La Jornada Semanal, 10 de mayo de 1998



Carlos García-Tort
Miguel Cervantes

ensayo

Los Burrón:

Dramatis personaeo un elenco cachetón


En la comedia humana de la ciudad de México, lo fundamental son los personajes. Carlos García-Tort y Miguel Cervantes nos entregan aquí los nombres de los entes de ficción que, de manera admirable, retratan y critican las realidades de un paisaje en extinción.



Doña Borola Tacuche de Burrón (a) La Güereja. Esposa de don Regino Burrón, y madre de Macuca y Regino Chico. Eje de la familia y antídoto de la sufrida mujer mexicana. Siempre ha soñado con llegar a ser una encueratriz o exótica famosa. Mujer de ingenio desaforado y alegría salvaje, sus fallidos intentos y múltiples iniciativas empresariales por sacar a la familia de la pobreza, gracias a un golpe de audacia, terminan en catástrofes, demandas judiciales o ingresos a la cárcel. Su gran inventiva la ha llevado a fabricar, entre otros, un vehículo espacial a base de un tinaco y un motor de licuadora, así como una línea privada del metro que corre de la vecindad al mercado. También ha encabezado numerosos y siempre abortados movimientos en contra de los maridos desobligados y los hambreadores. Viste a la última moda, aunque se desconoce de dónde obtiene el dinero para sus garras, ya que viven en la chilla. Ella sólo dice que ``lo rasguña del gasto''.

Don Regino Burrón. Sufrido esposo de doña Borola; de cuerpo y espíritu cortos, es dueño de la peluquería ``El Rizo de Oro''. Trabajador, educado y honesto desde chiquito, nunca ha logrado hacer dinero a causa de sus escrúpulos y su falta de audacia, lo cual siempre le reprocha su mujer, quien carece de los primeros y le sobra la segunda. Siempre paciente y comprensivo ante las insólitas acciones de Borola, él es quien termina por llamar al orden y desfacer los entuertos que su alocada mujer se especializa en crear, con el único afán de hacerse ricos por la vía rápida del chanchullo.

Macuca. Quinceañera eterna y, como su madre, siempre ataviada a la última moda. Tierna y dulce, heredó el espíritu apocado de su padre. Aventajada (pero nunca recibida) estudiante de la carrera de comercio, subsiste en constante defensa de su virtud, que se ve amenazada por los innumerables moscones que la rondan. Es el amor imposible de El Tractor. En la casa ayuda a Borola en los quehaceres domésticos mas nunca en la preparación de los chimoles, arte en el que Borola es experta.

Regino Chico (a) El Tejocote. Hijo primogénito. Ayuda al padre en la peluquería, pero nunca ha aprendido el oficio. Es un rompecorazones, sobre todo de mujeres mayores que él, pero el férreo control de su madre le impide tener novia permanente. No forma parte de ninguna pandilla, aunque es sociable y simpático. Es celoso guardián de la honra de su hermana. No se le conocen vicios, hábitos nocivos ni malas mañas.

Foforito. Entenado, recogido por el matrimonio para salvarlo de los malos tratos de su padre, don Susano. Chícharo en la peluquería y sombra de don Regino, posee el carácter probo de éste. Estudia música y toca virtuosamente el banjo.

Wilson. Mascota de la familia. Pequeño y de raza indefinida, sin embargo es capaz de convertirse en león de melena negra en defensa de sus amos.

Ruperto Tacuche. Hermano de doña Borola. Delincuente innato y experto en violar cajas fuertes, desde pequeño andaba embozado tras una bufanda. Ha intentado rehacer su vida, pero la misma policía no se lo permite. De buen corazón y arrepentido de su oscuro pasado, protege económica y moralmente a Bella Bellota y a su hijo Robertino.

Bella Bellota. Agraciada mujer que recibe el sustento material, moral y afectivo de Ruperto Tacuche, aunque al parecer nunca ha habido comercio carnal entre ellos. Honesta y amorosa, consagra su vida a la atención de su pequeño hijo Robertino.

Robertino. Pequeño atacado por la poliomielitis, se desplaza dentro de un cajón de ruedas que acarrean Bella o Ruperto. ƒste lo adora e invierte en él buena parte de sus ganancias, bien o mal habidas. El pequeño cree que Ruperto es su tío y así lo llama.

Cristeta Tacuche. Tía de Borola. Descendiente de familia porfiriana. De riqueza astronómica gracias a sus numerosos matrimonios, emigró a París en la época de Echeverría, cuando los chorromillonarios fueron asediados. Tiene innumerables pretendientes de la alta sociedad, que más que desear su cuerpo de baloncito playero, aspiran a apoderarse de su fortuna.

Boba Licona. Fiel confidente y autoritaria secretaria privada de la tía Cristeta. Le procura apoyo logístico, consejo sentimental y solidaridad moral en los frecuentes descalabros amorosos de la millonaria; además, le cepilla la espalda durante sus baños mañaneros en la piscina interior, mientras la adinerada tripona juguetea con sus cocodrilos Pierre y Marcel.

Doña Gamucita viuda de Pilongano. Sufrida anciana que vive de lavar ajeno a pesar de su diminuto cuerpo de perro. Madre consentidora de su holgazán hijo Avelino, quien se considera poeta de altos vuelos.

Avelino Pilongano. Hijo único de doña Gamucita. Aunque era un niño muy brillante, un horroroso golpe en la choya lo volvió bardo. Desde entonces, piensa que el trabajo es una afrenta al monumental talento de poeta que cree poseer. Aunque no ha publicado un solo libro, no duda que algún día su talento será reconocido y recibirá la fama (y el dinero) que merece. Se levanta a mediodía, una vez que su madre le ha llevado el magro desayuno a la cama.

Floro Tinoco (a) El Tractor. Amigo de Regino Chico. Junior que vive extorsionando a su acaudalado padre. Aunque tiene un cuerpazo enorme, dice que no puede estudiar porque, argumenta: ``yo ero chiquito''. Constantemente destroza costosos aviones, autos y motos, por manejar estas máquinas a velocidades siderales. Siempre sale milagrosamente bien librado, excepto cuando se los presta a doña Borola, a quien le encanta manejar a chorromil por hora.

Don Titino Tinoco. Hombre escandalosamente rico y padre de El Tractor. Casualmente, se inició como funcionario público. Más tarde, ya establecidos los contactos necesarios, desarrolló una exitosa carrera en el ramo inmobiliario. Guarda su fortuna dentro de su propia casa, probablemente en el closet. Tiene un ejército de guaruras, quienes se encargan de someter a duras penas al Tractor, cuando su padre decide castigarlo. Existe un calabozo con todas las comodidades dentro de su jaus, donde recluye a su hijo para castigar sus travesuras.

Conde Satán Carroña. Personaje vampiresco, que, junto con su esposa Cadaverina, vive en lúgubre mansión situada en un indefinible y solitario lugar de los alrededores del DF. Aunque él se alimenta de cualquier sangre humana (o de animal, si no queda otra), tiene una predilección enfermiza por la de doña Borola, a la que acosa eventualmente.

Chicho. Fiel sirviente de la aristocrática pareja. Es el encargado de procurarles alimento, ya que ellos, por su avanzada edad y la inseguridad reinante, ya no se aventuran a buscarlo fuera de casa.

Don Briagoberto Memelas. Cacique de La Coyotera. Ladino, pendenciero, borracho y mujeriego. Tiene más de 80 esposas en su pueblo y los alrededores. Protagoniza un extraño compadrazgo con los Burrón: es aborrecido por don Regino pero apreciado, interesadamente, por doña Borola. Cuando visita la capirucha, se hospeda en el pulguero de la familia; llega a la medianoche, golpeando la puerta y acompañado de su fiel cabalgadura. En un experimento genético que se adelantó a su tiempo, logró la creación del famoso cuaco-pollo, curioso equino que cuenta con dos patas, sobre las que guarda un precario equilibrio.

Don Juanón Teporochas. Diminuto cacique de San Cirindango de las Iguanas, población vecina de La Coyotera; las separa un mortal desierto plagado de coyotes, víboras y alimañas. Cruzarlo de día es imposible, a causa del tremendo calor; sólo se le puede transitar por la noche, a galope tendido y profiriendo maldiciones a grito pelado. Compañero de andanzas (y de partido) de don Briagoberto, su carácter templado sirve de frágil equilibrio a las atrocidades que este último perpetra constantemente.

Susano Cantarranas. Sempiterno mujeriego y catador de tlachicotón, vive y se desempeña como pepenador en la Tercera Ampliación de la colonia El Terregal, adjunta a la del Cuernito. Habita una casucha de cartón y láminas en la compañía alternada de diversas novias.

La Divina Chuy. Entre los numerosos ``detalles'' de Susano, ella ha sido la más aguantadora. También vive de la pepena y comparte con Susano el canijo gusto por el caldo de oso.

Don Quirino. Dueño y/o administrador del hotel El Catre, donde se hospeda Ruperto Tacuche. Le profesa un afecto paternal y procura defenderlo de la tecolotiza cuando ésta acude a aprehenderlo, por delitos reales o imputados. Comparte con Ruperto el frugal desayuno de campechanas y chilindrinas que éste lleva cuando trabaja como panadero.

Pánfilo Bonete. Acaudalado amigo de don Regino Burrón. Sólo busca al chaparrito para jugarle elaboradas y costosas bromas, que lo hacen salir de sus casillas y estar al borde del infarto, todo para regocijo de su cábula amigo.