La Jornada 27 de febrero de 1998

Confirma Clinton la certificación a México

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 26 de febrero Ť La decisión del presidente Bill Clinton de certificar a México como ``cooperando plenamente'' con la lucha antinarcóticos de Estados Unidos, fue recibida con la inmediata oposición de algunos de los legisladores de más alto rango en el Congreso, quienes anunciaron que consideran promover un proyecto legislativo cuyo propósito sería revertir la calificación del vecino país.

``Ni un solo capo ha sido extraditado a Estados Unidos para ser enjuiciado, y nuestros agentes de la DEA todavía no cuentan con la autorización para portar armas para su propia protección'', declaró hoy el senador Jesse Helms. ``México no está cooperando plenamente'', sostuvo.

Menos de una hora después del anuncio de la decisión presidencial, el director de la DEA, Thomas Constantine, pareció generar dudas sobre la imagen rosa de la cooperación bilateral México-Estados Unidos ofrecida por sus colegas de la administración. Los cárteles de la droga se han fortalecido durante el último año y medio, declaró Constantine, y añadió que ``México ha logrado muy pocos avances en la aprehensión de conocidos líderes de sindicatos (criminales)''.

Esta evaluación fue contrastante con la imagen de la cooperación bilateral presentada por la secretaria de Estado Madeleine Albright. ``México recibió la certificación plena este año como resultado de la fuerte cooperación que hemos recibido desde que los presidentes Clinton y Zedillo hicieron de esto su prioridad máxima en nuestra agenda bilateral'', dijo.

Señaló que con ese esfuerzo de cooperación ``se han formado unidades especializadas de investigación, buscado y castigado la corrupción oficial, promoviendo una ley comprensiva de control de químicos. Las confiscaciones de droga, los arrestos y las extradiciones se han incrementado''.

La procuradora general Janet Reno añadió que Estados Unidos está ``particularmente esperanzado'' por los avances en extradiciones, y el zar antidrogas, Barry McCaffrey, sostuvo que el documento de estrategia binacional marca ``un cambio revolucionario en la manera en que Estados Unidos y México se manejan entre sí''.

Añadió que ello podría servir como modelo a utilizar en las relaciones de Estados Unidos con otros países del hemisferio. ``México fue plenamente certificado con base en hechos'', agregó el secretario asistente de Estado Randy Beers.

Quejas y críticas

Poco después de esas declaraciones, hechas en conferencia de prensa en el Departamento de Estado, la oficina de Paul Coverdell emitió un comunicado que informaba que el senador ``decidió abogar por una acción legislativa para revertir esa decisión (sobre México)''.

Un vocero de la senadora Dianne Feinstein dijo que ésta se reunirá con Coverdell, Helms y varios representantes para diseñar una estrategia específica que revierta la decisión de la Casa Blanca. El presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara, el republicano Benjamin Gilman, y el líder de la minoría demócrata, Richard Gephardt, también se manifestaron contra la certificación plena.

Todos ellos sostienen que México debería ser calificado como ``no cooperando plenamente'', aunque evitando la aplicación de sanciones al otorgarle un ``pase de interés nacional vital'' para permitir la continuación de la cooperación bilateral. Para poder revertir la decisión presidencial, ambas cámaras del Congreso cuentan con un periodo de 30 días para promover y aprobar una resolución de oposición a la certificación plena, y no está claro si tal iniciativa prosperaría.

El presidente de la Cámara, el republicano Newt Gingrich, argumentó hoy que el proceso ``no es justo'', y pidió encontrar una alternativa en un futuro próximo. Varios influyentes legisladores demócratas, entre ellos el representante Lee Hamilton y el senador Christopher Dodd, también dijeron que la certificación es un proceso contraproducente, y la senadora republicana Kay Bailey Hutchison indicó que apoyaba la decisión de Clinton.

Sea cual sea el resultado de este debate, el Congreso estadunidense una vez más se enfocará en la relación bilateral con México y el narcotráfico durante el próximo mes. Coverdell criticó nuevamente el fracaso de México para extraditar a uno solo de sus ciudadanos a Estados Unidos implicado en el narcotráfico, y acusó a Reno de ofrecer una ``falsa impresión'' sobre los avances dentro de este rubro.

Otros de sus colegas señalaron la continuación de la corrupción ``endémica'' en México. Pero algunas de las críticas más severas provinieron del administrador de la DEA, Thomas Constantine, quien supuestamente debió participar en la decisión de certificar a México. Aunque no se refirió directamente al tema, declaró ante una audiencia legislativa que a los capos mexicanos les es permitido transitar libremente por su país sin ser arrestados, y que los cárteles mexicanos ``son más poderosos que hace un año''.

El jefe de la DEA reconoció algunos avances contra algunos capos y funcionarios corruptos, y señaló que aunque hace unos años se calculaba que 75 por ciento de la cocaína que llegaba a Estados Unidos transitaba por México, ahora la cifra es sólo de entre 50 y 60 por ciento.

No obstante, el tono de la presentación de Constantine fue muy crítico. Aunque reconoció que México reconstruyó sus fuerzas antinarcóticos después del caso de Gutiérrez Rebollo, el jefe de la DEA dijo que ``ninguno de esos cambios ha producido resultados significativos''.

Constantine intentó suavizar el impacto de su crítica. ``El año pasado, cuando testifiqué, dije que virtualmente no existía ninguna institución de seguridad pública en México con la cual pudiéramos compartir información. Eso ha cambiado. Ahora hay algunos individuos y pequeñas organizaciones con las cuales podemos interactuar en casos específicos''.