DobleJornada, lunes 6 de abril de 1998
``¡Hombres, hombres! ¡Son unos desgraciados, unos renacuajos, unas lagartijas, pero mejor no insulto a esos animalitos porque no sería justo... para los animales!''. Quien habla no podía ser otra que Paulina Sarrasín, ídola de las asiduas televidentes de Mirada de mujer. Y Margarita Gralia, la actriz que le dio cuerpo y alma, habla en entrevista de la telenovela, de Paulina, de papeles protagónicos femeninos, de mujeres golpeadas, de sida y de ese ``extraterrestre'' llamado Alejandro Salas.
--¿Cómo adquirió Paulina el derecho a disfrutar de su cuerpo?
--Es algo que fue intuyendo desde jovencita --responde con su acento argentino que no ha perdido, después de 15 años de radicar en México. Paulina fue una muchacha que se rebeló siempre a los cánones establecidos y le ha costado, porque no es fácil ser señalada por una sociedad que te exige cierto comportamiento social; pero va con su temperamento ser muy intensa, sincera, espontánea.
Gralia acaba de cumplir 25 años de actriz. Inició su carrera en teatro en su natal Argentina, donde hizo cine y televisión durante diez años hasta que la trajo a México Hugo López, ex manager de Luis Miguel, a hacer La Cosquilla al lado de Raúl Astor. Después Silvia Pinal la invitó a trabajar en La señorita de Tacna, y a ésta siguieron otras actividades hasta que llegó el gran éxito: Mirada de mujer.
--¿Paulina es feminista?
--Yo creo que sí. Mira, no sé todas las reglas del feminismo, pero hay una parte de éste en el que las mujeres se molestan muchísimo cuando un señor les abre la puerta del coche: ``¡no, si yo no soy una lisiada!'', dicen, o si les encienden el cigarro: ``qué te crees que soy tonta o qué''. En cambio, Paulina disfruta la compañía del hombre; ella pelea por sus derechos y por la igualdad, pero no porque quiera luchar en contra del hombre; al contrario, los ama y los necesita.
--¿Cómo logró deshacerse de Marcos?
--Tocó fondo. Vio que corría peligro su vida; también la ayudó María Inés. Al ser descubierta no le quedó otra que verse al espejo y encontró una mujer con una autoestima muy devaluada, pero también le costó dinero. Eso no me gustó. En muchas cosas las mujeres adoramos a Bernardo Romero, es un gran escritor y le agradecemos que ponga como protagonistas a mujeres de más de 35 años y que las lleve al protagonismo, pero hay partes en que digo: ¡es un misógino! En una relación enferma como la que se da entre un golpeador y una golpeada, no es con dinero que se arregla; ahí tiene que haber psicólogo. En el fondo eres adicta a relaciones enfermas. Me hubiera gustado que Paulina buscara ayuda para levantarse y encontrar el origen de este tipo de relaciones, y que se dieran tips o guías a las mujeres. Dentro tuyo algo tiene que cambiar para que digas basta, pero no porque ahora sí me dolió, sino porque ahora me voy a respetar, he recuperado mi dignidad y no voy a permitir este tipo de relaciones.
¿Canas? ¡Pero si ya existe L'Oreal!
A lo largo de la entrevista las parroquianas del restorán El Garabato no pueden contenerse y se acercan a felicitarla: ``me encanta Paulina'', ``te felicito por tu trabajo'', ``¡duro contra ellos!''.
--¿Por qué piensas que Paulina logró convertirse en ídola de muchas mujeres?
--Un poco por lo que me sucedió como actriz. Cumplir 40 años parecía el error más grande de mi vida; no nos damos cuenta que no hay opciones: o los cumples o te mueres. Así como yo me sentía desplazada, ellas se sentían desplazadas de la pantalla. La imagen que veían de una mujer de más de 35 no correspondía a su vida. No son pocas las telenovelas que presentan a una mujer de 40 con canas, ¡y ya no existen, porque L'Oreal y Plenitud están desde hace mucho y los compra cualquier mujer y se lo unta en la cabeza!, ¿me entiendes? A la mujer le ponían canas y la volvían ``la madre cosa''. No tengo ningún problema con que una sea madre, sino que la pongan como la madre a la que ya no le pasa nada más que estar pendiente de su hijita, para ver quién la embarazó y que se case con el rico o el patrón... No sé, no éramos tomadas en cuenta. Son personajes horrososos en los que las mujeres que ven telenovelas no se ven reflejadas. Ya estaban hartas de tanta muchachita que qué vivencias puede contar para que una mujer de 40 se identifique. Paulina empezó a decir las cosas que muchas no decíamos, porque te sentías un monstruo al decir: `oye, ¿por qué mi marido sí puede y yo no?' ¿O por qué me voy a sentir culpable de sentirme guapa y bien, si me sigo sintiendo bien dentro de mí? ¿Por qué si voy al gimnasio te crean culpa? Paulina fue la voz que muchas mujeres tenían en su interior y no se atrevían a sacar.
--Será por aquello de que las mujeres no tenemos derecho ni a envejecer...
--Sí tenemos, ¡pero a envejecer bien! No está mal que cumpla años ni que los cumpla bien y que me quiera mantener joven --responde mientras toma un nutritivo licuado de plátano.
--¿Qué le ha prestado Margarita Gralia a Paulina y ella a Margarita?
--A Paulina le he dado optimismo. Y le he aprendido su sentido del humor; ya me permito jugar más y disfruto más.
--¿Cómo te pareció que se abordó el tema del aborto?
--Correctamente, porque así somos los seres humanos. Detesto a la gente que tiene una respuesta para todo, siento que es el mentiroso más grande que empieza mintiéndose a sí mismo, sobre todo en temas como Dios, la vida, la muerte, el aborto. No es cierto que tengas una opinión definida y firme, y menos a esa edad y con el trauma de una violación. Tiene que haber un encuentro de muchos sentimientos: rabia, coraje, tristeza, dolor, y eso te tiene que confundir.
--Dices que Alejandro Salas es un extraterrestre, ¿con qué tantos extraterrestres nos podemos topar?
Ríe abiertamente: ``Ojalá que a la vuelta de cada esquina hubiera un Alejandro Salas para todas las mujeres que se lo merecen; no hay muchos. También me gustó que se mostrara la amistad entre hombre y mujer; creo que cuando la mejor amiga de una mujer es un hombre te complementas, y es la amistad más maravillosa''.
Desde 1994, Gralia cede parte de su tiempo a su labor en Aca Sida (Acapulco contra el Sida, AC), la cual asume ``como un compromiso como personaje público y como mujer de los 90''.
--¿Paulina siempre exigió condón a sus hombres?
--Sí, lo cargaba en la bolsa, como debería hacer toda mujer moderna.
--¿Te pareció justo que se castigara a Paulina con sida, hablaste con el escritor al respecto?
--Tuvimos cierto diálogo; antes de grabar se analizaron los personajes con él. El es una gente muy firme, no modificó nada; de pronto peleas y dices yo le cambiaría esto, pero como actriz mi reto es interpretarlo. En el caso de Paulina, también hay que ver que es una mujer muy buena para dar consejos, pero incapaz de verse en el espejo y ver sus errores. Y por supuesto que estoy en total desacuerdo en que el sida se abordara como castigo. Cuando comenzó el sida los chistes eran de una crueldad infinita, ¿y por qué nadie se ríe de que, bueno, tu abuelita se murió de cáncer? Tenemos una mente muy pervertida a causa de una educación a la cual mucho debemos a la religión, a la falsa moral, oye ¡pero cuántos hombres se han muerto en la cama con su amante más joven y les da un infarto porque --ríe-- ¡ya no pueden con el paquete! ¿Me entienes, por qué no se habla de eso también? ¿Tengo razón o no?