La Jornada 6 de abril de 1998

Encabeza operaciones contra militantes del PRD en Atoyac, asegura ese partido

Maribel Gutiérrez, corresponsal, Acapulco, Gro., 5 de abril Ť El comandante Epifanio Hernández Vélez, quien es señalado como uno de los principales responsables de la desaparición de 400 campesinos en la época de la represión a la guerrilla de Lucio Cabañas, regresó a la Policía Judicial del Estado (PJE) y actualmente encabeza las operaciones contra perredistas en la sierra de Atoyac, informó el secretario de Prensa del PRD estatal, Wilebaldo Rojas Arellano.

Uno de los dos perredistas detenidos la semana que concluyó, José Luis Blanco Flores, está en el Hospital General de Acapulco, a donde fue trasladado después de seis horas de tortura para que se declarara culpable del secuestro de Pablo Gerardo Morales, ocurrido en El Quemado, además de que pretenden involucrarlo con el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Rojas Arellano manifestó que existen evidencias para señalar que quien encabezó la detención y las torturas en contra de José Luis Blanco Flores, el 29 de marzo, fue Epifanio Hernández y como prueba de ello señaló la camioneta Cherokee, verde oscuro, placas HA17217 en la que el perredista fue aprehendido, que es la misma en que fue visto ese día el comandante de la PJE.

``Hay una situación grave, se están violando los derechos humanos, y están al frente de esas acciones personas con negros antecedentes en la represión'', manifestó el líder perredista.

En las últimas dos semanas, las operaciones de la PJE en la sierra de Atoyac se han combinado con los patrullajes en caminos y las incursiones de tropas del Ejército en los pueblos.

El viernes 27 de marzo fue detenido y sometido a torturas José Juan Sandoval, y dos días más tarde José Luis Blanco Flores, integrante de una de las familias desplazadas de sus pueblos por la violencia.

``El mero comandante de la Policía Judicial me torturó. Me estuvieron golpeando seis horas en el cuartel de Atoyac, donde está el Colegio de Policía. El comandante encabezó todo, con ayuda de otros policías'', dice Blanco Flores, campesino de 35 años, militante del PRD, en una cama del Hospital General de Acapulco, a donde fue trasladado porque su vida corre peligro por las severas lesiones que le provocaron los policías.

``Me pusieron las esposas y me llenaron la boca de trapos y encima una venda que me amarraron muy fuerte. Me acostaron en dos llantas, y encima me pusieron otras dos, y se sentaron encima tres policías para asfixiarme. Con las manos me golpearon en el cuello. Me echaron tres cubetas de agua en la nariz, con una bandeja, y después me echaron salsa Búfalo y más agua con gas.

``Querían que dijera que yo había secuestrado, pero no es cierto. Entonces el comandante me dijo: Estás muy entrenado, aguantas mucho. Tú has de ser del EPR. Todos los problemas de El Quemado tú los has hecho. Tú traes ropa militar, color olivo y cargas cuerno de chivo.

``Más tarde, el comandante le dijo a otro que me bajaran los pantalones porque me iba a violar. Al último yo tuve que aceptar todo lo que me iban diciendo para que me soltaran''.