La Jornada 8 de abril de 1998

RITMO SIN LIMITES

Carlos Paul Ť Después de los más recientes conciertos en México, donde el despliegue tecnológico en el escenario de bandas como los Rolling Stones y U2 marcaron la pauta, David Byrne regresó a la esencia, a la música.

Con sólo tres músicos y Christina Weeler en el coro, Byrne realizó un recorrido desde aquellos éxitos que hicieron famosa a su ex banda Talking Heads hasta Feelings, su nueva producción discográfica.

Desmond Foster en la guitarra y coros, Bruce Kaphan en los teclados, Christina Wheeler en los coros y Rea Mochiach en la batería acompañaron a Byrne quien, vestido con un traje rosa mexicano, abrió su único concierto en un abarrotado Teatro Metropólitan.

En la primera parte de su presentación el ex líder de los Talking Heads, banda que en la década de los ochenta se consolidó como una de las más vanguardistas de la época, prendió a sus seguidores y no les escatimó los éxitos que lo dieron a conocer desde los años setenta.

Fue una noche en la que la salsa, la música disco, el funk y hasta un tango se mezclaron para recrear el espíritu punk con el tecno de los noventa.