Ligan con el lavado de dinero a la pareja de empresarios ejecutados
Humberto Ortiz Moreno Ť Determinada su identidad por familiares, la pareja asesinada y abandonada en Picacho el domingo pasado habría estado, según investigadores, dedicada al lavado de dinero del narcotráfico y sufrió las consecuencias de pretender timar a los mafiosos.
Los dos fueron ejecutados a golpes y por asfixia. Procedentes de Tala, Jalisco, Eleno Núñez Jiménez y María Luisa Rubalcava Saldívar eran prósperos empresarios que de la noche a la mañana acumularon fortuna en los negocios.
Una red de gasolineras daba cuenta del éxito económico que recientemente había acumulado el hoy occiso.
Mauricio Tornero Salinas, director de la Policía Judicial del Distrito Federal, reconoció: ``todo indica que fue un ajuste de cuentas entre mafiosos''.
De acuerdo con hipótesis manejadas por los agentes judiciales asignados al caso, la presunción de que en la balacera que privó de la vida a tres policías preventivos participaron agentes federales radica en las características de los vehículos ubicados en el lugar de los hechos, pues la Suburban habría sido identificada, conforme a testigos, como vehículo de la PJF.
Además, en el auto Pontiac estaba instalado un equipo de radiocomunicaciones que traía sintonizada la frecuencia de la PJF.
Al ser descubiertos y supuestamente reconocidos como agentes federales, los desconocidos --que estarían al servicio de narcotraficantes-- abrieron fuego en contra de los uniformados.
Así, estaría resurgiendo la llamada Banda de la charola, que desde la PJF protege y vende sus servicios como mercenarios a los capos de la droga.
Con hermetismo trabajan los investigadores de la Policía Judicial del Distrito Federal. Y es que, señalan fuentes de la PGJDF, el posible involucramiento de agentes federales complicará aún más las pesquisas por el bloqueo que comúnmente se enfrenta en estos casos.
Eleno Núñez Jiménez, de 45 años de edad, fue identificado por su sobrino Víctor Manuel García Núñez. El operaba una red de 25 gasolineras en diferentes puntos de Jalisco, aparte de otros prósperos negocios.
Ella, María Luisa Rubalcava Saldívar, fue reconocida por su hermana María del Socorro y su cuñado Salvador Palomino. Delgada, joven de 30 años, de tez clara, rubia, se supone radicaba en la ciudad de Los Angeles, California, y mantenía permanente contacto con Eleno Núñez, a quien visitaba frecuentemente en Guadalajara por asuntos, dicen, de negocios.
Por ello, la presunción de los investigadores en el sentido de que la pareja bien podría haber lavado dinero, vía sus empresas y conexiones en ambos lados de la frontera, para el cártel de los hermanos Lupercio Serratos, uno de los cuales ya está preso en Almoloya de Juárez.
La Banda de la charola, compuesta por agentes federales al servicio de capos de las drogas, estaría nuevamente en acción. La creó e hizo crecer el ex comandante Guillermo González Calderoni, hoy oculto en Estados Unidos bajo el amparo del programa de protección a testigos.
Ayer creció el rumor de que un policía preventivo que sobrevivió al ataque armado será determinante en los resultados positivos de la investigación.
También rindieron declaración los familiares de la pareja de ejecutados, lo mismo que testigos de los hechos.