La Jornada 11 de mayo de 1998

En riesgo, planes para sacar del atraso educativo a 36.1 millones

Claudia Herrera Beltrán Ť Un plan para reducir el número de mexicanos en rezago educativo a partir del año 2001 está en riesgo de fracasar por el recorte presupuestal. Inmerso en una profunda reforma operativa y académica, el Instituto Nacional de Educaciónpara Adultos (INEA) este año tendrá un presupuesto apenas superior al de 1997, cuando había previsto duplicarlo paulatinamente para cumplir una meta que parece lejana.

La importancia de cambiar la estrategia del instituto es que de continuar así y sin considerar que más adultos se sumaran al rezago, se necesitarían 109 años para otorgar 12 millones de certificados de primaria pendientes, 106 años para dar educación secundaria a 17 millones de adultos y 12 años para alfabetizar a 6 millones de personas.

Como un estigma, en México la cifra de rezago educativo en nivel básico crece anualmente. De acuerdo con un informe del instituto, el rezago pasó de 25.4 millones en 1980 a 31.1 millones en 1990, y al primero de enero de 1998 era de 36.1 millones. Esto significa que casi seis de cada 10 mexicanos de 15 o más años no han terminado su secundaria.

Anualmente, 800 mil jóvenes que cumplen 15 años no tienen la secundaria terminada, y los adultos sin secundaria, primaria o analfabetas que mueren son unos 200 mil; por lo que el incremento neto de personas en rezago educativo es de unos 600 mil al año, explica el director de Planeación y Evaluación del INEA, Pedro Gómez.

Aunque el director general, José Antonio Carranza, asegura que en el año 2001 comenzará a decrecer el número de adultos en rezago educativo, Gómez señala que si no hay recursos ``no nos podemos comprometer a eso, sería hacer cuentas alegres'', y propone recurrir al financiamiento del Banco Mundial o del Banco Interamericano de Desarrollo.

En 1997, el INEA otorgó 172 mil certificados de secundaria, entonces ``para aumentar esa cifra a 600 mil requeriríamos cuatro veces más presupuesto'', añade Gómez, quien recuerda que a fines del año pasado y principios de éste las autoridades del INEA pensaban que iban a tener el apoyo suficiente como para cuadriplicar su crecimiento de aquí al año 2000.

La meta del instituto también implica --según el director de Acreditación y Sistemas, Manuel Angulo-- que la población atendida en un plazo de tres años pase de los 2 millones de 1997, a 8 millones en el inicio del nuevo milenio.

``Estamos en este momento revisando y ajustando para ver hasta dónde podemos comprometernos de aquí al 2000. Si hay recursos suficientes como para hacer cuatro veces más de lo que estamos haciendo, sí nos comprometeríamos no sólo a que el rezago no creciera, sino que empiece a reducirse'', asevera Gómez.

``Desafortunadamente -añade-, la entrevista es ahora, cuando tenemos poco tiempo que bajaron los precios del petróleo y se hablaba de la posibilidad de un tercer recorte presupuestal. Estamos revisando las metas, para que a fines de este mes podamos sentarnos con la Secretaría de Educación Pública para ajustar hacia dónde vamos a caminar''.

El proyecto de la dependencia, dice, era que en 1998 tuvieran el doble del presupuesto y en 1999 dos veces más que el del año anterior. Pero este año --añade-- tenemos, de hecho, el mismo presupuesto en términos reales que en 1997, ya que la diferencia es lo que se estima va a ser la inflación de este año.

En enero pasado, la SEP otorgó a la dependencia un presupuesto original de más de mil millones de pesos, que se ubica un poco arriba de la inflación; sin embargo, explica el funcionario, la institución esperaba conseguir algunos incrementos durante el año para poder duplicar sus fondos. Y la forma de lograrlo era someter al INEA a una evaluación cada cuatro meses, para que las autoridades educativas les entregaran más dinero.

Sin embargo, es otra la versión del director general del INEA, José Antonio Carranza, quien hace tres semanas afirmaba en entrevista que con el nuevo modelo académico y las estrategias de operación, ``pensamos que de aquí al 2000 el crecimiento del rezago educativo va a ser un poco menor y en el 2000 se pueda consolidar para que a partir del 2001 se empiece a reducir''.

Entonces, Carranza señalaba que una parte de los recursos sería otorgada por los gobiernos de los estados; no obstante, admitía que para atender a 30 millones de adultos, la institución debería tener muchos recursos y una infraestructura mayor de la que tiene la SEP, para así educar a 26 millones de niños y jóvenes.

Confiado en que la automatización de todas las oficinas, la operación de un nuevo modelo académico el siguiente año y que el nuevo sistema de pago de los educadores sean vistos ``con buenos ojos'' por todos los gobernadores --y que esto los motive a colaborar--, Carranza descarga el problema económico en las entidades.

Sin embargo, la nueva estrategia implica elevar el gasto por alumno que, a decir de Gómez, ``es exageradamente barato''. Por cada adulto se invierten 450 pesos al año, mientras que en un estudiante de primaria, 4 mil pesos. Además, los recursos asignados para los adultos representan 0.8 por ciento del presupuesto educativo, al tiempo que el sistema escolarizado absorbe el resto.

La reforma del INEA, que se encuentra en fase de prueba, implica invertir una mayor cantidad de dinero para retribuir mejor a los educadores y abrir más oficinas del instituto. Manuel Angulo indica que en la actualidad cuentan con 400 oficinas de coordinación, ubicadas en todos los estados, pero para atender a 8 millones de personas requerirían instalar por lo menos una en cada municipio del país, lo que implicaría en total 2 mil centros.

-¿Esto significa que no estarían en condiciones óptimas para atender a los 8 millones?

-Si no se incrementa el número de oficinas sería muy difícil -respondió Angulo, quien es el responsable de la automatización del instituto.

Y es que la tarea de abatir el rezago educativo implica reconciliar a dos Méxicos: el de la población que vive marginada de todos los servicios, hasta del educativo, y el de la otra que tiene acceso a la educación.

El informe más reciente del rezago educativo indica que seis estados, entre ellos los más pobres del país, concentran la mitad de la población analfabeta: Veracruz, 699 mil; Chiapas, 543 mil; estado de México, 537 mil; Puebla, 464 mil; Oaxaca, 436 mil y Guerrero, 410 mil.

Casi 50 por ciento de los adultos que no han concluido su primaria se encuentra en siete entidades del país: estado de México, con un millón 248 mil; Veracruz, un millón 177 mil; Jalisco, 904 mil; Distrito Federal, 725 mil; Chiapas, 717 mil y Michoacán y Guanajuato con más de 60 mil cada uno.

En el caso de la secundaria, más de la mitad de la población que no cuenta con su certificado se localiza en siete entidades. En situación similar, a nivel primaria, el estado de México tiene más de 2 millones de adultos; el Distrito Federal, un millón 600 mil; Veracruz, un millón 229 mil; Jalisco, un millón 229 mil y entre Guanajuato, Puebla y Michoacán tienen más de 2 millones y medio.

La consigna de bajar la cifra del rezago educativo obedece a que es un objetivo del gobierno de Ernesto Zedillo quien, en el Plan de Desarrollo Educativo 1995-2000, plantea que al finalizar su sexenio todas las personas de 15 años o más que deseen cursar o continuar estudios, deberán encontrar opciones formativas y de capacitación adecuadas a sus aspiraciones y requerimientos. En conclusión, ``se trata de establecer las condiciones para que todos los mexicanos encuentren en la educación una vía para su desarrollo y superación personal''.