La Jornada martes 7 de abril de 1998

Fernando Benítez
Un trágico momento

Durante 500 años, la Colonia y la República no se han interesado sustancialmente en mejorar la suerte de los indios que viven en condiciones de extema pobreza o abandonados a sus escasas fuerzas. Sólo en el tiempo del antropólogo don Alfonso Caso se fundó el Instituto Nacional Indigenista (INI), que hizo verdaderos milagros en favor de las etnias, pero tenía un escaso presupuesto que le impidió abarcar y beneficiar a una mayor cantidad de pueblos indígenas.

Hoy, la Secretaría de Gobernación llama al PRD a proponer y defender una iniciativa en materia de derechos y cultura indígenas en el Congreso de la Unión, y establece que es ``inadmisible'' detener el avance del país por un grupo armado que se opone a un proyecto legislativo y que no representa a los cerca de 11 millones de indígenas que viven en México. En el gobierno parecen olvidar que los antepasados de esos casi 11 millones de que habla Gobernación, con frecuencia se han rebelado contra sus opresores y han sido derrotados de modo ignominioso, y que los legisladores priístas, durante más de cincuenta años, nunca se ocuparon del problema indígena. Los indios siempre han estado marginados y han vivido en una miseria lacerante.

Más bien deberían recordar que luego del levantamiento de Chiapas, el problema indígena tomó otro cariz, y que fue gracias al EZLN que la sociedad nacional empezó a tomar conciencia de los agudos problemas que afectan a las etnias del país y en especial las de Chiapas.

Ya he señalado que todo lo que se dice de arreglos unilaterales o tretas legislativas no tiene sentido y no traerán la paz. Espero que se me perdonen tantas repeticiones, pero las juzgo necesarias en este trágico momento.