La Jornada jueves 26 de febrero de 1998

Astillero Ť Julio Hernández López

La dudosa flama democratizadora de Gustavo Carvajal Moreno fue apagada ayer de golpe por un soplo divino que, a cambio de dejar libres los caminos y puentes políticos de Veracruz, le entregó al senador priísta el jugoso consuelo de una chambita más.

El jaloneo declarativo de Carvajal Moreno durante las semanas recientes no consiguió la muy demandada consulta a las bases militantes para elegir candidato a gobernador en Veracruz, ni la democratización de los procesos internos del tricolor pero, a cambio, obtuvo la dirección de Caminos y Puentes Federales, esa especie de embajada interna de la política mexicana en la que hay nómina, presupuesto y, sobre todo, un discreto perfil administrativo en el que todos quienes pasan por esos cargos enriquecen cuando menos el espíritu sin que haya contralorías o supervisiones exageradas o encarnizadas.

¿Habrá chambas para todos?

Las andanzas de don Gustavo, y su final de triste moraleja, no se quedan, sin embargo, sólo en la alforja curricular de quien ya fue presidente del PRI nacional y secretario de la Reforma Agraria.

Con el antecedente del monrealazo zacatecano, y de cara a los procesos venideros en ocho estados más durante el presente año, la salida presidencial ofrecida a la piedrita en el zapato alemanista puede sentar prematura jurisprudencia: de ahora en adelante, se encarecerán los mecanismos de mediatización de personajes priístas colocados en la antesala de candidaturas importantes.

Bastará con el manejo chantajista de algunas frases democratizadoras, de un buen número de entrevistas periodísticas, de algunos juegos de palabras sugerentes de la tentación de abandonar el priísmo, y de usar algunos amigos opositores (si perredistas, mejor) como presuntos invitadores a candidaturas independientes para, entonces, tomando como referente la tasación presidencial dada a conocer ayer en el caso de Veracruz, pedir la justa compensación a la disciplinada aceptación de las candidaturas preferidas por el Dedo Supremo.

Pastel para todos

En esencia, el mensaje enviado ayer con el acomodo de Carvajal Moreno es el de reconstruir la idea del priísmo como un gran pastel de poder y dinero al que todos los convidados puedan arrancarle (disciplinadamente) cuando menos alguna rebanada.

Ese fue, en realidad, el sentido del famoso pacto de unidad que dio origen en 1929 al entonces llamado Partido Nacional Revolucionario. Ahora, de manera explícita, se trabaja en el PRI en la restauración de ese pacto de repartición del poder. Expresamente se ha hablado en el caso de Aguascalientes de traer de nuevo a la mesa de las negociaciones priístas ese espíritu que permitiría la asignación de territorios de poder sin desgarres ni balaceras internas. Así, uno sería candidato a gobernador, otro a diputado, alguno más a presidente municipal. También se hablaría de delegaciones federales, de cargos estatales, de negocios, en fin, de un fraterno reparto del pastel, con el partido como garante de los cumplimientos pactados.

Lo interesante será saber si el organigrama gubernamental tendrá suficientes casilleros diponibles para acomodar las eventuales disidencias mayores (¿Dónde a Pepe Murat? ¿Dónde a Artemio Iglesias o a Patricio Martínez? ¿Dónde a los demás fuertes o peligrosos que queden en el camino?).

Y, por otra parte, también será importante conocer la reacción de los partidos opositores, y de la sociedad, al presenciar de manera cruda el uso de los espacios de gobierno (y de los presupuestos) para satisfacer ambiciones no satisfechas y para remendar las redes del poder.

Golpes, amenazas, intolerancia

Juan José Rodríguez Prats, ex priísta converso al panismo, tuvo este martes recién pasado un día verdaderamente difícil: por un lado, el priísta Vicente Fuentes Díaz le insultó e inclusive golpeó con un puñetazo en el comedor de los diputados federales en San Lázaro; por otra parte, acudió junto con Santiago Creel ante una agencia del Ministerio Público para denunciar las amenazas presuntamente proferidas en su contra por tabasqueños deseosos de que se frene la exigencia de someter a juicio político a Roberto Madrazo Pintado.

Rodríguez Prats concita la animadversión extrema de algunos priístas, y de algunos tabasqueños, porque en ese partido y en ese estado fue un destacado diputado y funcionario, y ahora ha puesto sus conocimientos y experiencia al servicio del panismo al que se afilió años atrás y en cuyas filas ha sido inclusive candidato a gobernador de la entidad del sureste.

Los enojos contra Rodríguez Prats provienen particularmente de los segmentos más autoritarios y cerrados del priísmo. De allí la agresión de Fuentes Díaz y las amenazas tabasqueñas. Todo ello forma parte del creciente envalentonamiento que tales segmentos han desarrollado a partir de, entre otras cosas, las irrupciones de personajes como Manuel Bartlett (Fuentes Díaz fue voz destacada en la formación del Ejército Bartlettista de Liberación Tricolor anunciada en días pasados en el Club Libanés de la ciudad de México), y como los tabasqueños que creen su obligación despejar a todo costo la pista de aterrizaje que llevare a su jefe Madrazo Pintado a las alturas presidenciales en el año 2000.

ASTILLAS: Un artículo de opinión publicado ayer en El Economista dice, entre otras cosas: ``por inepto, por corrupto, por perredista o por imbécil, pero el hecho es que Cuauhtémoc Cárdenas no pudo y no podrá gobernar a los capitalinos''. Luego de calificarlo como ``nefasto mongoloide'', dice que Cárdenas desde su paso por el palacio de gobierno de Morelia ganó fama de ``pésimo administrador y un corrupto que ha amasado una inmensa fortuna personal a base del erario público'' (sic). Considera ese articulista que si Cárdenas ganara la Presidencia de la República en el año 2000, llegaría a extremos en los que ``le encargaría la PGR a Marcos, la SRE a Irma Serrano, y Samuel Ruiz regentearía los burdeles y giros negros de la Cuauhtémoc''. Luego cita un concepto televisivo: ``Hablemos claro: a Cárdenas le quedaron muy grandes los zapatos de Oscar Espinosa Villarreal''. El autor de tan peculiar texto es Francisco Gil Villegas, profesor e investigador de El Colegio de México... Un peculiar fervor religioso se ha desatado --a propósito de nombramientos vaticanos-- en San Luis Potosí, donde algunos católicos juran estar en presencia del segundo milagro de doña Conchita... ¿Qué debe entender el público común y corriente, acostumbrado a que en la política mexicana se diga una cosa cuando la realidad es otra, al enterarse de que, según Guillermo Ortiz, la volatilidad cambiaria no es una bomba para el peso? El presidente del Banco de México tuvo especial cuidado en inducir el enfoque periodístico que destacara el hecho de que se mantendrá un riguroso control de la inflación y que habría restricciones en materia monetaria en caso de que se perciban presiones inflacionarias no previstas. Lo peor que podría pasar en estos momentos es que al desorden político se sumaran turbulencias económicas de cuyos riesgos ya apuntan indicios como la fluctuación del peso ante el dólar, que en días pasados provocó nuevamente especulación y nerviosismo, y el aumento en las tasas de interés de los Cetes a 28 días, que este martes fue de casi un punto porcentual en relación con la semana anterior...