Regían ya normas contra lavado cuando ocurrieron los ilícitos
Roberto González Amador Ť Por lo menos 40 transacciones de lavado de dinero en bancos mexicanos documentadas en la operación Casablanca fueron realizadas cuando ya estaba en vigencia un manual para prevenir el blanqueo de fondos en el sistema financiero, sin que las autoridades o los directivos de las instituciones fueran capaces de detectar los movimientos.
El 9 de mayo de 1997, siete días después que comenzaron a aplicarse las reglas del manual antilavado en los bancos mexicanos, Oscar Armando Saavedra, uno de los acusados en la operación Casablanca, dio instrucciones a un agentes encubierto del gobierno estadunidense para transferir un millón 74 mil 299 dólares producto de la venta de drogas a 18 cuentas en bancos mexicanos, revela el texto de la demanda presentada por la Fiscalía de Estados Unidos en una corte federal de California.
Las operaciones se repitieron y continuaron este año, cuando el instructivo antilavado debía ser cumplido de manera obligatoria por las instituciones bancarias.
El Manual para prevenir y detectar operaciones con recursos de procedencia ilícita entró en operación el 2 de mayo de 1997. Los bancos tuvieron hasta septiembre de ese año para presentarlo a la autoridad y, a partir del primero de abril, están obligados a reportar a la autoridad todas las ``operaciones sospechosas o relevantes'', por un monto mayor a 10 mil dólares.
Los banqueros y las autoridades aseguraron esta semana que las operaciones de lavado de dinero detectadas en Casablanca fueron realizadas antes de que entraran en vigor las normas establecidas en el manual.
De acuerdo con la demanda de la Fiscalía de Estados Unidos, Saavedra, uno de los acusados de conspirar para introducir droga de Colombia a ese país y obtener contratos para lavar dinero, fue uno de los contactos para blanquear fondos en instituciones bancarias mexicanas.
La demanda establece que la primera remesa de dinero del narco que ingresó a cuentas de bancos mexicanos entró en noviembre de 1995, por 539 mil 550 dólares. En esa época todavía no existía el manual antilavado de los bancos mexicanos.
Los fondos producto de la venta de drogas siguieron fluyendo hacia algunas sucursales bancarias, principalmente las que operan en ciudades de Estados Unidos y en algunos puntos de la frontera norte y el centro de México.
El 9 de mayo de 1997, siete días después que habían comenzado a operar las reglas establecidas en el manual, Saavedra envió instrucciones desde Cali, Colombia, a través de un fax, a uno de los agentes encubiertos del gobierno estadunidense que se hacía pasar por lavador de dinero para transferir un millón 74 mil 299 dólares a 18 cuentas en bancos mexicanos.
Otros 631 mil 224 dólares fueron transferidos a 12 cuentas el 10 de julio de 1997. Este tipo de operaciones se repitió de manera constante: 637 mil dólares para cinco cuentas en julio de 1997; 487 mil 582 para nueve cuentas en septiembre de 1997; 443 mil 903 dólares para dos cuentas el 16 de septiembre de ese año; otros 448 mil dólares a tres cuentas el 22 de septiembre de 1997 y así continuaron las operaciones el resto del año pasado.
Pero no concluyeron este año, cuando ya las autoridades habían reforzado las reglas para prevenir el lavado. El 15 de enero de 1998 fueron transferidos --dentro de la operación Casablanca-- un millón 100 mil dólares a tres cuentas bancarias; el 6 de febrero se depositaron 216 mil 556 dólares en 10 cuentas; el 17 de marzo otros 412 mil 453 en ocho cuentas; el 19 de marzo, 797 mil 148 dólares a cuatro cuentas.