Ningún Estado tiene derecho a matar por hambre a otro: Castro
Afp, Reuters, Dpa y Pl, La Habana, 26 de abril Ť El presidente cubano, Fidel Castro, agradeció a Canadá su negativa a sumarse al bloqueo económico que Estados Unidos sostiene contra la isla caribeña, al recibir esta tarde al premier canadiense Jean Chrétien, quien inició hoy una histórica visita de 48 horas a Cuba.
Ataviado con su acostumbrado uniforme militar, Castro recibió esta tarde con abierta sonrisa a Chrétien en el aeropuerto José Martí, acompañado de altos funcionarios cubanos, en ceremonia transmitida en vivo por radio y televisión locales. Esta visita es la primera de un jefe de Estado canadiense desde la que efectuó en 1976 el entonces premier, Pierre Trudeau.
En su discurso de bienvenida, Castro calificó los 37 años de bloqueo estadunidense de ``un gran crimen'', ``la más brutal violación de los derechos humanos que hoy se comete en el mundo''.
``Ningún Estado debería considerarse con derecho a matar por hambre o enfermedad a otro pueblo. Eso es genocidio, es convertir una nación en ghetto y aplicarle una nueva versión del Holocausto. Es como usar armas biológicas, químicas o nucleares. Los que tales cosas hacen debe- rían ser llevados ante tribunales internacionales y ser juzgados como criminales de guerra'', aseguró.
Por eso, agradeció a Chrétien ``la cooperación de Canadá, que nunca ha sido metrópolis colonial, ni potencia imperialista, y que nunca se ha sumado al más prolongado, injusto y brutal bloqueo de la historia'', dijo.
Canadá, ``orgulloso de su política hacia Cuba'': Chrétien
Castro citó la condena del papa Juan Pablo II contra el bloqueo estadunidense, al que el jerarca de la Iglesia católica calificó de ``injusto y éticamente inaceptable''.
Chrétien, a su vez, también recordó la reciente visita papal y su llamada apertura recíproca de Cuba y del mundo, y dijo que ``los vientos de cambio están soplando a través de nuestro continente, y todos debemos adaptarnos''.
``Canadá se enorgullece de haber realizado siempre con Cuba una política de entendimiento'', señaló. ``En los buenos tiempos y en los malos, nuestros dos países han preferido siempre el diálogo sobre la confrontación, el contacto antes que el aislamiento, el intercambio al distanciamiento'', agregó.
En su breve discurso, el premier se refirió una sola vez a los derechos humanos al recordar una declaración de 14 puntos que Canadá y Cuba negociaron el año pasado, ``sobre una amplia variedad de tópicos, tales como los derechos humanos universales''. Castro se había adelantado a tocar el tema, al calificar a su pueblo de ``ejemplo sin mancha de la lucha por la dignificación del hombre dentro y fuera de nuestra patria''. También sostuvo que ``ningún Estado, por poderoso que sea, tiene derecho a imponerle a otro país un sistema político y social diferente al que el pueblo de ese país decida darle''.
El líder cubano llamó además a que ``cese la hipocresía. Cesen la doble moral y el doble rasero en la política mundial. Cesen de una vez por todas las infames maniobras que la potencia hegemónica realiza en el seno de la Comisión de Derechos Humanos (de la ONU) contra Cuba''.
En días pasados, Canadá votó en esa comisión a favor de un proyecto estadunidense de condena contra Cuba, iniciativa derrotada por primera vez en siete años.
Por otra parte, Castro destacó que la tercera terminal aérea de esta capital, parcialmente financiada por Canadá con un crédito de 29 millones de dólares, ``demuestra lo que puede lograrse con el respeto, la consideración y la paz entre los pueblos''. Chrétien, acompañado de su anfitrión, procedió más tarde a inaugurar esa terminal, que entre sus novedades cuenta con chequeo automatizado de boletos, pasarelas telescópicas y tecnología rápida. Oficialmente, Chrétien celebrará desde mañana y hasta el martes varias rondas de pláticas con Castro. También se reunirá con representantes de organizaciones no gubernamentales, y con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, y obispos católicos cubanos.
El programa del visitante incluye la firma de diversos acuerdos en materia de salud, deporte y cultura, pero según analistas, ambos mandatarios tocarán también temas más sensibles, como los derechos humanos. Chrétien admitió poco antes de viajar que el tema será uno de los pivotes de su visita. En medios diplomáticos no se descarta que Chrétien pueda llegar a un nuevo acuerdo con Castro en esa materia, e incluso que el gobierno decida, tras su visita, liberar a algunos presos políticos.
También se espera que ambos líderes discutan temas económicos. Canadá, uno de los países que con mayor vigor se ha opuesto a la ley estadunidense Helms-Burton, que sanciona inversiones extranjeras en la isla, fue en 1997 el segundo socio comercial de la mayor de las Antillas, con intercambios que aumentaron a casi 500 millones de dólares el pasado año.
El compromiso de Canadá con Cuba es una excepción en la política exterior de Ottawa, que en el escenario internacional actúa casi siempre junto a Estados Unidos, su principal socio económico. Durante su visita a Cuba en 1976, Pierre Trudeau enfureció a los anticomunistas al exclamar ``¡Viva Castro!''.
Canadá y México --los socios de Estados Unidos en el TLC-- son los únicos países de América que nunca rompieron relaciones con La Habana.
Justo antes de que Chrétien iniciase su viaje hacia Cuba, funcionarios canadienses confirmaron que La Habana acordó pagar a la compañía Confederation Life Insurance una compensación de 8.5 millones de dólares por los bienes incautados y las cuentas congeladas tras la revolución de 1959. Se espera que el anuncio oficial sobre el acuerdo, que llevó 14 años en negociarse, se haga público el lunes.
La visita de Chrétien a Cuba es observada cuidadosamente por las compañías estadunidenses, que esperan la oportunidad de negociar con La Habana si se flexibilizara el bloqueo impuesto por Washington.
La mirada estadunidense
``El viaje canadiense recordará a los empresarios estadunidenses lo que se podría hacer en Cuba si no existiera el embargo'', dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cubano Estadunidense, con sede en Nueva York. Kavulich calculó que unos 3 mil empresarios estadunidenses viajarán a La Habana en 1998, frente a unos 500 en 1994.
Por otra parte, el nuevo embajador español en Cuba, Eduardo Junco, llegó este domingo por la tarde a La Habana para ``trabajar y hacer amigos; amigos personales y amigos para España'', según declaró en el aeropuerto José Martí.
Con la llegada de Junco comienza un proceso de deshielo formal Madrid-La Habana, tras una crisis de 17 meses iniciada en noviembre de 1996 cuando el designado embajador José Coderch anunció antes de tomar posesión que las puertas de la sede diplomática estarían abiertas para la ilegal oposición interna. Esto fue interpretado por el gobierno cubano como una injerencia en la política interna y retiró el beneplácito a Coderch.