Taniperlas, bajo el dominio del grupo paramilitar llamado MIRA
Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de abril Ť A diferencia de la fallida ocupación de Acteal en diciembre pasado, la ocupación paramilitar de Taniperlas iniciada el día 11 sigue viento en popa. La coordinación de los distintos elementos participantes en el operativo ha rendido resultados tan satisfactorios que el secretario del gobernador Roberto Albores Guillén ya fue hasta allá a encabezar, con un acto aplastante, la ocupación de Taniperlas.
Hoy, el grupo paramilitar MIRA (Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista), después de saquear las casas del poblado y llevar a su favor 15 detenidos, se enseñorea agresivametne, al grado de que es casi imposible visitar Taniperlas. No se admiten observadores, periodistas, ``ni mucho menos extranjeros'', como dicen los mismos priístas.
Los hombres, bases de apoyo zapatistas o miembros de la ARIC, están ocultos en la montaña. Las mujeres y los niños son rehenes del MIRA. Están dentro de sus casas, sin poder salir. Ya se les acabaron las tortillas, el maíz y la leña.
Con el respaldo del Ejército Mexicano, que trasladó su campamento de Perla de Acapulco a las afueras de Taniperlas y controla el acceso, la Seguridad Pública del estado ha garantizado en todo momento la impunidad de los priístas que ocupan el pueblo, queman los cafetales y siembran el terror tranquilamente, para después acusar de los incendios a los zapatistas dueños de los cafetales destruidos.
Bajo la titularidad formal del gobierno estatal de Albores Guillén, se inició la ofensiva militar y policiaca contra las comunidades rebeldes, aunque no se haya roto aún el diálogo.
Según los diversos testimonios recibidos hoy en esta ciudad, la situación de Taniperlas es la del día después del inicio de la guerra. Sólo así se entiende que esté ocurriendo lo que a continuación se relata.
Hablan las mujeres de Taniperlas
En un acta dictada por las mujeres de Taniperlas, ``bases de apoyo zapatistas y de la Aric Independiente y Democrática'' denuncia ``el sufrimiento y el terror que estamos viviendo desde el 11 de abril, en que entraron en nuestra comunidad mucha Seguridad Pública, Judicial y Ejército Mexicano para detener a nuestros hijos y esposos, sitiando nuestra comunidad, y proteger los destrozos y mentiras que está haciendo la fracción priísta agrupada en el MIRA''.
En un extenso testimonio, donde además reivindica su derecho a organizarse en municipio autónomo y niegan las acusaciones que les tienen sembradas los invasores, las mujeres de Taniperlas dicen:
``Nuestros hijos y esposos, así como algunas familias, permanecen refugiados en las montañas desde que el MIRA rompió el orden injustamente en nuestra comunidad. No tienen comida ni cobija, están nomás escondidos en el monte. Nosotras también sufrimos el hambre y el miedo.
``Los que han iniciado este sufrimiento no son, por mucho, la mayoría de la comunidad son por el contrario unas cuántas familias, que militan en el PRI y la organización del CNPI, y que tememos forman parte del MIRA.
``Seguridad Pública, la Judicial y el Ejército Mexicano mienten al decir que protegen a la comunidad, pues tenemos miedo, nos persiguen y molestan desde que llegaron. Sólo han protegido la destrucción del municipio autónomo y detienen injustamente a nuestra gente. Nosotras no los queremos, no los solicitamos y no los necesitamos. Ellos fueron solicitados por los miembros del MIRA''.
Así fue como el día siguiente aparecieron los garrotazos y los gases lacrimógenos:
``Una muestra de que somos mayoría y no estamos de acuerdo con estos hechos, es la manifestación que se realizó en nuestro ejido el día 12 con miembros de esta comunidad y de otras cercanas que forman el municipio autónomo. La respuesta sólo fue la nueva agresión de Seguridad Pública lanzando gases, cortando palos para garrote, y la entrada de otros 25 carros (sumados a los 40 del primer día) de judiciales, Seguridad Pública y Ejército al día siguiente que rodearon los cerros cercanos sitiando la comunidad y deteniendo a otras nueve personas inocentes'' (sumadas a las 7 del primer día).
Las acusaciones de priístas en que se basó el operativo intercorporaciones del día 11, tales como despojo de terrenos y destrucción de árboles, se refieren a propiedades, no de los priístas, sino de las familias del municipio autónomo.
Por ejemplo, los garrotes. Siguen diciendo las mujeres de Taniperlas: ``Sobre los cientos de árboles frutales que supuestamente se cortaron para instalar el municipio autónomo, también es una mentira. En primer lugar eran unas cuantas matas de naranja y mandarina que estaban fuera de su terreno. Pertenecían a la escuela comunitaria. En segundo lugar, estos fueron cortados por el Ejército Mexicano y Seguridad Pública el día 12 para sacar palo y golpear a los que protestaban por su presencia y la destrucción del municipio autónomo''.
Según este testimonio, los abservadores nacionales y extranjeros ``son ojos incómodos para el gobierno, pues observan las arbitrariedades y las violaciones de nuestros derechos''.
Pueblo en vilo
Los días 14 a 16 de abril, un grupo de seis observadoras independientes se trasladó hacia la cañada del río Perlas y recorrió la zona recabando múltiples testimonios, hasta llegar a la atribulada población de Taniperlas, a la que finalmente lograron entrar ayer, ``después de pasar un retén militar que se situaba en el puente de entrada''.
En el informe de su recorrido, las observadoras describen la situación: ``La mayoría de las puertas de las casas estaban cerradas y había un escaso tránsito de personas.
``El Ejército Mexicano y Seguridad Pública se encontraban posicionados en el centro del poblado, en las instalaciones que ocuparon el municipio autónomo, situado entre la clínica y la escuela rural comunitaria 18 de Marzo''.
En este sitio, el grupo de observación pudo divisar edificios quemados y derrumbados. En la entrada del destacamento de Seguridad Pública, yacen restos deláminas y vigas de madera''.
Además, hablaron con los mandos militares y con un grupo de priístas dentro de Taniperlas:
``La única persona que se identificó fue el general Rivas García, de la séptima región militar. Después de entrevistarnos con el general al mando pidió a un integrante de las fuerzas de Seguridad Publica convocar al comisariado ejidal y concejo de vigilancia (conocidas autoridades del Partido de la Revolución Institucional) para que se presentaran con las observadoras a narrar los hechos ocurridos en Taniperlas desde el 11 de abril.
``Por otro lado, según testimonios de los habitantes de la comunidad con filiación priísta y del propio general Rivas, se han realizado quemas de cafetales en los alrededores de la comunidad, culpan de estos hechos a los integrantes de la ARIC Independiente y Democrática y a las bases de apoyo zapatistas. Sin embargo, los testimonios de los hombres (bases de apoyo zapatistas) que tuvieron que desplazarse a las montañas desde el día 11 de abril, aseguran que los cafetales les pertenecen y que son los propios priístas quienes los están quemando para después culpar de los incendios a los zapatistas.
``En los últimos momentos que permaneció el grupo de observadoras en la comunidad, arribaron 18 camiones de tres toneladas cargados con gente de otros poblados, que se identificaban como priístas, en espera del acto oficial que iba a realizarse a raíz de la visita del secretario del gobernador del estado de Chiapas''.
La entrevista con los priístas, entre quienes se encontraban el comisariado ejidal y un miembro del concejo de vigilancia, se dio en un ambiente tenso y agresivo, ``y ante la presencia de la Seguridad Pública y el Ejército, que desde el primer momento ofrecieron protección al grupo de observadoras, advirtiéndoles que los pobladores mostraban una actitud hostil hacia cualquier persona extraña a la comunidad''. Incluso, los guardianes del orden aconsejaron al grupo ``que abandonara el lugar cuanto antes'', ya que el día anterior una comitiva de la CNDH había abandonado el lugar intempestivamente, sin finalizar su investigación.
Las autoridades castrenses ``incluso invitaron a los observadores a no presentarse como miembros de organizaciones de derechos humanos''. No las fueran a morder.
Los priístas, ``en tono agresivo, manifestaron que no quieren presencia de ningún observador ni nacional ni mucho menos extranjero''. Agregaron que ni siquiera aceptarían a la comisión gubernamental. ``Manifestaron que los extranjeros son los principales culpables del conflicto, ya que enseñan `malos pensamientos' a los indígenas''.
Conforme hablaban, se formó un amontonamiento de priístas ``que se dedicaban a proferir palabras amenzantes'', así que temiendo por la seguridad, las observadoras se retiraron, ``escoltadas por un Hummer con efectivos del Ejército Mexicano que el mando superior puso a su disposición hasta la salida de la comunidad''.
Fue entonces que aparecieron los 18 camiones cargados de priístas para recibir al representante del gobernador en esta plaza , que en su interior alberga numerosos vehículos policiacos y militares, rodeados por cercas de púas, en guardia.