TOLUCA, CAMPEON DE VERANO TRAS 23 AÑOS SIN UN TITULO
Marlene Santos A. Ť ``¡Sí se pudo, sí se pudo!'' y ``¡Meza, eres un chingón!'' , gritaban enloquecidos los seguidores del campeón Toluca en el pletórico estadio de La Bombonera, tras haber sufrido y gozado 90 intensos minutos, que pusieron a muchos al borde de un paro cardiaco, y durante los cuales Diablos Rojos dio de manera espectacular la voltereta a un marcador que parecía aplastante.
En la cancha los jugadores escarlatas se abrazaban y lloraban de alegría; Pedro Pineda perseguía enfurecido al croata Darko Vukic, quien prefirió alejarse corriendo; el silbante Arturo Brizio dijo misión cumplida, se despojó de su playera y se la puso a su pequeño hijo, lo tomó de la mano y salió tranquilamente en medio de un mar de gente; el técnico Enrique Meza fue alzado en hombros por una multitud al igual que el goleador José Saturnino Cardozo, quien anotó los dos tantos que significaron el título del Torneo de Verano 98, tras una victoria de 5-2 sobre el Necaxa, y un global de 6-4.
Minutos antes del arranque del cotejo, los animadores vestidos de demonios dirigieron infinidad de porras desde la cancha. Las mantas de apoyo lucían por los cuatro costados: ``Gracias Fabián'', ``Estay: todo Toluca está contigo'', No faltó la quema de cohetes chifladores y humeantes, y un diablo armado como torito de feria que echó luces y mucho humo rojo. Pero de inmediato, apenas a los dos minutos, el diablo parecía muerto, fulminado por dos goles tempraneros de Rayos que no sólo desconcertaron a los jugadores locales; también el público enmudeció unos segundos. El 2-0 en contra, más un adverso 2-1 en el partido de ida, dejaron al equipo local obligado a anotar 4 goles para ganar... Los diablos no hicieron 4, sino 5.
Apenas se cumplía el minuto de juego cuando Aguinaga dio pase lateral a José Luis Montes de Oca, quien en posición adelantada puso el 1-0 con tiro desde el costado derecho, al que Mario Albarrán se lanzó tarde. El portero local cayó presa del nerviosismo y en los siguientes segundos se complicó la vida: intentó sujetar un balón que bien pudo despejar con el pie, lo soltó ante Aguinaga, quien aprovechó el regalito para anotar el segundo gol. Antonio Taboada reaccionó de inmediato y a los 3 minutos descontó al conectar un rebote, su disparo atravesó la poblada área necaxista hasta anidar en la meta defendida por Adolfo Ríos.
La gran afición toluqueña lanzó el grito de guerra: ``¡Sí se puede, sí se puede''!, al que se sumó la porra perra brava, mientras se despojaba de sus playeras. Toluca se fue al ataque con disparos de José Manuel Abundis y de Cardozo, quien perdió dos mano a mano con Ríos. El estratega local dio instrucciones al mediocampista Vukic, quien a los 32 minutos entró por el defensa Adán Núñez, enseguida el croata puso un largo y preciso servicio a Abundis, quien fusiló a Ríos para el 2-2. Todavía un disparo de Cardozo fue salvado por la defensa necaxista cuando Ríos estaba vencido, así se fueron al descanso, ante el estruendoso clamor de ``¡Sí se puede!''.
Toluca salió con anticipación a la cancha, le urgía ganar, y a los 52 minutos, Abundis puso el 3-2 al rematar un tiro indirecto que cobró Víctor Ruiz. De nuevo surgió el festejo apoteósico. Desde su palco de honor don Nemesio Díez esbozó una sonrisa, el octagenario empresario del grupo Modelo ganaba de todas todas, las coronitas corría como en río, a raudales entre las gradas, la gente compró cerveza para bañar al de enfrente, otros se divertían arrojando espuma en spray, más allá daban el do de pecho cantando con la banda La del moño colorado. A los 60 de acción ya había descamisados por todas partes.
Necaxa careció de lo que presumía: manejo de partidos, perdió su ventaja y cayó en el desconcierto total sus estrellas, Aguinaga y Pineda, se perdieron en el accionar. Toluca parecía un caballo joven, irrefrenable, desbocado en su carrera al frente; así Ruiz estrelló un remate en el travesaño, Estay hizo volar a Ríos en gran lance, pero fue Cardozo quien aumentó la cuenta al puntear el esférico casi frente a la línea de gol, el 4-2 (5-4 global) daba ya la victoria a Diablos; Cardozo lanzó besos al cielo. Muy tarde Raúl Arias, técnico de Rayos, se decidió a ingresar al hondureño Carlos Pavón, quien los pocos minutos que jugó generó más peligro que Pineda.
El Ojitos Meza hizo cambios defensivos que mataron cualquier opción de Rayos: a los 83 minutos Cardozo dramatizó su caída al recibir un codazo de Montes de Oca, quien fue expulsado. Seis minutos después Cardozo recibió un largo pase, controló el esférico y tiró cruzado al lado derecho de Ríos, para el 5-2 final. A partir de ese momento don Nemesio Díez recibió numerosos abrazos. En el palco de honor, cundieron los descamisados, en las tribunas los gritos de ``¡Fuera Televisa!'' y ``les metimos 16 goles a sus pinches equipos (7 al Atlante, 3 al América y 6 al Necaxa)'', cimbraron las gradas del estadio mexiquense.
José Garduño Gómez, enviado, Toluca, Méx., 10 de mayo Ť Un largo ayuno de 23 años sin que Toluca fuera campeón terminó ayer, cuando los choriceros lograron la cuarta corona en su historia. Todos, aficionados al futbol y no aficionados mexiquenses, daban por hecho la coronación de su equipo, pese a que llegaron al partido de vuelta de la final con el marcador en contra (1-2).
Muchas casas, comercios y, desde luego vehículos, estaban adornados con los colores rojiblancos o bien con banderas y banderines del equipo Toluca. El estadio desde las 10:00 horas estaba a reventar, el aforo de 30 mil espectadores, fue claramente rebasado y no cabía uno más. Todo mundo ahí, pues, daba por hecho que Toluca se coronaría, es más, una empresa refresquera imprimió y repartió mucho antes del partido viseras con la leyenda de ``Toluca campeón''. Asimismo, por todos lados se vendían camisetas rojas con la misma leyenda, pero luego del tempranero 2-0 de los necaxistas en el primer minuto de juego hizo pensar en el Bombonerazo, (aludiendo al Maracanazo cuando en Río de Janeiro, Uruguay se coronó en el Mundial de 1950 al vencer 2-1 a Brasil).
Sin embargo, el apoyo de los aficionados metidos como sardinas en esa vaporera o baño sauna que ayer fue La Bombonera, hizo que todo Toluca, sus alrededores y todo el estado de México dieran rienda suelta a su felicidad convirtiendo aquello en un verdadero carnaval hasta altas horas de la noche.
Primero, en el estadio, cuando Manuel Abundis puso el marcador 3-2 y empató el global (3-3), surgieron los gritos de ¡Sí se puede!, ¡Sí se puede! que hicieron famoso los niños de la Liga de Guadalupe, Nuevo León (suburbio de Monterrey), cuando el año pasado conquistaron el título Mundial de Beisbol de las Ligas Pequeñas. Luego se cantaría el ¡olé, olé, olé! Y a los 58, el goleador paraguayo José Saturnino Cardozo hizo el cuarto para poner al Toluca adelante en el global (5-4): enseguida, ya sobre los 90 minutos, cuando todo mundo insultaba al silbante Arturo Brizio Carter por no finalizar el partido, Cardozo ganó el jaloneo y el balón a Salvador Cabrera y con la derecha batió al arquero Adolfo Ríos para el deseado quinto gol que dejó el global en 6-4 a favor del Toluca. Aquello se convirtió en un manicomio.
Somos los campeones
Todo el público permaneció en las tribunas, de pie. Vitoreando, agitando las banderas toluqueñas. La rechifla e insultos a Brizio Carter se tornaron en aplausos por haber pitado el final del encuentro. Entonces por el sonido local se escuchó la famosa canción con la que Fredy Mercury evocó la coronación de Inglaterra, años antes en el Mundial de 1966 en el legendario estadio de Wembley, la tradicional ``We are the champions'' (Somos los campeones) que interpretaba Mercury con su no menos famoso conjunto Queen. Y que ahora se utiliza en todas las finales del futbol británico.
Más de una hora permanecieron los aficionados en las tribunas, presenciando la premiación a sus ídolos y al salir cientos, miles de autos. En la Vía Morelos, de retorno hacia la capital de la República, la gente presenciaba el desfile de aficionados, aplaudiendo, festejando la cuarta coronación del Toluca, equipo que había sido monarca del futbol mexicano en las campañas 1966-67, 1967-68 y 1974-75. Los choriceros han sido también campeones de Copa en dos ocasiones (1955-56 y 1988-89), además han conseguido dos títulos de campeón de campeones (1966-67, 1967-68).
José Garduño Gómez, enviado, Toluca, Méx., 10 de mayo Ť Como un hilacho todo mundo jaloneaba a Enrique Ojitos Meza, entrenador del Toluca, para saber su opinión sobre el partido que le valió el cuarto campeonato en su historia, tras una espera de 23 años. Total, él pretendió llegar a la tribuna donde se encontraban Nemesio Díez, dueño del equipo, el gobernador del estado, César Camacho Quiroz, y toda la directiva toluqueña, pero sólo pudo llegar a la media cancha.
Ahí, con voz entrecortada y aún escurriendo agua del baño que como campeón le dieron sus pupilos que se encontraban en la banca choricera, así como con los ojos casi llorosos por la emoción, apenas atinaba a decir, mientras señalaba a todas las tribunas del estadio de La Bombonera: ``Yo creo que esta gente lo merecía. Esto y más. Pero hoy sacamos un campeonato que parecía muy difícil, sobretodo, después de ese dos a cero, pero realmente los muchachos hicieron una hombrada y por ello tengo que felicitarlos, aunque en lo personal les agradezco este bello gesto''.
``Sí, sabíamos que ellos tenían mayor experiencia en esta clase de choques, pero la actitud de mis jugadores fue no amilanarse aunque hubo muchos momentos difíciles, primero porque llegamos con desventaja de un gol (1-2) y luego de repente en menos de un minuto ya teníamos 2-0 en contra, un 4-1 en el marcador global, es para acabar con la moral de cualquiera, pero mis jugadores supieron sobreponerse a ello y el título lo ganaron a toda ley, nadie nos regaló nada'', señaló eufórico Meza rodeado de más de una veintena de reporteros, que casi le estampaban las grabadoras en la boca.
Aprovechando todos los micrófonos, de radio y televisión, así como las grabadoras de los reporteros el Ojitos Meza pidió permiso para enviar un saludo a su esposa, hijos, hermanas, hermanos y papás.
Le inquirieron si esto era lo más importante que le hubiera pasado. Pero inmediatamente contestó, digamos casi poéticamente: ``No, esta es una victoria que tiene un sabor extraordinario, porque sacar un marcador así después de estar perdiendo 2-0 en los primeros minutos de juego, realmente habla del hambre de triunfo que tenían mis jugadores. Ahora que para mí, lo más importante es la vida misma''.
Admitió que por un buen rato sí pensó en que el Toluca iba a perder: ``pero repito, la actitud, el hambre de triunfo, la casta de mis jugadores hicieron que pronto desapareciera ese momento y luego del tercer gol, con el que Abundis empataba 4-4 el marcador global, ahí ya esperaba la victoria y sabía que esta llegaría en cualquier momento''.
Luego llegó el presidente toluqueño, Rafael Lebrija, quien ya vestía una casaca roja con la leyenda de Toluca, campeón del Torneo de Verano. Al ser abordado por los reporteros magnificó la hazaña de los jugadores choriceros al momento de que señaló que nadie podía negar que el Toluca merecía el título, ``simple y sencillamente porque fue el mejor del torneo''.
Lebrija adelantó también que la directiva mantendrá toda la plantilla en la búsqueda de alcanzar más logros para el futbol mexiquense y del país en general.
También, hasta el centro de la cancha fue llevado Nemesio Díez a quien le colgaron al cuello una de las medallas de campeón, pero no pudo entrevistársele debido a una tremenda escolta de efectivos de seguridad, aunque sí llegó a oír que por el sonido local le gritaron el slogan publicitario de su cervecera: ``Don Nemesio, la victoria es suya''.
Marlene Santos A. Ť Los necaxistas Alex Aguinaga y Octavio Becerril desolados fueron a sentarse en la banca visitante, desde ahí contemplaron la celebración y vuelta olímpica de Diablos Rojos. El resto de los jugadores rojiblancos se encaminó al vestidor sin hacer declaraciones. Casi media hora después, algunos con huellas de llanto, salieron, animados por su presidente Enrique Borja, para recibir sus medallas y trofeo de subcampeones de manos de Alberto Cañedo, Jorge Romo, Enrique Fernández y Ernesto Cervantes, directivos de la FMF.
El timonel Raúl Arias se mostró inconforme, con ``dolor y coraje por la derrota'', pero aceptó que a su equipo le faltó hacer un buen manejo de partido tras obtener una importante ventaja: ``nos faltó experiencia, porque Toluca se desbordó al ataque y por ahí estuvimos un poco confiados, después ya no los pudimos contener, ellos se desbordaron''.
Estimó que la clave de la derrota fue que el gol de Toluca cayó muy rápido y antes del medio tiempo ya había emparejado en 2-2. ``Teníamos que arriesgar, metí más delanteros pero igual nos faltó tranquilidad''.
El Picas Becerril aceptó que ganaron los mejores: ``desgraciadamente pienso que nos sentimos campeones antes de tiempo. Es increíble haber tirado a la basura una ventaja de dos goles, la verdad que da pena porque jugamos con una pasividad tremenda, no merecimos ser campeones''. Añadió que perdieron ante un gran equipo que durante todo el torneo demostró ser el mejor y que vino a cerrar con broche de oro a su casa, ``y de alguna manera me complace que don Nemesio tuvo la satisfacción de ver a su equipo campeón''.
El portero Adolfo Ríos resumió todo: ``Toluca reaccionó muy bien, mientras nosotros nos descuidamos''. Sergio Almaguer confesó sentirse dolido, pero envió felicitaciones al Toluca. En tanto, Joaquín del Olmo comentó que la afición local merece el título por el gran apoyo que dio a su equipo. A su vez, Eduardo Vilches y Salvador Cabrera se quejaron del arbitraje, dijeron que no se marcaron correctamente los fuera de lugar, así como algunas faltas inexistentes, ``ante las que no puedes hacer nada, porque fueron fallas en jugadas decisivas''. Montes de Oca también fue claro: ``Comenzaron a remontar cuando nosotros todavía festejábamos el segundo gol y ya no pudimos tranquilizarnos''.
Enrique Borja expresó que el rival hizo los méritos suficientes para coronarse, ``no supimos aguantar la ventaja de tres goles. Yo fui jugador y nunca me sentí con el título porque sé que los partidos se acaban hasta que el árbitro pita el final. Pero estoy muy orgulloso de mi equipo, del cuerpo técnico y de la empresa a la que pertenecemos, Televisa''.