JOVENES CATOLICOS EN LA PLAZA MEXICO
Alma E. Muñoz Ť ``Chiapas es un polvorín al que parece que inconscientemente nos hemos acostumbrado, del que no queremos preocuparnos, olvidando que hay mucha hierba seca y que el estallido social podría afectar otras regiones'', aseveró el obispo de Tehuacán, Puebla, Mario Espinosa Contreras, para quien el tema no es el único que compone la ``agenda'' de amenazas para la paz en México: también se encuentran los contrastes económicos, la corrupción, la violencia y la delincuencia.
En su mensaje de Pascua, el religioso recuerda a los católicos la importancia de orar para que los gobernantes y ``todos los protagonistas'' en el conflicto chiapaneco ``busquen con sinceridad, equidad y apertura la tan anhelada paz, esa paz que es vida en plenitud; para que sean conscientes de su desafío histórico y lo asuman con altura de miras, auténtico humanismo y nobleza de corazón''.
Mediante cuatro apartados, Espinosa Contreras ennumera las ``realidades'' que, a su ver, obstruyen la paz.
Empobrecimiento, el más devastador y humillante de los conflictos
Como primer punto menciona los contrastes económicos del pueblo, cuyas consecuencias sumen a ``la inmensa mayoría'' de los ciudadanos en un ``nivel de escasa suficiencia e incluso, a otros, los obliga a sobrevivir en condiciones infrahumanas''. Por ello, recuerda que en su proyecto pastoral 1996-2000, la Conferencia del Episcopado Mexicano sitúa al ``creciente empobrecimiento'', como el ``más devastador y humillante'' de los conflictos para nuestra patria.
La corrupción es el segundo punto de la ``agenda'' del obispo, pues precisa que el fenómeno ``invadió distintos y amplios niveles sociales, así como a instituciones''.
Un tercer apartado se refiere a la violencia y la delincuencia. Para englobarlo considera suficiente leer la prensa, escuchar los noticiarios y ver los espacios televisivos, para ``contemplar al país en una interminable nota roja''.
Chiapas es el centro de su mensaje. Y para este tema, el religioso asegura que ``todos estamos confundidos por el entreveramiento de las posiciones que asumen los protagonistas y participantes en el conflicto. Esta situación compleja, con la presencia ingente de gran pobreza y marginación, es posiblemente la expresión más cruda y dramática de lo que falta por hacer en beneficio de la población mexicana''.
Para el jerarca católico de Tehuacán, la ``paz plena no es sólo ausencia de conflictos o guerra, sino una vida en plenitud''.
Por otra parte, ayer por la tarde el cardenal Norberto Rivera se reunió con alrededor de 50 mil jóvenes católicos en la Plaza de Toros México. Mediante su mensaje, el arzobispo primado pidió a la sociedad ``no sufrir tentaciones para ser poderosos, famosos o ser alguien importante en la vida''.
Recomendó dejar de adorar a ``ídolos'' para acercarse a Jesús. ``Cierra tus oídos a tantos ruidos que te ofrecen falsas esperanzas'', éstas -mencionó- no te acompañarán ``al hoyo'' para continuar disfrutando ese tipo de vida.
Las monjas animaron a los jóvenes a bailar y cantar
A su arribo al coso taurino, Norberto Rivera recibió vítores y aplausos. Las expresiones de alegría recordaron las corridas de toros o conciertos que se realizan en ese centro y en donde el público desborda su entusiasmo.
No importó que en esta ocasión los asistentes tuvieran que dar 10 pesos cada uno para pagar el alquiler del local y transportar el material para este primer encuentro religioso, organizado por el padre Luis Butera, fundador de la agrupación Los misioneros, servidores de la palabra.
Desde las nueve horas comenzó el retiro espiritual para los jóvenes, quienes después de la visita de Norberto Rivera fueron animados por las religiosas de la orden (algunas ya con los votos hechos) a bailar y entonar las canciones sobre el tema. Ellas indicaban desde el centro de la plaza, cómo ejecutar algunas pasos, tiempo antes de iniciar la misa final del retiro.