Bertha E. Luján
La Cumbre de los Pueblos de América vs la segunda Cumbre de las Américas

A los trabajadores ferrocarrileros, por su incansable lucha por la democracia y la justicia

En un acto protocolario realizado en el Hotel Sheraton, sede de la cumbre oficial, el canciller chileno, José Miguel Insulza, hizo el compromiso de entregar a los jefes de Estado y de Gobierno del hemisferio las propuestas que discutieron y acordaron más de mil delegados provenientes de 21 países de América, quienes participaron en los foros que analizaron el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) a la luz de las demandas y necesidades del movimiento indígena, campesino, de mujeres, ambiental y laboral.

Asimismo, recibió la Declaración que emitieron los senadores y diputados presentes en el foro parlamentario, donde se demanda la inclusión de los legisladores en la negociación y aprobación de los acuerdos comerciales, y particularmente del ALCA, así como la expresión unánime de solidaridad con la lucha indígena en Chiapas y la exigencia al gobierno mexicano de cumplir con los acuerdos de San Andrés.

Dos proyectos estuvieron presentes en Santiago: En la cumbre oficial, el de los gobiernos aliados del capital transnacional y de las grandes fortunas nacionales, que reafirmaron como único camino viable para nuestras economías el libre comercio y la libre inversión, y ratificaron el inicio de las negociaciones para concretar el Area de Libre Comercio para las Américas, con su agenda corporativa; y el proyecto alternativo, propuesto por representantes de importantes grupos de la sociedad civil que plantearon un no al libre comercio, sí a un comercio justo entre los países, y que evaluaron las experiencias subregionales, con saldos negativos en términos de empleos, salarios, seguridad social y de calidad de vida para las mayorías.

La diferencia radical entre un proyecto y otro no es si se acepta el libre comercio o no, sino en tener un proyecto nacional y luchar activamente por él, o no tenerlo, y dejar al libre mercado la definición del proyecto nacional.

El foro de la cumbre social que trabajó durante meses en las líneas generales de un proyecto alternativo, planteó actuar dentro de la globalización y no al margen de ella, ``negándonos a aceptar que la globalización neoliberal en curso es un proceso irreversible, que es necesario evitar sus consecuencias excluyentes, y que para ello es necesario participar en los procesos que dejan fuera las necesidades y demandas sociales''. No se trata, se dijo, de posiciones del pasado que buscan el aislacionismo comercial ni el proteccionismo tradicional.

Siete planteamientos básicos forman la estructura de esta propuesta alternativa aprobada en la Cumbre de los Pueblos.

1. Los procesos de integración deben preservar el poder de los países para mantener proyectos nacionales con estándares adecuados.

2. Debe privilegiarse el ámbito de la producción y desalentarse y regularse la inversión especulativa y el libre flujo de capitales golondrinos.

3. Los intereses corporativos no deben limitar la soberanía económica.

4. La integración debe ser un compromiso para mejorar los estándares de vida de la población; no debe permitirse que los países del sur sean ofertados por sus bajos salarios, la falta de protección social y ambiental o la precariedad laboral.

5. Los gobiernos nacionales deben preservar los esfuerzos locales para lograr comunidades rurales y urbanas viables, en las que existan actividades económicas sustentables, así como garantizar la soberanía alimentaria.

6. Los acuerdos comerciales deben establecer límites sociales y medioambientales al crecimiento económico. Las nuevas reglas del comercio deben asegurar el control democrático sobre nuestra tierra, nuestros recursos naturales y el respeto a los territorios y derechos indígenas.

7. Uno de los objetivos centrales de cualquier acuerdo debe ser reducir las desigualdades entre las naciones, dentro de los países, entre mujeres y hombres, entre razas. Ello implica políticas económicas nacionales y globales que lleven a la redistribución del ingreso, e incluir fondos compensatorios hacia los países menos desarrollados y hacia las zonas marginales.

La cumbre social acordó impulsar el proceso de construcción de una Alianza Social Continental y algunas acciones inmediatas, que incluyen movilizaciones el 1o. de mayo y el 23 de octubre.