Insta el PRD al Presidente a firmar un acuerdo de rechazo a la violencia
Matilde Pérez U. Ť ``La paz bien vale un acuerdo, ciudadano presidente'', destaca el PRD en el escrito que envió ayer a Ernesto Zedillo, y a través del cual le pide firme una declaración política de legalidad, estabilidad, rechazo a la violencia, tránsito pacífico a la democracia y reforma política del Estado. Ello formaría parte del acuerdo de gobernabilidad y diálogo para la paz que el partido del sol azteca le propuso al PAN.
El PRD le reclama a Zedillo voluntad política y generosidad en las palabras y en los hechos. La generosidad --apunta-- debe estar del lado de quien ejerce el poder, y aclara que la estrategia política que le propone ``rechaza la violencia, la sangre, el exterminio y la deshonra histórica''.
Andrés Manuel López Obrador, presidente del PRD, afirma que si Zedillo acepta destrabar el proceso de paz y reconciliación en Chiapas, su partido se compromete a ``hacer un serio llamamiento al EZLN para que retorne, sin demora, a la mesa del diálogo hasta que se agote la agenda prevista'', así como a participar en los trabajos que se desprendan del documento.
A través de dicha declaración, el presidente Zedillo y todos los actores de la vida nacional que se sumaran --partidos, organizaciones sociales, asociaciones empresariales, ONG, entre otros-- se comprometerían a preservar la soberanía, mantener la integridad del territorio, no consentir leyes de privilegio y a proteger, con una ley, los derechos étnicos, ``con cuyo reconocimiento y ejercicio se avanzaría hacia formas de igualdad individual y colectiva más auténticas''.
En el documento dirigido al presidente Zedillo --el cuarto que ha enviado ese partido al Ejecutivo--, el líder perredista reitera que la propuesta de ley de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) sobre derechos y cultura indígenas no pone en riesgo la integridad territorial, la unidad de la nación ni el orden constitucional. Es la que traduce con mayor fidelidad los acuerdos de San Andrés, es congruente con el principio de bilateralidad, se corresponde con la magnitud histórica de los cambios que el país demanda y la que ha merecido la aprobación social más amplia.
En el citado documento, López Obrador advierte que la vía unilateral, como la que está intentándose con las dos iniciativas de ley en materia indígena que se tramitan en el Senado, conduce a mayores sufrimientos de la gente afectada, más represión y a mayores riesgos para la paz y la estabilidad política. Precisa que la estrategia propuesta por el PRD, y que forma parte del acuerdo de gobernabilidad, implica ``satisfacer las demandas planteadas por el EZLN para la reanudación de las pláticas hasta el agotamiento de la agenda prevista''. Esto, destaca, ``no se trata de condiciones de rendición ni supone de ningún modo el abatimiento de la dignidad presidencial. Son sólo los requerimientos mínimos para restablecer la confianza mutua''.
Las condiciones restantes, agrega, son: ``instalación de una Comisión de Seguimiento y Verificación de los acuerdos; estar de acuerdo con la propuesta de la mesa dos de San Andrés relativa a Democracia y Justicia; cese la persecución y el hostigamiento militar y paramilitar en las comunidades indígenas de Chiapas; liberación de los presos zapatistas del país, y el nombramiento de un comisionado con capacidad de decisión y facultades para adquirir compromisos en nombre del gobierno''.
Finalmente, López Obrador dijo que hasta ayer no había logrado comunicarse con el dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa, para conocer la respuesta del blanquiazul a la propuesta del citado acuerdo de gobernabilidad.
El dirigente externó su confianza de que en esta ocasión, el presidente Zedillo responda a la propuesta perredista. ``Hay que esperar'', concluyó.