La Jornada 18 de mayo de 1998

Aplazaron para hoy el remplazo de Carrillo Olea por Morales Barud

Elena Gallegos, enviada, y Francisco Guerrero Garro, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 17 de mayo Ť A punto del ``parto'', las fracciones representadas en el Congreso local decidieron a las 3 de la mañana -la petición la formuló el PRD aplazar hasta este lunes la sesión en la que aprobarán la solicitud de ``licencia indefinida'' que presentó Jorge Carrillo Olea, y elegirán de manera unánime a Jorge Morales Barud gobernador interino.

Lo anterior ocurrió luego de un áspero forcejeo entre PRI y PAN, pues como ya se había llegado a un acuerdo exigían que esta misma madrugada los legisladores instalaran el quórum requerido y se procediera al relevo. Sin embargo, en la victoria, el PRD se dio su tiempo para reunirse hoy con Morales Barud.

Durante el encuentro se afinó el documento Lineamientos estratégicos del programa de gobierno de reconciliación, el cual será suscrito formalmente hoy en palacio de gobierno, inmediatamente después de la toma de posesión, por el mandatario interino, los líderes de los cuatro partidos -PRI, PRD, PAN y PCM- y los coordinadores parlamentarios.

Con Morales Barud estuvieron el diputado federal Carmelo Enríquez y Graco Ramírez, por el PRD; Adrián Rivera y Javier López, por el PAN; Andrés Gabino Martínez, dirigente del PCM, y Víctor Manuel Saucedo Perdomo y Eleazín Salgado, secretario general del Comité Directivo Estatal del PRI y quien por ese partido firmará el documento mañana.

Los opositores pidieron a Morales Barud que definiera su relación con el carrillismo y se comprometiera a eliminar ``cualquier herencia'' que el general pretenda dejar en el estado.

También los perredistas consultaron con su militancia la decisión de votar a favor del priísta para convertirlo ``en un gobernador surgido del consenso local, en contra de los intentos de imposición del centro'', con lo que las fuerzas políticas estatales buscan ``cerrar con broche de oro'' la lección que pretenden dar al Distrito Federal. ``En esta nueva realidad política, antes de decidir, la Secretaría de Gobernación está obligada a pulsar el sentir en las regiones'', consideró el diputado panista Fernando Martínez Cué.

La rebelión priísta

En lo que todo ello ocurría, hoy trascendieron algunos episodios de la historia de la ``rebelión priísta'', que constituyó uno de los capítulos de este singular proceso:

Una vez que el secretario Francisco Labastida Ochoa comunicó que se retiraría la candidatura de Juan Salgado Brito, el hombre que polarizó la polémica desde el mismo día que Carrillo dijo que abandonaría el cargo, se dio un feroz estira y afloja al interior del PRI, en el que intervinieron -defendiendo la nueva decisión del centro a favor de Angel Ventura Valle- el subsecretario Jesús Salazar Toledano y el operador del CEN priísta Manuel Meme Garza, quienes se habrían trasladado en el transcurso del domingo a esta ciudad.

Ambos buscaron convencer a los priístas de que la orden de la ciudad de México era que se votara por Ventura Valle, pero se toparon con una postura inamovible: ``No lo queremos ni a él ni al rivapalacismo (por el ex gobernador Antonio Riva Palacio) de regreso''.

En la capital del país había otros cabildeos. Tanto Riva Palacio como Lauro Ortega (quien pugnó hasta el final por que no se cayera Salgado Brito, cuyas diferencias con el primero son conocidas por todos aquí) acudieron a las más altas esferas del poder para apuntalar a sus prospectos.

En las dos pistas ambos grupos fallaron. Ni Salazar Toledano, en las reuniones que encabezó, ni el Meme Garza, en los encuentros que sostuvo, lograron convencer a sus interlocutores. La revuelta priísta alcanzó tintes preocupantes entre las 19 horas y la medianoche del domingo.

Hubo veladas amenazas hacia quienes encabezaban la rebelión. Contaron que en ella tuvo un papel protagónico el coordinador parlamentario Víctor Manuel Saucedo Perdomo y que, extrañamente, más allá de defender sus futuros políticos, los priístas externaron su hartazgo por la ``falta de sensibilidad del centro respecto de la provincia'', su furia por el papelón que se les había hecho jugar desde el martes y la alta cuota que se les estaba haciendo pagar frente al PRD.

No cejaron. Si no era Salgado tampoco Ventura. Ellos tenían su as bajo la manga: Jorge Morales Barud. ``A un problema local -dijeron- una solución local''.

Respecto al rechazo a Ventura Valle, los priístas insistieron en que a su vuelta de Ecuador -donde fungió los últimos cuatro años como embajador-, Riva Palacio movió todos los hilos para lastimar a Salgado y favorecer al ex senador.

Quienes estuvieron en las reuniones se quejaron de ``actitudes prepotentes'' de los enviados del centro. Estos tuvieron que pedir instrucciones a sus jefes para acceder a la última propuesta de sus correligionarios. Así surgió el nombre del sustituto.

Tranquilos, pues su Consejo Nacional les había dado carta blanca para encontrar la salida a la crisis morelense, los perredistas aguardaron a que el PRI superara la confrontación interna y tomara una decisión.

Por eso, cuando a la medianoche de este domingo comenzaron a llegar al Congreso -en el que esperaban las otras fracciones para comenzar la sesión y se daba por hecho que el bueno sería Ventura- rumores de que había un nuevo nombre, todo mundo se sorprendió.

En la conferencia de prensa que ofreció la fracción priísta, encabezada por Saucedo Perdomo, se supo que Morales Barud sería el ungido. ``Creemos -dijo el líder parlamentario- que él es un hombre que no sólo une al priísmo local, sino que puede llegar a ser gobernador de consenso''.

Entonces todo comenzó a disponerse para que poco después de la una de la mañana -como el propio Saucedo anunció a los medios de información- empezara la esperada sesión del relevo, pero con todas las cartas en la mano, dirigentes y legisladores del PRD se encerraron a analizar si los últimos sucesos correspondían a la estrategia que habían seguido.

Después de dos horas, los perredistas informaron que había sido muy difícil llegar al final y que, por lo mismo, no podían precipitarlo. Julián Vences y José Luis Correa, presidente y secretario del Comité Directivo Estatal, señalaron que era preciso afinar el acuerdo de gobernabilidad y amarrarlo con Morales Barud.

A la tensión vivida los últimos seis días, hoy hubo tiempo para el buen humor. A manera de broma, en las filas perredistas pusieron motes a las cabezas de su team: El Bueno, el secretario general José Luis Correa, por su habilidad para el diálogo; El Malo, el líder Julián Vences, por el rol de inflexibilidad que le endilgaron para hacer que el priísmo se doblara; El Feo, el diputado Juan Ignacio Suárez Huape, quien hizo acusaciones sin ton ni son a propios y extraños durante el proceso, y a Graco Ramírez, El Caballero del Ring.

Por la tarde comenzaron a llegar las invitaciones -al parecer también hechas con muy buen humor- del Congreso para la sesión de este lunes. Los legisladores se aventaron la puntada de poner: ``Tienen el honor de invitar'' a la sesión ordinaria en la que separarán del cargo a Carrillo Olea.

Y en lo que se consideró ``el último coletazo del general'', en grandes titulares la prensa local divulgó una declaración del líder de la fracción panista durante el forcejeo de la madrugada, en la que dijo que ``el PRD tenía secuestrado a Morelos''.