McCaffrey se queja de la falta de cooperación antidrogas en EU
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 16 de mayo Ť El gobierno estadunidense ha encontrado que la cooperación con México y otros países podría no ser el principal obstáculo para la guerra contra las drogas, sino la cooperación dentro del propio gobierno. El zar antinarcóticos, Barry McCaffrey, criticó
este sábado en forma pública, y en tono severo, esta falta de cooperación interna.
Por ejemplo, es secreto abierto en Washington que la agencia estadunidense antidrogas, conocida por sus siglas inglesas DEA, es muy renuente a cooperar con McCaffrey, coordinador de la política antinarcóticos de la Casa Blanca, o con el Departamento de Estado o el Servicio de Adua- nas del Departamento de Tesoro.
Un funcionario estadunidense explicó que entorno del manejo de inteligencia antinarcóticos, un ``memorándum de entendimiento'' de 1994, establece que la DEA tiene ``autoridad exclusiva para desarrollar contactos, informantes o de otra manera para recaudar inteligencia sobre drogas en México''.
El Servicio de Aduanas en particular ha protestado en varias ocasiones por control exclusivo de la inteligencia en torno a México por la DEA y ha pugnado por obtener autoridad para desarrollar vínculos con contactos mexicanos independientes y recaudar inteligencia en la frontera.
Estas tensiones interagencias han llegado hasta la Casa Blanca.
``Los departamentos de Justicia y Tesoro están intentando cerrarle el paso a McCaffrey en la frontera'', explicó a La Jornada un funcionario del gobierno de Clinton.
McCaffrey ha contratacado con una fuerte campaña para imponerse en su papel de coordinador de toda actividad antinarcóticos de la administración de Clinton.
En un discurso este sábado en El Paso, McCaffrey dio un paso más al ofrecer una inusual y severa crítica pública de las capacidades estadunidenses de recaudación de inteligencia en la frontera y de las ineficiencias creadas por una falta de coordinación entre las agencias gubernamentales que se encargan de estas actividades en la frontera sudoeste de este país.
``Las capacidades actuales de inteligencia de Estados Unidos en la frontera sudoeste son claramente inadecuadas'', declaró McCaffrey en el texto de su discurso de hoy, copia del cual fue entregado a reporteros en Washington.
``Es difícil obtener una evaluación sintética y actualizada de la amenaza de droga a lo largo de toda la frontera o en cualquier estado o sector específico'', señaló.
Un funcionario del gobierno de Clinton explicó a este diario que frecuentemente las agencias que trabajan en la frontera se niegan a laborar conjuntamente y como resultado duplican tareas.
Por ejemplo, el Centro de Inteligencia de la DEA en El Paso (EPIC, por sus siglas en inglés) supuestamente está encargado de detectar cuáles drogas se están trasladando a Estados Unidos desde México por la frontera y difundir esta inteligencia a los oficiales de seguridad pública responsables de interceptar estos envíos.
``Pero en vez de eso, desde el año pasado el EPIC ha estado hablando sobre la producción de heroína en el sudeste de Asia, y lo que nos preocupa es una falta de enfoque'', se quejó un alto funcionario del gobierno del presidente Clinton entrevistado por La Jornada.
A fines del año pasado, el zar McCaffrey formó una fuerza de tarea interagencia que involucraba al director de la CIA, junto con altos funcionarios de los departamentos de Justicia, Tesoro, Estado y el Pentágono, para evaluar las capacidades de recaudación de inteligencia antinarcóticos.
Pero un funcionario gubernamental que participa en esta evaluación dijo que las capacidades de inteligencia de Estados Unidos estaban tan fracturadas que quizá sería mejor desmantelar todo el sistema de recaudación de información antinarcóticos en la zona fronteriza y reconstruirla desde el principio.
``Tal vez necesita ser desintegrada para poderla rearmar de nuevo'', dijo.
McCaffrey señaló hoy que ``mas de 11 mil agentes, inspectores y oficiales federales están dedicados actualmente a la frontera sudoeste, departamentos, agencias y programas que gastan aproximadamente 2 mil millones de dólares cada año fiscal''.
Describió, en su texto preparado, cómo los presupuestos y recursos humanos para estas actividades se han incrementado en los últimos años: el de Aduanas en 72 por ciento en los últimos cinco años, el número de agentes de la DEA en 37 por ciento desde 1990 y gastos del Departamento de Defensa para operaciones fronterizas por mas de 50 por ciento.
``Ninguna agencia particular tiene la responsabilidad de coordinar los esfuerzos antidroga a lo largo de la frontera'', afirmó.
``Necesitamos un esquema racional para vincular las fortalezas de estas organizaciones de una manera coherente'', agregó el funcionario antidrogas.
En su discurso, McCaffrey anunció un nuevo esfuerzo para ``mejorar la integración y la planeación conjunta'', pero funcionarios con conocimiento de este asunto señalan que esto no será nada fácil lograr.
La cumbre fronteriza que convocó McCaffrey el año pasado para mejorar la comunicación y coordinación entre las agencias estadunidenses en la frontera, comentó este funcionario, resultó más una reunión para demarcar líneas de batalla entre las agencias federales que en una reunión de alto nivel para generar mejor coordinación entre ellas.