Hace ya 22 años, las naves Vikingo revolucionaron el conocimiento del planeta Marte. Vikingo 1 y 2, cada una formada por un orbitador y una nave de descenso, nos mostraron la superficie y el suelo marciano con un detalle a la altura de la tecnología de aquellos años.
Las naves de descenso Vikingo efectuaron numerosas pruebas con muestras de la superficie de ese planeta para intentar detectar alguna forma de vida rudimentaria. No tuvieron éxito. Mientras tanto, los orbitadores mapearon prácticamente toda la superficie marciana con un detalle superior a su nave antecesora, el Mariner 9.
Entre la gran cantidad de detalles de la superficie marciana, algunos sectores mostraron fallas que, por el nivel de resolución de las imágenes y los diferentes ángulos de iluminación, fueron rápidamente asociados con figuras conocidas y, ante todo, usados por los entusiastas de los fenómenos OVNI como argumentos para sus fantásticas teorías.
En una de las regiones, algunas montañas pare-cían tener formas piramidales, lo cual fue inmediatamente relacionado con las pirámides egipcias. Más espectacular aún fue la imagen de la región marciana conocida como Cydonia, uno de cuyos sectores asemeja claramente un rostro humano.
La figura del ``Rostro de Marte'' como se le popularizó, ha sido posiblemente la imagen más publicada de una región del planeta rojo. Los artículos en relación con ella han sido, por otra parte, los más representativos de cómo los amantes de las seudociencias pueden, en el menor de los casos, comerciar con ideas fantásticas. En el peor, han generado una tremenda confusión y maldirigido una fantasía ancestral.
Indudablemente, es posible imaginar, sin leer alguno de esos artículos, las diversas explicaciones que se han dado sobre el ``Rostro de Marte'': huellas de extraterrestres similares a las dejadas en la Tierra, representación de un astronauta extraterrestre, antecedentes de la vida en el planeta Marte y cientos más.
La reacción científica ante esa avalancha de dos décadas ha sido simplemente demostrar cómo en muchos lugares de la Tierra o ante muchos fenómenos naturales las formas adoptadas bajo ciertos ángulos e iluminación pueden parecer figuras conocidas sin tener la menor relación. El ejemplo típico es del escolar de primaria que reconoce la nariz de su profesor en una nube.
De manera más profunda, se plantea la necesidad de someter a prueba una situación que tiene muchos elementos de base para ser natural, como el caso de fallas geológicas, antes de especular en otras posibilidades. El desaparecido astrónomo Carl Sagan se refirió a este caso en muchas ocasiones y lo abundó bastante en una de sus últimas obras: El mundo y sus demonios.
Ciertamente, ninguno de los anteriores argumentos afectaron el despliegue de especulación sobre el rostro marciano, así como tampoco afectaron los enormes ingresos recibidos por publicaciones, programas de televisión y conferencias de los adeptos a los extraterrestres.
Previo a comenzar la misión del Mars Global Surveyor, destinada a obtener imágenes de alta resolución de la superficie marciana, Sagan propuso que había que abatir en definitiva esta controversia enfocando a Cydonia y publicando las imágenes de esa región.
Sagan falleció en diciembre de 1996. El Mars Global Surveyor arrivó a Marte en septiembre de 1997. Después de ajustar su órbita durante varios meses, comenzó el mapeo fino de la superficie marciana, en una misión que durará un año marciano (o dos terrestres).
El pasado 5 de abril, el Mars Global Surveyor enfocó la región de Cydonia y obtuvo una imagen con resolución de 4 metros, en la que el famoso ``Rostro de Marte'' aparece como lo que realmente se dijo y es en realidad: una región de montañas y fallas que, visto en ese detalle, pierde toda semejanza con un rostro humano.
Es indiscutible que esta imagen no habrá de convencer a los promotores de las seudociencias, quienes tienen una habilidad sorprendente para contra-argumentar. Sin embargo, será importante para muchos, incluidos maestros, que propagan versiones fantásticas alejándose increíblemente de una postura y cultura científicas tan, no necesarias, sino urgentes en nuestro país.
No debería ser necesaria esta prueba, pero ha sido conveniente. Sirva de reflexión e incite al escepticismo en el futuro.
Imagen de la región de Cydonia donde se ubica el "Rostro
de Marte", obtenida por el orbitador Vikingo en 1976.
A la derecha, fotografía de Cydonia obtenida por el Mars
Global Surveyor, el pasado 5 de abril.