Luis Javier Valero Flores
Alternancia solapadora

``No vamos por la masacre de todo lo que huela a PAN. No vamos a acusar a Francisco Barrio de los problemas por los que atraviesa Chihuahua''

Patricio Martínez, candidato
priísta a gobernador del estado

El gobierno de Francisco Barrio terminará enmedio de un cúmulo de irregularidades. No tendrá problemas. El Congreso del estado, de mayoría priísta, le aprobó las cuentas públicas de todos los años.

Así sucedió, no obstante el cúmulo de irregularidades encontradas, con la de 1996. De nada sirvió que los chihuahuenses le hubieran encomendado a los priístas el Poder Legislativo y al PAN el Ejecutivo.

Acorde con las concepciones de su candidato al gobierno del estado, en el primer episodio de la nueva y fortalecida alternancia ``civilizada'' entre estos partidos, el tricolor aprobó verdaderas monstruosidades en el gasto gubernamental: proveedores no localizados, gastos comprobados con documentación falsa, servicios y bienes vendidos por funcionarios y empleados del gobierno, gastos innecesarios, dinero desaparecido, compra de automóviles para funcionarios públicos y una deuda pública gigantesca.

La administración blanquiazul heredará a los próximos cuatro gobiernos una deuda pública que asciende a casi mil 800 millones de pesos. ¿Cómo aprobar la cuenta pública si el gobierno del estado aumentó el endeudamiento en más de 700 por ciento, a pesar de las insistentes informaciones de que posee, en distintas cuentas bancarias, montos que superan los 400 millones de pesos? El costo financiero de la deuda equivale a más de dos tercios del gasto educativo.

Espantan las anomalías: existe un cheque para pagarle una conferencia a Carlos Castillo Peraza por 12 mil pesos. Los funcionarios de Finanzas alegaron en su defensa que ¡no se cobró!, en lugar de explicar la elevada cantidad.

El gobierno federal le envió al estatal casi mil 500 millones de pesos para solventar gastos educativos. A casi dos años sigue existiendo un faltante de 111 millones, sin que los funcionarios de Finanzas hayan comprobado en dónde están o en qué se gastaron. Esta cantidad es poco más del doble del presupuesto del Congreso del estado.

Pero si la conferencia del ex dirigente nacional panista iba a resultar cara, el informe público de Barrio de este año, el cuarto, no lo fue menos. Casi dos millones de pesos gastados en una faraónica ceremonia que nada tiene que ver con la sobriedad republicana reclamada por los panistas cuando ejercen la oposición.

No puede esgrimirse que se trata de un ``complot'' contra el gobierno del estado cuando el Poder Legislativo encontró un gasto de más de millón y medio amparados con documentación falsa.

Nuestros flamantes diputados no tuvieron empacho en aprobar las cuentas de la administración de Francisco Barrio. A lo más que llegó la ``oposición'' priísta fue, nuevamente, a recomendar a la Procuraduría y al gobierno del estado actuar ``conforme a la ley'', a pesar de que cosa semejante había hecho con la cuenta pública del 95 y nada sucedió.

No es todo. Al hacer la revisión de las cuentas del Instituto de Vivienda del Estado de Chihuahua (Iviech), el Congreso aprobó solicitar a la Procuraduría de Justicia indague si hubo delito de peculado porque el Iviech financió la compra de automóviles del año a 22 funcionarios y otorgó créditos con tasas preferenciales, a precios inferiores al del mercado, para compra de vivienda a otros.

No son las únicas irregularidades: el Iviech gastó cerca de 500 mil pesos en pavimentar una calle propiedad de una constructora privada; tres funcionarios pagaron sólo 29 mil pesos por casas valuadas en 170 mil; los automóviles entregados a los funcionarios, entre ellos al primer director del Iviech y dos por el actual, costaron más de un millón de pesos.

Extrañamente, el Congreso resolvió interrumpir, por ``estar fuera de sus funciones'', la investigación que realizaba al Fideicomiso Salvárcar, de cuyos manejos sobre bienes inmobiliarios se ha señalado insistentemente como beneficiarios al grupo Progeso, en donde participan el hermano del gobernador Barrio y el ex secretario de gobierno, Eduardo Romero, ex precandidato del PAN a la gubernatura.

No tiene razón Patricio; Barrio no es culpable de todos los problemas de Chihuahua, pero sí de causar unos y agudizar los más.

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