Letra S, 7 de mayo de 1998
El embarazo adolescente se está incrementando
Falso. Datos del Consejo Nacional de Población señalan que la tasa de fecundidad de las mujeres de 15 a 19 años de edad se ha reducido casi a la mitad en los últimos 20 años, al pasar de cerca de 150 a 74 nacimientos por cada mil mujeres de ese grupo de edad. El número de embarazos tempranos y la proporción que representan en un año los hijos de madres adolescentes parecen elevados debido a la combinación de dos factores: porque la población púber se ha incrementado en los últimos lustros y porque la fecundidad de las mujeres mayores ha disminuido considerablemente, lo que se traduce en que la fecundidad de las mujeres jóvenes tenga mayor peso que antes. Esto contribuye a que se piense que el embarazo adolescente está aumentando, lo que es más aparente que real.
El embarazo adolescente contribuye de manera importante al crecimiento de la población; posponerlo permitiría que dicho crecimiento fuera significativamente menor
Parcialmente cierto. Se piensa que a menor edad de la mujer al primer parto más gestaciones ocurren a lo largo de su vida reproductiva. Sin embargo, aun cuando las generaciones recientes continúan teniendo su primer hijo a edades relativamente tempranas, tienden a terminar su etapa reproductiva más pronto, por lo que la diferencia en el número de hijos entre las mujeres que inician su fecundidad antes de los 20 años y aquellas que la inician a edades más tardías tiende a reducirse. Además, tanto los embarazos tempranos como la alta fecundidad se concentran en los grupos más pobres de la población. Posponer los embarazos sin reducir la elevada fecundidad de estos grupos, sólo lograría reducciones mínimas en la tasa general de crecimiento de la población.
El embarazo temprano conlleva riesgos de consideración para la salud de la madre y del niño(a) porque el organismo de la adolescente no está preparado para gestar y parir
Falso. Excepto a edades por debajo de los 15 años (cerca de 90 por ciento de los embarazos adolescentes ocurren después de esta edad), los riesgos biológicos y fisiológicos para la salud de una madre adolescente sólo son ligeramente superiores a los de mujeres de mayor edad. Los riesgos se deben a factores como condiciones de nutrición y de salud precarias y a que por razones económicas, sociales y culturales, las adolescentes que se embarazan pocas veces cuentan con la atención prenatal requerida.
Las madres adolescentes tienden a ser madres solteras
Falso. La mayoría de las adolescentes que se embarazan están casadas o unidas. Una proporción creciente se casa o se une después del embarazo, pero ello ocurre también entre las mujeres mayores de 19 años. Sólo una pequeña proporción de madres adolescentes permanece soltera, debido principalmente a la situación económica de la pareja (desempleo, bajos ingresos, inestabilidad laboral, etcétera).
Las adolescentes que se embarazan truncan su escolarización, lo que implica que deben enfrentar grandes obstáculos para su futuro desarrollo y el de sus hijos(as)
Falso. Más de la mitad de ellas ya había abandonado la escuela antes del embarazo. El hecho de que una cierta proporción de las adolescentes que se embarazan abandone la escuela, no se debe a que no quieran o no puedan volver a ella, sino a la inexistencia de condiciones favorables para hacerlo.
El embarazo y la maternidad adolescentes tienden a reproducir la pobreza
Falso. La maternidad temprana forma parte del "síndrome" de la pobreza. Posponer el primer nacimiento no contribuiría significativamente a reducir la pobreza, puesto que ésta se debe a una multiplicidad de factores que poco tienen que ver con la edad a la que ocurren los embarazos y los nacimientos.
¿Cuál es la política oficial?
En los últimos años se han intensificado los esfuerzos del gobierno mexicano para prevenir y atender los problemas vinculados con el embarazo y la maternidad en adolescentes. A continuación se mencionan los más importantes, así como algunas de sus limitaciones.
Educación sexual. La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha mejorado y extendido los contenidos de educación sexual en los libros de texto gratuitos, y ha experimentado con cierto éxito la introducción de cursos breves y talleres de "educación para la vida" en algunas escuelas secundarias. Estos esfuerzos se han visto limitados por la incomprensión y la escasa capacitación del personal docente, así como por la oposición organizada de algunos sectores a la incorporación generalizada de esta temática en los programas escolares.
Medios de comunicación de masas. El Consejo Nacional de Población y los organismos dependientes del sector salud han hecho esfuerzos por sensibilizar a la población y difundir información dirigida, en su mayor parte, a posponer la maternidad y a prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Sin embargo, estas campañas han tenido escasa continuidad y coordinación, además de que están basadas en supuestos dudosos sobre las necesidades de los y las adolescentes de grupos sociales diferentes.
Anticonceptivos posparto y posaborto. El sector salud, primordialmente a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de la Secretaría de Salud (Ssa), ha intentado incorporar más decididamente a sus programas de planificación familiar y de salud reproductiva a la población adolescente, particularmente cuando acude a sus instalaciones por eventos obstétricos, tales como el embarazo, el parto, y los abortos incompletos. No obstante, el personal de salud no cuenta con la capacitación idónea para el trato con adolescentes y prácticamente se limita a la atención de esos eventos y a la provisión de servicios de anticoncepción.
Prevención de embarazos adolescentes. Por tratarse, oficialmente, de un problema de salud pública, la prevención del embarazo temprano ha sido adoptada como función prioritaria de las instituciones del sector salud en los últimos años. La Dirección General de Salud Reproductiva de la Ssa coordina el programa de Atención a la Salud Integral y Reproductiva para Adolescentes; el IMSS cuenta con el Programa Coordinado de Atención al Adolescente, y otras instituciones, como el Programa para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), desarrollan también actividades de prevención.
Sus limitaciones consisten en que su normatividad preventiva no concuerda con la vocación institucional predominante --prescriptiva y curativa--, además de que los y las adolescentes no suelen identificar a las instituciones de salud como lugares para buscar consejería sobre sexualidad y relaciones de pareja.
Hacia una política de largo plazo
Muchas de las acciones para enfrentar los problemas del embarazo temprano se orientan en el sentido adecuado. Sin embargo, es necesario revisar algunos de sus supuestos y adecuarlos de manera más estrecha a las necesidades específicas de las adolescentes.
Se requieren políticas de largo plazo que contrarresten los efectos de la pobreza y la falta de oportunidades para el desarrollo de la mujer que favorecen la gestación temprana, y una política integral que conduzca paulatinamente a nuestra sociedad a aceptar la sexualidad premarital, conforme se extiende el periodo de espera para la unión debido a la mayor escolarización femenina. Al mismo tiempo, se debe apoyar la educación sexual temprana, acompañada de consejería y de acceso a servicios de planificación familiar.
Mientras no haya aceptación social del ejercicio de la sexualidad entre los jóvenes, continuarán sumándose obstáculos para prevenir embarazos no deseados y para evitar los riesgos que éstos conllevan para los y las adolescentes. Se requiere propiciar actitudes de mayor respeto, comprensión y apoyo hacia nuestros adolescentes en este campo.
Sociólogo, profesor-investigador de El Colegio de México, Programa de Salud Reproductiva y Sociedad.
Una buena y una mala. La buena: el c. Presidente de la República ya dijo esta boca es mía en el asunto del condón. Su pronunciamiento viene a significar el movimiento de jaque en el tira-tira frente a los oscurantistas comandandos por el verdugo Barroso Chávez, quien inexplicablemente sigue medrando en la otrora humanitaria Cruz Roja Mexicana.
La voz de Zedillo cayó como balde de agua gélida en medio de la anticipada canícula regiomontana. Una dama acusó de criminal al presidente haciendo eco a los chillidos infrahumanos de los Pro Vida. Esperemos noticias del frente, y no cantemos victorias anticipadas.
Así estarán las patadas para que el primer mandatario se tome la molestia de pronunciar las sílabas del inocente preservativo. Lo del doctor Ernesto Zedillo podría parecer cosa sencilla si no se revisa a la luz del contexto integral en que se dijo. Como buen político sabe que lo del condón, el sida y las políticas de control natal no son sólo elementos clave en los programas de desarrollo de su pueblo, sino factores torales en la batalla sorda que libra el país en su trascendental recomposición económica, social, cultural y política.
Cuando escuché decir al señor Presidente su insólito mensaje, claro vi el obús teledirigido oportunamente a los necios jerarcas vaticanos y a los gobernadores-empresarios panistas como el de Nuevo León. Su juego de dos bandas se escuchó fuerte en las oficinas de los patrones dueños del billete verde en el Fondo Monetario Internacional (FMI). El espectáculo es impresionante. Me sentí parte de un momento decisivo en nuestra historia, donde no sólo se define el futuro de una abstracción llamada México, sino la vida misma de mis seres queridos. Bien por el señor Presidente, que aunque errático en su responsabilidad en esa otra cosa de la guerra que se llama Chiapas, asestó un duro golpe a la mafia ultraderechista que quiere secuestrar la poquita libertad que aún nos queda a los ciudadanos bien nacidos.
Ahora va la mala: ¿cuándo veremos esas históricas palabras presidenciales convertidas en condones, medicamentos y apoyo a los seropositivos? Acá sólo sopla el viento sobre la tierra quemada.