La Jornada 7 de mayo de 1998

Fraudes por 10 mdd con el envío de dinero desde EU en dos años

César Martínez Ť Las remesas de dinero que los mexicanos residentes en Estados Unidos envían a sus familiares en el país mediante correo -más de 3 mil millones de dólares al año- han generado fraudes que en dos años representaron pérdidas por 10 millones de dólares al sistema financiero nacional, dio a conocer Manuel Abreu, presidente de la Asociación Mexicana de Casas de Cambio (AMCC).

A causa de estos manejos delictivos y para evitar pérdidas, estas instituciones financieras ya no reciben las órdenes de pago del correo estadunidense y quedaron al margen de un valioso negocio, mientras los beneficiarios de los envíos se ven perjudicados porque enfrentan dificultades para cobrarlas, además que deben cambiar su dinero a un tipo desventajoso porque hay menos competidores en el mercado, o recurrir a las transferencias electrónicas que son más costosas.

Durante 1997 cerca de 18 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos enviaron dinero a familiares en su país por 4 mil 865 millones de dólares --según datos del Banco de México--, lo cual representa la tercera fuente de ingreso de divisas más importante para la economía nacional, después de las exportaciones petroleras y los ingresos provenientes del turismo.

En entrevista, Abreu estimó que entre 60 y 70 por ciento de las remesas se realizan a través del correo de Estados Unidos, mientras el resto se gira a través de los nuevos medios electrónicos, mediante empresas privadas como Western Union o Elektra, que resultan más caros para los clientes.

El correo estadunidense es la empresa más grande del mundo, con 800 mil empleados y 40 mil puntos de atención al público distribuidos en todo el país, afirma el dirigente empresarial, y por lo tanto ofrece una red que facilita el acceso a los mexicanos residentes que requieren del servicio.

La operación se realiza a través de la compra de un documento en las oficinas postales del vecino del norte, denominado U.S. Postal Money Order, que es enviado hacia México mediante el sistema tradicional de correo simple, donde puede ser presentado luego por su beneficiario para ser cobrado en casas de cambio, centros cambiarios y bancos.

Posteriormente, la institución financiera deposita las órdenes en su cuenta con algún banco corresponsal y recupera el dinero. Sin embargo, cuando este último gestiona su cobro en el correo de Estados Unidos puede suceder que el emisor haga una reclamación contra los documentos, ya que estos contienen una especie de seguro contra extravíos o robos y puede recuperar la remesa. En ese caso la casa de cambio o institución en México que pagó la orden pierde ese dinero.

Abreu aseguró que ``el procedimiento de reclamo ha sido mal usado y ha dado lugar a fraudes'' que afectan a todas las instituciones financieras que de ``buena fe'' aceptan las órdenes de pago.

Además, ``nuestra contingencia es muy larga'', continúa el empresario, porque luego de que una U.S. Postal Money Order es pagada por la institución financiera, puede ser regresada por reclamo de extravío después de varios meses.

Explica que luego de que las cartas con las órdenes de pago son puestas en el correo, son robadas tanto en Estados Unidos como en México, e incluso existen bandas organizadas que se hacen de las valijas con envíos completos que contienen muchas remesas.

Si bien las órdenes deben ser emitidas a nombre expreso del beneficiario en México y existen procedimientos establecidos para verificar la identidad del mismo, las credenciales son falsificadas con relativa facilidad para poder cobrar el dinero, y además algunas instituciones financieras, en especial las mayoristas, no tienen las precauciones necesarias y son tomadas por descuido.

Debido a los fraudes, las casas de cambio integrantes de la AMCC, 30 de un universo de 34 instituciones de este tipo, resolvieron en noviembre de 1997 no aceptar más estas órdenes de pago mientras continúen las prácticas delictivas. Incluso la Asociación de Banqueros de México (ABM) emitió una recomendación a sus agremiados para que tuvieran cuidado con estas operaciones, comentó Abreu.

Consultado sobre la legalidad de negarse al pago de las remesas, Abreu informó que las casas de cambio son intermediarias financieras reguladas y supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), a la que comunicaron la situación, al igual que al Banco de México y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). ``Ellos nos han apoyado porque han entendido perfectamente el problema'', añadió.

Los fraudes comenzaron a realizarse hace dos años, pero en los últimos 12 meses se han intensificado, y la AMCC estima que por esta causa entre casas de cambio, centros cambiarios y bancos, las pérdidas totales contra el sistema financiero ascendieron a un total de 10 millones de dólares desde que empezaron las prácticas.

Para las casas de cambio el abandono de este servicio significa ``un sacrificio'', lamenta Abreu, porque representa la pérdida de un negocio muy valioso por el volumen que maneja.

Pero a los usuarios también les ocasiona problemas ya que tienen dificultades para que les reciban los cheques, pero principalmente porque deben aceptar el cambio de las divisas a un precio muy desventajoso.

``El hecho de que las casas de cambio no las estén comprando (las órdenes de pago), no ayuda a los usuarios porque la falta de competencia hace que el tipo de cambio sea desfavorable para ellos'', explica Abreu.

Actualmente, la AMCC junto a los bancos negocia con el correo de Estados Unidos la instalación de nuevos procedimientos de envío, de modo de evitar los fraudes. ``Estamos buscando tener un instrumento más seguro, para los usuarios y para las instituciones que compramos los documentos'', y se espera que en los próximos meses se encuentre una solución, finalizó Abreu.