La Jornada sábado 28 de febrero de 1998

Juan Bañuelos y Oscar Oliva*
Los amigos y la guerra

No fueron tres, ni diez, ni veinte años: fue todo un bosque de años, de cercanía literaria y amistad fraternal. Eso lo vivimos Jaime Sabines y nosotros. Es posible que en este texto se oiga más que el sonido, el desacuerdo, porque nuestro ex amigo se niega a oír y a percibir el destino

de un pueblo, el pueblo originario de Chiapas que reclama justicia y respeto a sus derechos humanos: los indios mayas. No se puede calumniar a 2 mil años de una cultura viva.

Sin embargo, de eso también estamos hechos, de astillas hirientes de ese bosque que nos hace sangrar.

Es duro exponer un pleito de familia; por lo demás, nos quedamos con el Jaime Sabines de Tuxtla Gutiérrez, con su tienda de ropa en el mercado, midiendo las telas y, con el corazón, a la gente. Hoy está cegado por los dioses; hoy lo concitan la soberbia, el poder, la adulación oficial, el dinero y la enfermedad de la fama, que lo orillan para hacer declaraciones infamantes. Qué lástima.

Hoy en México vivimos una guerra sucia contra los pueblos indios. Entremos en materia.

En el programa de Televisión Azteca Hablamos claro, transmitido el 22 de febrero de 1998, Jaime Sabines le sigue el juego a la entrevistadora para orquestar de una manera deliberada el linchamiento, acorde con la política gubernamental, de los observadores extranjeros de los derechos humanos en Chiapas, en contra de los indígenas de ese estado, del EZLN y en contra de los integrantes de la Comisión Nacional de Intermediación; sobre todo de su presidente, don Samuel Ruiz García.

Ante sus declaraciones infundadas en ese programa televisivo, hacemos las siguientes precisiones.

1. Los firmantes de este texto, hace mucho tiempo, cancelamos en la práctica la amistad con Jaime Sabines, por su opinión ofensiva en contra de la sublevación indígena, que lo repite en la entrevista: ``El presidente Salinas tal vez fue el culpable de dejarlos vivos''.

2. Ninguno de los dos firmantes hemos sostenido pláticas acerca de don Samuel Ruiz con Jaime Sabines.

3. No ganamos ningún sueldo en la Conai. Nuestra participación en esa instancia colegiada nos honra, ya que sus demás miembros y su presidente tienen una estatura moral que el país y la opinión pública internacional reconocen. Vivimos de nuestro trabajo como catedráticos y coordinadores de talleres literarios.

4. No pertenecemos ni hemos pertenecido a ningún partido político, como tampoco a Iglesia alguna. Por eso se equivoca Sabines cuando nos califica de ``revolucionarios de hueso colorado... que vieron la oportunidad de figurar...'' ¿Qué intención hay detrás de este señalamiento?

5. La entrevista tiene un fin premeditado: socavar cualquier valor moral, ético o de vocación cívica que tengamos dentro y fuera de la mediación.

6. También la de dañar la imagen del defensor de los indios, que eso es y ha sido, durante 38 años, la labor del obispo de San Cristóbal; es otra de las consignas en esa entrevista: acusarlo, haciéndose eco del resentimiento de la familia chiapaneca, de que recibe miles de dólares del extranjero para fines turbios y de que ``no sabe uno los tesoros en armamento o en lana que tengan guardados en la catedral...''

7. Pensamos que este es el momento preciso, puesto que Sabines se decidió hablar, para que ahora explique cómo se incubó la masacre de Wolonchán, en 1980, el antecedente más cercano a la matanza de Acteal. En esa ocasión fueron desalojadas de la comunidad 723 familias, con resultado de 50 muertos y muchos heridos; el gobierno de su hermano sólo reconoció 15 decesos, los demás, se dijo, fueron arrastrados por el río al huir de la represión. Como asesor político de su hermano, Jaime puede aportar datos para conocer la verdad de esa matanza.

Hemos anotado algunas circunstancias históricas de la vida de Chiapas, ya que transitamos por una situación que probablemente nos llevará a la concepción de un nuevo país; para tal fin es necesario incrementar nuestra vocación integradora con los sentimientos primordiales de los pueblos indios, y con una política civil que nos abra los ojos, de varias maneras, como nuestras diferencias, a pesar de las mezquindades y las calumnias. Dialoguemos.

Coincidimos con el pensamiento del filósofo Wittgenstein: ``Decimos de algunas personas que son transparentes para nosotros. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un ser humano puede ser un enigma completo para otro''.

* Miembros titulares de la Conai