GALERIA Ť Porfirio Alvarez Torres
La acuacultura, alternativa para el desarrollo sustentable

Sembrar peces u otros tipos de fauna o flora marina no es una idea tan común como sembrar hortalizas, procurar su crecimiento y consumirlas. Pero de la misma forma, la acuacultura genera divisas, provee especies para el consumo y recupera el volumen de recursos marinos en peligro de extinción.

El doctor Porfirio Alvarez (ciudad de México, 1957), director general de Investigación en Acuacultura del Instituto Nacional de Pesca, explicó que en México esa actividad, como recurso de exportación, puede traer muchos ingresos y beneficios, pero sólo si se acompaña de un buen desarrollo que atienda las necesidades regionales de la propia gente.

``Si no se orienta adecuadamente, se corre el riesgo de causar impactos ambientales y socioeconómicos en regiones donde antes no se conocía la acuacultura y ésta se imponga como actividad económica local. Cuando eso ocurre, las costumbres e historias de los pueblos cambian.''

Alvarez Torres, obtuvo su doctorado en en ciencia pesquera en la Universidad de Pesquerías de Tokio. Llegó a Japón para realizar su examen de ingreso en la universidad, obtener una especialidad y luego su maestría. Se vio en la necesidad de trabajar dos meses con visa de turista para subsistir antes de ser aceptado por la universidad, tiempo en que se hospedó en una capilla de sacerdotes españoles que vivían allí, ``porque los tiempos para conseguir las becas no llevan una congruencia con las necesidades o los tiempos de espera son demasiados largos''.

Ahora desarrolla y promueve la investigación acuícola para optimizar los cultivos de diversas especies, generar tecnologías adecuadas para mantener un desarrollo sustentable y plantear las bases científicas y técnicas para el establecimiento de normas regulatorias para la acuacultura.

``Entre los propósitos más importantes de la Dirección de Investigación, se encuentra un proyecto llamado El estado de salud de la acuacultura, que consiste en recopilar toda la información que hay en los archivos del instituto y mediante un esquema de análisis y modelos diagnosticar, monitorear y dar seguimiento permanente a los ajustes que se requieran. Tenemos también, un programa dirigido a conocer los impactos de la repoblación de especies en aguas dulces, para saber qué efectos tienen las siembras sobre las especies establecidas, si se incorporan o aumentan la producción, o si se genera un daño a la que ya existe. De esa manera, se requiere saber cuáles son las especies que se necesitan, en qué cantidades y qué costos tienen, así como cuándo la gente debe aprovechar ese recurso con la pesca.''

El doctor Alvarez Torres explica: ``En México no hemos sido capaces de diseñar un modelo propio de acuacultura, casi todo se ha importado. Si se observa, las especies que tienen el volumen más importante en el ámbito nacional son exóticas, lo que ocasiona un costo al introducir las tecnologías y tener un proceso de desarrollo acuícola que atienda su adopción.

``El camarón es la única especie nativa con un volumen importante de producción, pero aún no hay la posibilidad de estudiar otros elementos del país, porque representan especies poco atractivas de consumo o no han sido fáciles de domesticar o no se han tenido los programas para desarrollarlas. Tenemos un gran retraso.

``También existe la acuacultura rural, que atiende más el autoconsumo, como una alternativa de alimentación a la población mexicana en zonas alejadas. Esto funciona sólo a cierto nivel, ya que la poca continuidad de los programas, los cambios de administración, de estrategias y el poco seguimiento técnico por falta de recursos no siempre permite su buen desarrollo.''

Ante esos problemas, se creó la Red Nacional de Investigación de Acuacultura para las Aguas Continentales y Maricultura. Es una plataforma de discusión permanente para el intercambio de ideas entre instituciones, donde se identifican los proyectos para vincular a los investigadores con los productores.(Fotos: José Antonio López)