La Jornada viernes 27 de febrero de 1998

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

El presidente Ernesto Zedillo fue a Yucatán a hablar de la soga en la casa del ahorcado: frente a priístas acarreados, y a unos días de que el PRI destape sus candidatos a diputados locales y presidentes municipales, aseguró que el Procampo no es un programa electorero; en vísperas de que diputados federales analicen de nueva cuenta la posibilidad de someter a juicio político al gobernador yucateco, anunció que tiene una alianza con él para trabajar juntos hasta el año 2000, y en presencia de un cacique prototípico, que lleva más de seis años ejerciendo como gobernador, habló de impulsar la educación y la democracia.

Palabras presidenciales de respaldo pleno al dinosaurio mayor del sureste, Víctor Cervera Pacheco, quien ha ocupado cargos públicos durante 35 años y durante 13 ha ejercido sin interrupción el dominio político de Yucatán.

Décima gira a esa entidad peninsular desde que el doctor Ernesto Zedillo es Presidente de la República. Décima que no pareciera tener alguna urgencia especial, pues apenas el 23 de enero pasado había sido la novena, en aquella ocasión que sirvió de marco para el pronunciamiento de la llamada Declaración de Yucatán, que mediante amplísima difusión pagada en los medios de comunicación sirvió para fijar una de las varias posturas gubernamentales respecto al conflicto de Chiapas, en aquella ocasión en la variable del respeto a los Acuerdos de San Andrés.

Así, a 34 días de su anterior visita, el presidente Zedillo dio un gran espaldarazo (según el término usual en estos casos) a Cervera Pacheco, de la misma manera que tiempo atrás lo había hecho con Roberto Madrazo Pintado en Tabasco. La misma argumentación de la alianza hasta el 2000. Ambos personajes (Cervera y Madrazo), virtuosos ejecutantes de las mismas artes políticas. Estrellas en la frente para los distinguidos integrantes del sindicato de gobernadores.

Cervera: el cacique mayor

Víctor Cervera Pacheco ha asfixiado la vida de Yucatán mediante el ejercicio de un cacicazgo férreo. Ha usado el aparato gubernamental para premiar lealtades y castigar disidencias. A los panistas los ha sujetado mediante la recurrencia a las tretas electorales clásicas del priísmo y mediante la intimidación y la provocación.

Pero además (como se publicó aquí el 25 de julio del año pasado) Cervera es el político mexicano de mayor longevidad en el ejercicio del poder: el 16 de agosto del año pasado cumplió seis años (ejercidos discontinuamente) como gobernador de Yucatán y, desde entonces, y a contrapelo de los ideales antirreeleccionistas de la Revolución Mexicana, se encamina a cumplir diez años en el poder.

Para colocarse en tal condición neoporfirista, Cervera Pacheco ha sido designado en cuatro ocasiones como gobernador, y en su momento él mismo impulsó las reformas constitucionales locales necesarias para favorecer su proyecto personal de apropiación del poder público.

Por tales maniobras se ha demandado ante el Poder Legislativo federal que se le someta a un juicio político. El primer acercamiento al tema fue abortado en días pasados por el súbito voto del representante del Partido Verde Ecologista de México en contra, pero este lunes se reanudará el procedimiento que, en su caso, abriría de nuevo la posibilidad de que en la instancia de la Cámara de Diputados se aprobara la instalación del citado juicio político.

No sería suficiente, sin embargo, tal decisión de los diputados para verdaderamente someter a Cervera Pacheco al juicio mencionado, pues aún faltaría la similar aprobación de la otra cámara integradora del Poder Legislativo, la de Senadores. Por la conformación mayoritariamente priísta del Senado es virtualmente un hecho que allí se estrellaría la pretensión (en caso de que se lograra) proveniente de San Lázaro. De cualquier forma, y aun atendiendo las evidencias de la inviabilidad del citado juicio, resulta cuando menos falto de elegancia el hecho de que otro poder, el Ejecutivo, dé respaldos y pregone la sobrevivencia hasta el 2000 de alianzas con alguien jurídicamente sujeto a la posibilidad de ser inhabilitado por los legisladores.

En campaña permanente

El gobernador de Yucatán vive en campaña permanente en favor del PRI. Con frecuencia se le acusa de aprovecharse de las necesidades extremas de la población para canjear pollos, máquinas de coser, despensas y obras mínimas por lealtades partidistas. En ese esquema son recurrentes las acusaciones de que los fondos destinados al combate a la pobreza y a los rubros de política social son usados con sentido clientelar, en especial los relacionados con el Procampo.

En este momento, en el que se ha dado la décima visita del presidente Zedillo, los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática son especialmente sensibles contra ese uso de los dineros públicos en favor del PRI, pues está en puerta el proceso de elección de diputados locales y de 106 presidentes municipales. La lucha por la alcaldía de Mérida ha concentrado la atención, pues en ella aparecen como posibles contendientes Francisco Luna Kan, en nombre del PRD; Xavier Abreu Sierra, por el PAN, y Carlos Sobrino, Erick Rubio o Dulce María Sauri por el PRI.

La efervescencia electoral no es, como salta a la vista, el mejor terreno para pronunciar palabras de exoneración del uso partidista de los fondos sociales. Por el contrario, discursos como el de ayer acentuarán las suspicacias y los temores de que la aplanadora cerverista use los fondos ahora presidencialmente bendecidos para los fines siempre denunciados.

El culto a la personalidad

En caso de que Cervera cumpla los diez años de gobierno hacia los que se encamina, habrá de pasar a la historia política nacional como un ejemplo único de aferramiento al poder. Con ello habrá ganado un lugar en el álbum de estampitas de la picaresca tricolor.

Pero, desde ahora, don Víctor sabe que ha ganado la inmortalidad. Díganlo si no los varios sitios donde su nombre ha sido escrito como denominación oficial: en Mérida, una colonia y el tianguis de la Casa del Campesino; en Progreso, una colonia ejidal.

No sólo eso. Según nota del Diario de Yucatán, el ex alcalde de Progreso, Pedro D. Luna, ha propuesto que se construya una estatua para el actual gobernador y que su nombre le sea impuesto al puerto de altura del lugar. Por cierto, en la asamblea ejidal en la que se decidió poner el nombre de don Víctor a una colonia del mismo Progreso, el gobernador Cervera Pacheco tuvo la satisfacción de ganarle a otros dos personajes propuestos para el mismo asunto: Emiliano Zapata y Vicente Guerrero, según informó el presidente del comisariado ejidal, Diego de Alcalá Erguera.

Astillas: Los caminos y puentes de Veracruz están listos para ser transitados por Miguel Alemán... Dicen en los medios diplomáticos que Mario Moya Palencia, Rodolfo Echeverría y Eduardo Robledo están a la espera de cualquier oportunidad para regresar a México... Los defensores de los derechos humanos del Sindicato de Trabajadores de la UNAM expresaron por escrito su ``desacuerdo'' con los ``juicios no creíbles'' emitidos por el investigador de El Colegio de México, Francisco Gil Villegas, respecto a Cuauhtémoc Cárdenas y Samuel Ruiz, de los cuales se dio cuenta ayer en esta columna. Los firmantes del texto son Francisco Castro Meléndez, Adrián Pedrozo, Alicia Andrade, Carmelo de Jesús Hernández, María de Lourdes González y Mariano Flores...

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