La Jornada 15 de mayo de 1998

YAKARTA, EN EL CAOS

Ap, Afp, Dpa y Reuters, Yakarta, 14 de mayo Ť La capital de Indonesia se encontraba este jueves sumida en la anarquía. Al menos dos estudiantes murieron a manos de la policía, y tres soldados perecieron en otros disturbios; decenas de miles de personas saqueaban e incendiaban comercios sin que las tropas hicieran nada por contenerlas; el ministro de Defensa, general Wiranto, descartó la posibilidad de decretar el toque de queda.

Espesas nubes de humo cubrían esta capital, de once millones de habitantes, mientras cientos de personas, en su mayoría extranjeros y de origen chino, se volcaron al aeropuerto intentando abandonar esta ciudad en la que, según el general Wiranto, ``15 mil soldados fueron desplegados para mantener el orden''.

Pero dada la situación actual, dicha cifra parece relativamente modesta comparada con los 26 mil uniformados movilizados en abril, cuando el presidente Suharto, en el poder desde hace 32 años, fue reelegido para un quinto mandato.

Suharto anticipó para la mañana de este viernes su retorno desde Egipto, donde participaba en una reunión del G-15, al tiempo que al menos 14 tanques fueron apostados en torno al palacio presidencial.

La rupia, moneda indonesia, superó la barrera de las once mil unidades por dólar en un mercado dominado por el nerviosismo, luego de que la jornada precedente había cerrado a 10 mil 900. Y para este viernes, operadores del mercado de divisias regional de Singapur reportaron que Indonesia suspendió las operaciones de compra y venta de su divisa.

Así las cosas, más de 50 personalidades constituyeron un grupo prodemocracia, el Consejo del Pueblo, para exigir reformas, refirió Afp sin dar precisiones.

La policía disparó contra una multitud congregada a las afueras de la Universidad de Indonesia para instar a los estudiantes a manifestarse a las calles, aunque se informó que el ataque policial empezó justo al comenzar los saqueos en el lugar. Versiones sin confirmar dieron cuenta de dos estudiantes muertos en ese incidente.

El general Wiranto, quien no respondió a las preguntas sobre la pasividad de sus hombres ante los saqueos, tras descartar la posibilidad de decretar el toque de queda indicó que tres soldados murieron en los disturbios, pero no aclaró en dónde ocurrieron éstos y en qué circunstancias. Con los dos estudiantes y tres soldados muertos el jueves sumarían 21 víctimas fatales desde el martes pasado, cuando la policía dió muerte a seis universitarios.

Durante el jueves, oficinas del gobierno, comercios (en su mayoría pertenecientes a indonesios de origen chino), supermercados, vehículos, hoteles, bancos y gasolineras, fueron incendiados en los cinco distritos de la capital. A diferencia de la policía, el ejército se limitó a observar los saqueos, e incluso los soldados mantenían sus fusiles hacia el suelo; más aún, el ejército ofreció a empleados de bancos y grandes empresas acompañarlos a sus casas ante la falta de transporte.

Mientras los policías eran insultados y apedreados, los militares eran aplaudidos, a veces por grupos de personas que saqueaban grandes superficies. Las mismas escenas se repitieron durante todo el día ante los periodistas en la zona de Kota, el casco antiguo, y el barrio chino.

El caos llegó a tal punto que varios empleados del Banco Bali, al oeste de la capital, lanzaron fajos de billetes de 10 mil, 20 mil y 50 mil rupias a la multitud para convencerla de no asaltar el establecimiento.

Y mientras el premio Nobel de la Paz José Ramos-Horta anticipó que es inminente la caída de Suharto, Estados Unidos y Alemania urgieron a Yakarta a actuar con prudencia. Por lo pronto, Washington comenzó a evacuar a sus ciudadanos del país asiático y canceló la visita que el almirante Jospeh Prueher, comandante de las fuerzas estadunidenses en el Pacífico, tenía prevista este viernes para transmitir a Suharto un mensaje de moderación.