DobleJornada, Lunes 6 de abril de 1998



Qué leer


Amalia Rivera


-Hombres, mujeres y política. Una mirada desde la opinión pública y sus protagonistas. Ana María Fernández Poncela. UAM-Xochimilco. México, 1997 (Las creencias populares y la inercia de la costumbre frenan el desarrollo político y reproducen estereotipos que no reflejan la conducta política actual de la población, asegura la autora en esta investigación sui generis que analiza las relaciones de género en la esfera de la política formal.)

-El golpeador. Un perfil psicológico. Donald G. Dutton y Susan K. Golant. Ed. Paidós. Argentina. 1997 (Una investigación con 700 hombres violentos arroja suficiente luz para conocer las razones que los impulsan a agredir mujeres. Aquí son descritos los oscuros secretos de la violencia y el tratamiento que han recibido centenares de estos misóginos.)

-Todo México IV. Elena Poniatowska. Ed. Diana. México, 1998 y Todo empezó el domingo, Ed. Océano. México, 1997. (Una lección de periodismo con la chispa y lucidez características de Poniatowska en dos libros. El primero ofrece once entrevistas con radiografías profundas de grandes personajes. Los tres tomos anteriores, aún a la venta, completan esta versátil galería de personajes. El segundo recoge crónicas sobre la ciudad de México de los años 50, que ya es otra, ilustradas por Alberto Beltrán. Córrale porque se agotan.)

-Desde mi azul. María Gómez Rivera. Ediciones DEN. México, 1998. (María, hoy ex esposa de Sergio García Ramírez, brinda un testimonio exento de amarillismo, lleno de sensibilidad y sinceridad que retrata a través del ámbito privado la corrupción del sistema político mexicano de la década de los 60 hasta el salinismo.)

-El verano de la traición. Hong Ying. Plaza & Janés. Barcelona, 1998. (Recreación literaria del testimonio de la escritora que vivió la represión de la Plaza de Tiananmen en 1989. Desde la publicación de esta primera novela tiene prohibido regresar a China.)

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Construir nuevas relaciones entre géneros no es tarea sencilla, y los medios de comunicación juegan un papel importante en todo lo que se ve y se escucha, así como los publicistas, quienes a través de sus mensajes suelen reproducir conductas nefastas como en un comercial transmitido allá por los años 70 en el que una decena de mujeres tenía como pupitres sus lavaderos y un hombre, el maestro por supuesto, las instruía: ¿cúal es el jabón con más rendimiento? Y ellas, buenas alumnas, repetían al unísono: ``Nuevo fabón con limón''. Por fortuna hoy existen publicistas que ya aceptan que la vida está cambiando, y que cada vez se comparten más las tareas domésticas entre toda la familia. Es el caso de un anuncio del detergente Ariel. Otra buena idea, aunque de una falta de imaginación que denota aserrín en la cabeza, es la del limpiador Flash, en donde dos hombres hablan de las ventajas entre dos productos mientras uno experimenta la metamorfosis de Pinocho. ¡Bien por estos cambios pero, por favor, señores, más imaginación y creatividad!

Frase misógina

Si quiero a los

hombres es,

sobre todo, porque

no son mujeres

Jacques Brel