La Jornada 13 de mayo de 1998

Asesinan sicarios en Colombia a ex ministro de Defensa

Ap, Dpa, Afp y Reuters, Santafé de Bogotá, 12 de mayo Ť El ex ministro colombiano de Defensa, general retirado Fernando Landazábal Reyes, fue asesinado esta mañana por tres pistoleros, en lo que fue interpretado como una represalia por los recientes asesinatos de activistas de izquierda y de derechos humanos.

El presidente Ernesto Samper declaró que ``este hecho forma parte de una escalada violenta que pretende desestabilizar, mediante crímenes ideológicos, el normal desarrollo del proceso electoral y radicalizar las posiciones en contra de la paz``, y aseveró que rechazaba la presión intimidatoria de los violentos.

La declaración del presidente fue formuladda tras salir de una reunión convocada de urgencia con el Consejo de Seguridad Nacional, donde las autoridades gubernamentales, militares y policiales decidieron mantener el proceso electoral del 31 de mayo y defenderlo mediante un dispositivo de seguridad de las fuerzas armadas.

La mayoría de los sectores políticos, empresariales y de la Iglesia católica condenaron el asesinato de Landazábal Reyes, de 76 años, identificado en el plano político como figura de la derecha militarista, acribillado de cuatro balazos en la cabeza a las 8.00 de la mañana por sujetos que los esperaban a la entrada de su casa.

Landazábal fue ministro del gobierno de Belisario Betancur (1982-86), y se le reconoció por su posición radical frente a las guerrillas. Tuvo incluso fuertes enfrentamientos con el presidente Betancur, quien buscaba pactar la paz con la insurgencia, y debido a esos diferendos se vio obligado a renunciar.

Todavía después de su retiro del ejército, cuando se dedicó a la academia, se le seguía considerando ``un duro`` frente a la guerrilla, y a la fecha asesoraba la campaña presidencial del general retirado Harold Bedoya, quien a su vez culpó del crimen al gobierno de Samper por considerar que no responde por la vida de los colombianos.

``Yo, como comandante general, creo que ésta es la culminación de una campaña de desestabilización contra el régimen democrático de Colombia'', declaró por su parte el comandante de las fuerzas militares de este país, general Manuel José Bonett, quien además responsabilizó de lo ocurrido a la existencia de ``una campaña de desprestigio``.

Acusó a los medios de prensa y a los organismos defensores de los derechos humanos de instrumentar dicha campaña contra el ejército al hacerse eco de las ``calumnias'' de la prensa internacional, que ha criticado a las fuerzas armadas al acusarlas de estar detrás de los grupos paramilitares de derecha.

En concreto, el general aludió a declaraciones del director de la organización humanitaria Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, y a afirmaciones del diario The Washington Post sobre la participación de la brigada de inteligencia militar en los asesinatos selectivos de activistas de izquierda y de derechos humanos ,como el del abogado y defensor de los derechos humanos, Eduardo Umaña, en Bogotá, y un día antes el de la ex dirigente del Partido Comunista, María Arango, acribillada a las puertas de su casa.

Esos crímenes fueron atribuidos a los paramilitares de derecha que han perpetrado en el campo una serie de matanzas de campesinos, a los que acusan de ``colaborar'' con la guerrilla. Incluso, apenas el lunes, siete campesinos, y hoy cuatro ancianos, fueron asesinados por esos grupos en Antioquia. En esta ola de crímenes también fue acribillado de un tiro en la cabeza el diputado de la asamblea departamental de Putumayo, Hernán Rodrígo Melo Castillo, del Partido Liberal. En este caso ya hay un sospechoso detenido, y trascendió al parecer se equivocó de víctima, pues buscaba a otra persona.

Pero en cuanto al crimen del general Landazábal, el ex presidente Betancur se declaró ``conmocionado y profundamente triste'' al enterarse de la muerte de su amigo, mientras que el presidente Samper expresó su dolor y responsabilizó a ``fuerzas oscuras'' que mediante la ``guerra sucia'' buscan desestabilizar la democracia.

Los ex presidentes Alfonso López Michelsen (1974-78), y Julio César Turbay (1978-82), tras manifestar su repudio por el crimen, lo interpretaron como una represalia de la extrema izquierda por los recientes asesinatos de la dirigente comunista María Arango y el abogado Eduardo Umaña, defensor de guerrilleros presos.

Los principales candidatos presidenciales, el conservador Andrés Pastrana, el liberal Horacio Serpa y la independiente Noemí Sanín, repudieron el crimen de Landazábal, e incluso esta última lo consideró una especie de vendetta entre fuerzas de extrema derecha e izquierda, en coincidencia con la hipótesis de la policía.

Todos los candidatos afirmaron que se mantendrán en la justa electoral, pero Pastrana --el favorito según las encuestas-- anunció la suspensión de sus apariciones públicas ante amenazas de atentado en su contra en Medellín.

Mientras, las FARC advirtieron que la negociación para liberar a 68 soldados y policías en su poder no se producirá antes de septiembre próximo, lo que significa que esperará al próximo gobierno .