La Jornada 8 de mayo de 1998

No pasó la enmienda del Ejecutivo brasileño sobre previsión social

Dpa, Afp y Reuters, Brasilia, 7 de mayo Ť El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso sufrió un duro revés al rechazar anoche el Congreso una claúsula clave para la reforma al sistema previsional que sólo reunió 307 votos, uno menos de los necesarios para lograr su sanción.

Sin embargo, el gobernante descartó que el fracaso de la iniciativa provoque una escalada inflacionaria y, por otra parte, acusó al Movimiento de los Trabajadores sin Tierras (MST) de perjudicar los esfuerzos del gobierno por entregar la comida a las víctimas de la sequía en la región nordestina, mientras los nueve obispos de esa zona condenaron ``la industria de la sequía'' y la corrupción electoral.

La bancada oficialista sólo logró reunir anoche 307 votos, uno menos de los necesarios para aprobar la reforma de previsión social, que hubiera fijado en 60 años la edad de jubilación de los hombres y 55 para las mujeres, independientemente de los años de servicio. La iniciativa recibió 148 votos en contra y once abstenciones.

Paradójicamente, el diputado oficialista y ex ministro de Planificación, Alberto Kandir, se equivocó al pulsar el botón del sistema de votación y oprimió el de abstención. El error fue saludado por la oposición, que en medio de risas celebró el error al grito de ``Kandir, Kandir''.

Pero más allá del acto fallido de Kandir, analistas destacaron que la derrota de Cardoso se produjo pese a que el mandatario ya había pactado con líderes parlamentarios y daba por descontada la aprobación de la reforma, orientada a reducir el déficit fiscal.

Más aún: decenas de legisladores oficialista abandonaron la sesión antes de la votación o se abstuvieron de hacerlo, lo que a juicio de analistas representa un indicio de que con el fallecimiento el mes pasado del presidente de la Cámara de Diputados, Luis Eduardo Magalhaes, a causa de un infarto, el gobierno queda en situación de debilidad y sin capacidad de negociar en el Congreso.

Dos días antes de la muerte de Magalhaes falleció el ex ministro de Comunicaciones, Sergio Motta, otro gran aliado de Cardoso y pieza importante en la maquinaria que impulsa el gobernante para lograr su reelección en octubre próximo.

Sorpresivamente, Cardoso habló ante las cámaras de televisión instando a los diputados a aprobar el próximo miércoles otras partes de su reforma de previsión social. Un Cardoso con rostro serio y hablando firmemente aseguró a la población que el resultado de la votación en el Congreso no disparará de nuevo la inflación.

Cardoso señaló por otra parte que ``es una inmoralidad usar la pobreza y el hambre para desorganizar aquéllo que es necesario poner en orden'', al referirse al apoyo del MST a saqueos de alimentos en la región nordeste del país, donde 10 millones de personas padecen una sequía.

El coordinador del MST, Joao Pedro Stédile, dijo que ``si el gobierno quiere evitar los saqueos... tiene que distribuir comida, no puede administrar burocráticamente el hambre''.

Stédile, absuelto esta semana por un juez de cargos por incitación al delito, declaró a Folha de Sao Paulo que Cardoso carece de un plan para resolver el problema de la sequía en el nordeste.

A su vez, el presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra, el obispo Tomás Ralduino, reiteró la posición de la Iglesia de que ``cuando se trata de una situación de desamparo, los bienes son comunes''.

``La única forma de calmar a quien está muriendo de hambre es llevarle pan para comer. El móvil de los saqueos es el hambre'', señaló el prelado, en momentos en que los nueve obispos del nordeste condenaron la ``industria de la sequía'' y pidieron trabajos de ``urgencia'', pero también ``permanentes'', para transformar el Sertao, la zona semiárida del nordeste.

En otros asuntos, unos 150 presos de un centro de detención en la localidad paulista de Marilia se amotinaron y tomaron a cinco personas como rehenes, en demanda de su traslado a otras prisiones. El penal tiene capacidad para 500 reos, pero su población es de 792.