies ``exóticas'' a zonas acuáticas de las que no son nativas.

Los expertos ofrecieron datos que reafirman cómo industrias altamente contaminantes (la petrolera y petroquímica, la de papel y celulosa, la de fertilizantes) han acabado con valiosos recursos naturales, sustento de millones de personas, y alterado el funcionamiento de los ecosistemas litorales. También contribuye la agricultura que utiliza diversos agroquímicos cuyos residuos finalmente van a dar a la zona costera y al mar.

Esa mezcla indeseable de actividades contaminantes origina que hoy existan ``zonas muertas'' en el Golfo de México.

Por otro lado, aunque las agencias gubernamentales promotoras del turismo venden por doquier los atractivos de las áreas costeras, no hacen algo semejante para evitar los efectos negativos derivados de una mala planeación de los proyectos hoteleros, de las áreas urbanas y los demás servicios requeridos.

Muchos ecosistemas de enorme importancia son sacrificados con tal de obtener divisas que no contribuyen a sacar de la pobreza a los pobladores locales. Los científicos alertaron sobre posibles desajustes debido a la sobreexplotación y mal uso del agua por la industria sin chimeneas. Un caso visible se tiene en la costa norte de Quintana Roo: además de los 22 mil cuartos de que dispone Cancún, en la denominada Rivera Maya hay ya otros 6 mil y se anuncian 2 mil más para fines de año, mientras se dan los toques finales a otro Cancún en la parte continental de Isla Mujeres, que tendrá 7 mil habitaciones.

Todo, sin la mínima planeación de los asentamientos humanos y sin ofrecer el bienestar que merecen los miles que llegan en busca de trabajo.

Los científicos también recomendaron que este Año Internacional del Océano se tomen medidas urgentes para detener la sobreexplotación de especies que amenaza las reservas pesqueras de varias regiones del planeta, como en las aguas de los países integrantes de la Unión Europea donde cierta pesca debe reducirse cerca de 40 por ciento para evitar el agotamiento de los recursos marinos. Mientras, al menos 6 por ciento de las 200 especies de peces más apreciados comercialmente en el mundo son víctimas de la sobrepesca o están en el límite de la extinción.

Sólo la flota de Estados Unidos, que trabaja en el Golfo de México y en el Atlántico, mató en apenas un año 40 mil tiburones azules al quedar atrapados en la redes de los barcos atuneros. En tanto, más de 20 millones de toneladas de especies marinas se eliminan y desperdician al año debido a prácticas de captura indiscriminada.

Seguramente nuestras autoridades tienen un amplio programa para honrar el Año Internacional del Océano.

Si la opinión pública lo desconoce, seguramente es porque nuestros funcionarios no necesitan de celebración alguna para trabajar en busca de un desarrollo que no destruya la naturaleza. Mas algo debe estar fallando porque no cesa la destrucción y el deterioro de los manglares, dunas, lagunas costeras, áreas coralinas y otros importantes ecosistemas, hábitat de incontables especies animales y vegetales y medio de vida de cientos de miles de familias.