REPRIMEN SOLDADOS ISRAELIES A PALESTINOS; 9 MUERTOS Y 400 HERIDOS
Afp, Ap y Reuters, Jerusalén, 14 de mayo Ť Nueve palestinos murieron, entre ellos dos niños de ocho años, y unos 400 más resultaron heridos, durante enfrentamientos en Gaza y Cisjordania entre soldados israelíes y manifestantes palestinos que participaban en ``la marcha del millón'', acto que las autoridades palestinas convocaron para conmemorar ``la catástrofe'' que constituyó para su pueblo la instauración, hace medio siglo, del Estado de Israel.
Cientos de miles de de palestinos se lanzaron a las calles en Hebrón, Gaza, Ramallah, Belén y Jerusalén oriental, entre otras ciudades, donde se suscitaron los enfrentamientos. Según fuentes de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), cuatro de las víctimas, incluídos los dos menores, murieron durante enfrentamientos ocurridos en un asentamiento judío cercano a la franja de Gaza y otros tres en la ciudad de Erez, cerca de la frontera con Israel.
Fuentes de la ANP, así como de la policía palestina, indicaron que los soldados israelíes dispararon balas ``vivas'', además de gases lacrimógenos, contra las multitudes, en lugar de tratar de dispersar las manifestaciones con balas de goma.
Itzhak Eitan, comandante de las tropas israelíes en Cisjordania aseguró: ``En casi todos los pueblos y ciudades, la policía palestina hizo su trabajo y evitó desórdenes de los manifestantes, pero hubo lugares donde la multitud se desbordó y nuestros soldados tuvieron que disparar balas de goma''.
Tras conocerse la noticia de los muertos y heridos en los enfrentamientos, el ejército israelí desplegó tanques y vehículos blindados cerca del asentamiento de Gush Katif, en Gaza, para contener a cientos de manifestantes que salieron a protestar por ``la muerte de los mártires''.
Tras los disturbios, el ejército israelí impuso el cierre de todas las ciudades palestinas y prohibió a los ciudadanos israelíes ingresar en ellas; además, se dispuso la suspensión de los patrullajes conjuntos que efectúan las fuerzas de seguridad israelíes y palestinas.
James Rubin, vocero del Departamento de Estado estadunidense, condenó el estallido de violencia durante la ``marcha del millón'', indicó que ello demuestra cuán importante es reanudar las negociaciones de paz para Medio Oriente y afirmó que las decisiones para relanzar el proceso ``están en manos del gobierno israelí''. Agregó que tanto israelíes como palestinos deben mostrar, tras la escalada de la violencia registrada hoy, ``un máximo de moderación'' para evitar más víctimas en nuevas manifestaciones.
El ministerio palestino de Información confirmó en un comunicado el número de muertos --todos fallecidos por heridas de bala-- así como el de lesionados, y afirmó que ``la matanza de civiles inocentes descubre el rostro verdadero del gobierno criminal y terrorista de Israel encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu''.
Asimismo, el gabinete palestino instó a las fuerzas internacionales involucradas en el proceso de paz de Medio Oriente a ``reaccionar inmediatamente, antes de que sea demasiado tarde, para poner fin a la intransigencia de Israel, que empuja a la región hacia una explosión general''.
En su mensaje de conmemoración de la Nakba, o la catástrofe que para los árabes significó la creación del Estado de Israel, el presidente palestino Yasser Arafat afirmó que Jerusalén oriental seguirá siendo ``la capital eterna del pueblo palestino''. Agregó que ``cuando un pueblo sobrevive a tantas pruebas, los otros sólo pueden admitir su existencia, con todo lo que esto representa, como sus derechos''.
Por otro lado, desconocidos prendieron fuego en las primera horas del jueves a una puerta de madera en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén oriental, que se extinguió antes de que causara daños mayores. La ANP atribuyó el fallido atentado a extremistas israelíes.
Por su parte, el primer ministro israelí se reunió hoy en Washington con la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, a quien dijo que desea lograr un acuerdo de paz definitivo con los palestinos lo antes posible.
Sin embargo, el premier insistió en que el repliegue militar de más del 13 por ciento de la superficie de Cisjordania, propuesto por Estados Unidos como medio para desestancar el proceso de paz, dejaría desprotegido a su país.
``Si nos piden que firmemos un tratado o acuerdo de paz en el que tenemos que sacrificar nuestra seguridad, esa es una paz que no firmaremos''.
Agregó que su gobierno insiste en mantener el control sobre amplias zonas de los territorios palestinos para que éstas sirvan de ``amortiguador'' para proteger Israel.
Netanyahu dijo estar dispuesto a ``agotar todas las posibilidades'' de solución pacífica al conflicto, aunque sugirió que tiene la intención de ignorar los acuerdos de paz ya firmados con los palestinos, pues aseguró que ``será necesario reiniciar el proceso de paz encontrando una manera delicada de hacer algo diferente''.