Mullor: ojalá nunca se dé en el país lo ocurrido al obispo de Guatemala
Afp, Dpa, Ap, Reuters y Cerigua, Guatemala, 28 de abril Ť El gobierno de Guatemala aceptó hoy el ofrecimiento de Estados Unidos de contribuir en las investi- gaciones para el esclarecimiento del asesinato del obispo auxiliar Juan Gerardi, al tiempo que se conocían numerosas muestras de repudio nacional e internacional por el crimen.
En tanto que los restos de monseñor Gerardi eran velados y serán inhumados este miércoles en la Catedral Metropolitana, la gran mayoría de los sectores políticos y sociales daban por hecho que se trató de un crimen político, ya que ocurrió dos días después de que el prelado presentó un informe sobre las graves violaciones a los derechos humanos en el país.
Mientras llegaban condenas de Naciones Unidas, del papa Juan Pablo II, de numerosos organismos religiosos y de derechos humanos, así como de gobiernos de América Latina y Europa, el presidente guatemalteco Alvaro Arzú expresó su ``profundo dolor'' y ``consternación'' por el asesi- nato y prometió todo el ``empeño'' de su gobierno para esclarecerlo.
Sin embargo, el mandatario rechazó la exigencia de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA) para que se entreguen informes de las investigaciones en un plazo de 72 horas, al señalar que en este asunto no puede haber plazos, y que ojalá pudiera esclarecerse mucho antes, ``pero eso no se puede saber''.
El ministro de Gobernación, Rodolfo Mendoza, indicó que Guatemala aceptó la ayuda ofrecida por Estados Unidos, y que al respecto se le envió una nota al embajador Donald Planty, a fin de que el asesinato de monseñor Gerardi pueda ser esclarecido ``a entera satisfacción del pueblo de Guatemala''.
Externó que el gobierno tiene especial interés en aprovechar todos los recursos puestos al alcance para asegurar una investigación exhaustiva en torno a esta tragedia, e indicó que la ayuda estadunidense consistirá en el envío de expertos que se unirán a unos 150 agentes guatemaltecos ya dedicados al caso.
Tras apuntar que aún no se puede determinar si fue un crimen político o común, Mendoza añadió que por ahora hay dos sospechosos como presuntos autores del crimen, según la descripción brindada por el único testigo del crimen, quien detalló las características de un joven que salió del lugar donde fue ultimado el obispo.
Monseñor Juan Gerardi, de 75 años, fue asesinado el domingo en la noche a ladrillazos en la cabeza, y apenas el viernes había dado a conocer un informe de la ODHA --de la que era coordinador desde su fundación, en 1989-- en el que responsabilizaba al ejército y los paramilitares de graves atrocidades: 200 mil muertos y 50 mil desaparecidos.
Los probables móviles del crimen, ``sólo especulaciones aún'': Stein
El canciller Eduardo Stein indicó que por el momento sólo son especulaciones los móviles del crimen que se manejan, por lo que dijo no creer que haya una demora en los acuerdos de paz ni en los compromisos adquiridos por Guatemala, pero admitió que existe temor de que pueda afectarse el proceso de reconciliación.
Previamente, el gobierno de Arzú había anunciado la formación de una comisión integrada por varios ministros y cuatro representantes de la Conferencia Episcopal para esclarecer el crimen, ante lo que fuentes religiosas aseguraron que la Iglesia católica no avalará tal propuesta, pues ante todo se apoya a la ODHA.
Para Ruth del Valle, subdirectora del proyecto interdiocesano Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi) --que dirigió durante tres años Gerardi-- el gobierno guatemalteco será el responsable si no aclara este crimen, pues mostrará su incapacidad, y porque este hecho no puede ser adjudicado a la delincuencia común.
Según Del Valle, también representante de la ODHA, los asesinos quieren volver a infundir miedo y retornar al silencio de la sociedad como se vivió en Guatemala durante los últimos 36 años de guerra interna, pero aseveró que con hechos como éste, se pone en peligro el proceso de paz.
Lulú Colom, de la Fundación Manuel Colom Argueta, quien fue asesinado en 1979 por ser un prominente líder opositor, señaló que el asesinato del obispo muestra que el poder paralelo o militar está intacto, pues los cambios tras la paz han sido cosméticos, y sólo hubo un reacomodo de fuerzas dentro de un gobierno totalitario y represivo.
En tanto se observaban largas filas de indígenas, estudiantes y muchas otras personas para asistir a la Catedral Metropolitana, donde se velan los restos de monseñor Gerardi, el papa Juan Pablo II calificó el crimen de ``excecrable''.
En términos similares se expresaron organismos religiosos, de derechos humanos y gobiernos de América Latina como Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua; por su parte, el presidente cubano Fidel Castro se declaró ``indignado'', y el secretario general de la OEA, César Gaviria, urgió a ``encontrar y castigar'' a los culpables.
Estados Unidos reiteró su disposición de apoyar la investigación en Guatemala, y dijo que aún no se sabía si el crimen era político o no.
Asimismo, hubo condenas de España, de diversos organismos alemanes y de la prensa internacional; Francia advirtió sobre el riesgo de la interrupción del flujo de ayuda financiera internacional a Guatemala ante lo ocurrido.
Reacciones en México
La Arquidiócesis de México expresó el ``profundo dolor'' que ha causado a la Iglesia católica universal el asesinato del obispo auxiliar de Guatemala, Juan Gerardi, y exigió el esclarecimiento del crimen. En tanto, en una visita a Ciudad Juárez, el nuncio Justo Mullor expresó su confianza de que lo ocurrido en ese país centroamericano no se repita en México, donde también obispos y sacerdotes denuncian las violaciones de los derechos humanos.
Antes de partir a Guatemala como representante de la Iglesia de México en las exequias de monseñor Gerardi, el obispo de Tapachula, Felipe Arizmendi, dijo que ojalá en Chiapas se aprenda que la paz no es un asunto sencillo que se limita a la firma de unos documentos.
El Senado de la República expresó a su vez profunda consternación y deploró el crimen del obispo. A propuesta de la fracción parlamentaria del PRD, las tres fuerzas políticas representadas en la Cámara alta suscribieron un punto de acuerdo en el que ``con pleno respeto a la soberanía'' de Guatemala, se sumó a la demanda internacional ``para que se investigue y esclarezca de manera pronta el indignante crimen''.
Al presentar la propuesta, el senador perredista Mario Saucedo recordó que el asesinato ocurrió dos días después de que Gerardi presentó un informe sobre los derechos humanos en los 30 años de guerra. Con ello, dijo, Gerardi rompió el silencio que durante años mantuvieron víctimas de la guerra. Su trayectoria, agregó, es la de un defensor de los derechos de los más desprotegidos y reprimidos, pues libró una lucha por contrarrestar el poder de las armas con el de la razón y el respeto.
La Arquidiócesis de México, mediante su Comisión de Justicia y Paz, exigió el pleno esclarecimiento del crimen y de la responsabilidad de los autores, para que se rinda cabal respeto a su memoria, y su muerte sirva de ofrenda y contribuya a fortificar la conciencia colectiva de aquel país en la necesidad de la consolidación de la paz. (José Antonio Román y Andrea Becerril, Rodolfo Villalpando y Rodolfo Villalba, corresponsales).