En el caos limitado, encontrar un comportamiento no
periódico... aunque sea posible, su probabilidad es cero. En el caos
total, la probabilidad de encontrar un comportamiento periódico es
cero
Lorenz, E. (1993): La esencia del caos
La forma en que uno comenzará a escribir un texto, cualquiera que sea, es impredecible (salvo que se trate de un ejercicio burocrático de escritura). De igual manera, la forma en que se estrellará un cristal después de que una piedra sea lanzada contra él no se puede predecir. Algo similar sucede con el enamoramiento porque no se planea, predice, formula, etc., sino que aparece de pronto, de entre un conjunto infinito de posibilidades, situaciones y condiciones cuyo rasgo característico es la unicidad que lo distingue de otras cosas y su no periodicidad, no obstante que uno pueda enamorarse varias veces en la vida.
Así como no se puede establecer que la temperatura de cualquier día determinado sea de X grados centígrados, tampoco se puede determinar que el día Y el enamoramiento le ocurrirá a alguien en específico. En consecuencia, no se puede sostener tampoco (con alto grado de certeza o precisión) lo contrario, es decir, que no suceda eso que se predijo. Esto es posible porque la temperatura y el enamoramiento son comportamientos no periódicos. El enamoramiento no ocurre cada semana a la misma persona, pero no hay garantía de que sea imposible. Por ello es sostenible la idea de que uno no se enamore de dos o más personas a la vez, pero no es imposible.
En efecto, aunque sea posible, la probabilidad de encontrar odio en el amor, es cero, sin embargo en Yo, siempre hay Otro. Sin importar que sea posible o no, es poco probable encontrar racionalidad en las masas una vez que se han despertado iracundas, mucho menos hallar compasión en el terror (sobre todo cuando éste debe infundirse a toda costa). Pero sucede que hay memoria en el olvido, ya que puede recordarse lo que se suponía haber olvidado. Y rencor en el perdón, porque hay cosas que no se olvidan durante toda la vida aunque se hayan perdonado. Y alegría en la tristeza, en forma de nostalgia o melancolía. Esto porque la probabilidad cero no es sinónimo de imposibilidad.
Debe anotarse: probabilidad no es sinónimo de especulación, en tanto que no está hecha de fantasías e imaginación sino de posibilidad plausible, aunque sea infinita. Pensar que el Universo sólo es una posibilidad plausible de entre un número infinito de ellas, ayuda bastante. Complejidad, orden y caos, conforman, incluso, la estética de la naturaleza, por lo que resulta un poco complicado hablar de realidad física por un lado y realidad social por otro, sobre todo cuando a uno le es bastante sencillo interactuar con los objetos depositándoles afecto, es decir, uno se encariña con sus cosas.
Y hay que ser lo suficientemente conservador para no entender que en una situación social se da cita un infinito número de posibilidades, pero sólo sucede una de ellas, lo que la hace única e inolvidable, a pesar de que el número de variables presentes también sea infinito.
Es obvio que una de las necesidades de las disciplinas sociales sea la de pensar la realidad como múltiples sistemas caóticos, totales o limitados, en tanto que los sucesos psicológicos, históricos, políticos, económicos, etc., que conocemos son sólo una posibilidad plausible de entre un número infinito de ellas, entendiendo, sobre todo, que no pueden quedarse atrapadas en la tecnificación del lenguaje. Y si el caos habita en el reino de la imprecisión, digamos entonces que cada quien puede crear su propio caos, porque dentro de cada orden (incluso el que poseen los cuerpos de conocimientos altamente sistematizados) existe un caos indescriptible.
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