La Jornada 24 de mayo de 1998

Irlanda: a la paz

Jim Cason, enviado, Belfast, 23 mayo Ť El pueblo de Irlanda del Norte apoyó firmemente un acuerdo de paz este fin de semana con la esperanza de que llevará a eliminar siglos de discriminación y opresión de los católicos y al mismo tiempo al ofrecer algunas medidas de seguridad para los intereses de la comunidad protestante.

Se escuchaban ``vivas'' entre el público esta tarde cuando el jefe de los oficiales electorales, Pat Bradley, anunció que 71 por ciento de la población votó a favor del acuerdo, contra el 28.8 por ciento que lo rechazó y sufragó por el no.

``Aquí vamos, sí, aquí vamos'', corearon los que se habían congregado en el lugar donde se contaron los votos.

``Es un voto por el cambio --declaró Gerry Adams, líder del partido Sinn Fein, esta tarde--. Es un voto por el fin de la discriminación, el fin a la injusticia, por la liberación de los prisioneros, por la igualdad para todos los ciudadano''.

David Trimble, dirigente del protestante Partido Unionista de Ulster, quien se espera será electo como líder de la nueva Asamblea Legislativa que se establecerá bajo el acuerdo, también elogió el resultado a favor del acuerdo, y señaló que fue no solo una expresión de la voluntad de la mayoría del pueblo, sino de las mayorías tanto dentro de las comunidades católicas como las protestantes.

Según los oficiales electorales, un número récord de votantes, 81 por ciento del millón 200 mil electores, participaron en el referéndum en Irlanda del Norte, cifra calificada por el gobierno británico como prueba del apoyo abrumador a favor del acuerdo de paz.

``Este es otro paso gigantesco en el camino hacia la paz'', declaró hoy el primer ministro británico Tony Blair.

``Hay mucho más que hacer, un largo camino que avanzar, pero por lo menos estamos llegando ahí'', agregó el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, al elogiar también los resultados.

La ministra británica para Irlanda del Norte, Marjorie Mo Mowlam, se mostraba feliz por el resultado.

El voto del viernes es también una clara derrota para los opositores de línea dura del acuerdo de paz, especialmente el reverendo Ian Paisley.

Tan terco como siempre, Paisley insistía hoy que una mayoría de los protestantes había rechazado el acuerdo, aunque todo indica que ese no fue el caso.

No obstante, analistas reconocen que los resultados indican que la comunidad protestante pro británica sigue dividida sobre el asunto, aunque ahora sus organizaciones parecen no contar con la fuerza suficiente para detener la implementación del acuerdo de paz en el Ulster.

Varias personas entrevistadas esta tarde en las calles de Belfast manifestaron su satisfacción con el resultado, y hasta algunos de los familiares de víctimas de la violencia de los últimos 30 años elogiaron, con cautela, el acuerdo.

``Espero que implique que los terroristas ya no matarán más niños'', dijo Colin Perry, cuyo hijo, Tim, fue asesinado hace cinco años por disparos hechos desde un automóvil en marcha.

Perry fue parte de una campaña de cinco años para obligar a los políticos protestantes en su comunidad a entablar un diálogo con sus contrapartes católicos, y hoy subrayó que los irlandeses deberán mantener este tipo de presión sobre sus políticos para asegurar que ese diálogo continúe.

Pero aparte de un pequeño grupo de políticos, que participó en la campaña por el sí y que estaban en una taberna frente al centro de convenciones donde se contaron los votos, no habían grandes celebraciones o marchas triunfales en el centro de esta ciudad.

Este clima de cautela es manifestación del hecho de que, como casi todos los sectores políticos reconocieron esta tarde, el acuerdo ambiguamente redactado aprobado hoy no ofrece mucho más que un marco para más negociaciones.

No obstante, el voto de ayer tiene un potencial para llevar a mucho más.

El partido Sinn Fein, el ala política del Ejército Republicano Irlandés finalmente ha llegado al comienzo de un proceso que llevará al fin del mando británico de Irlanda del Norte.

En particular, Gerry Adams ha sido un jugador clave en las negociaciones de paz que llevaron a este referéndum, ya que intervino en puntos críticos para hacer avanzar las pláticas y, además, utilizó presión política en unos momentos y en otros ofreció concesiones.

El movimiento nacionalista ha cedido mucho para llegar hasta aquí, y ahora enfrenta una coyuntura complicada en la que ingresa a la arena parlamentaria sin ninguna garantía de que su objetivo fundamental --una Irlanda del Norte y del sur integrada-- será logrado.

Pero como dijo Adams hoy, el movimiento nacionalista también ha ganado mucho, al obtener un reconocimiento formal como un actor político mayor, y casi sin duda un lugar dentro del Poder Ejecutivo de Irlanda del Norte que se establecerá bajo el acuerdo.

Además, por primera vez en muchas décadas Irlanda del Norte contará con un Poder Legislativo localmente elegido que estará encargado de tomar algunas de las decisiones políticas que afectan a este pueblo.

Eventualmente, afirmó Adams ete sábado, se espera que este proceso llevará en el futuro a una Irlanda unida.

De hecho, el acuerdo también fue apoyado en la República de Irlanda por 94 por ciento del electorado.

El referéndum fue celebrado en esa república porque el acuerdo obliga a que Irlanda enmiende su Constitución para que conceda un reconocimiento formal de que Irlanda del Norte es hoy parte de Gran Bretaña, aunque Dublín insiste en que continuará presionando, por vías pacíficas, por una Irlanda unificada.

Los líderes de Irlanda señalaron que apoyaron el acuerdo por la esperanza a que lleve hacia la paz, pero también porque establece, por primera vez en un siglo, varios órganos consultivos ``todo Irlanda'' en donde se trabajará sobre asuntos de interés mutuo entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

Esto, esperan, marcará un primer paso hacia la integración de ese territorio en un solo país.


Sandy Boyer, especial para La Jornada, Nueva York, 23 de mayo Ť La semana antes del referéndum sobre el acuerdo de paz para Irlanda del Norte, Martin Feries, uno de los principales negociadores del partido Sinn Fein y ex preso político por actividades en el grupo armado durante 10 años, estaba en plena campaña por el sí, pero no en Irlanda.

Hablaba en cantinas de arriba a abajo de esta costa este de Estados Unidos instando a los irlandeses estadunidenses a apoyar el acuerdo.

Ferris estuvo acompañado por Joe Cahill, el tesorero nacional de Sinn Fein.

Antes del actual cese al fuego del Ejército Republicano Irlandés (ERI), Cahill, quien fue el oficial comandante de ese grupo armado en Belfast al principio del actual conflicto, realizó varios viajes clandestinos a Estados Unidos para recaudar dinero y arreglar envíos de armas.

Cuatro días después de que se cuenten los votos del referéndum, el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, volará a Nueva York para un coctel de 250 dólares por persona en el Hotel Plaza, el más elegante y prestigioso de la ciudad.

El debate en Estados Unidos es crítico para el Sinn Fein en Irlanda porque el partido independentista y el ERI siempre han sido muy dependientes de la comunidad irlandesa estadunidense.

Cada campaña del ERI desde 1916 hasta la fecha ha sido librada con armas estadunidenses, ya que el Sinn Fein ha recaudado 2.5 millones de dólares en Estados Unidos desde 1996.

Ha dependido del cabildeo de los irlandeses estadunidenses para asegurar el apoyo del gobierno de Bill Clinton a las negociaciones de paz, por lo que si los irlandeses en este país se oponen al acuerdo, será un golpe severo contra el Sinn Fein.

Hasta hace pocos años el Comité de Asistencia Irlandés del Norte fue el grupo de apoyo mejor conocido de Estados Unidos.

Identificado por sus siglas NORAID, el grupo recauda fondos para apoyar a las familias de los prisioneros políticos del ERI.

El FBI, la CIA y la inteligencia británica insisten que NORAID también ha enviado donativos secretos al ERI, aunque esto nunca se ha comprobado.

El semisecreto Clann na Gael (Familia de los Irlandeses) ha existido durante más de un siglo con el sólo propósito de apoyar la lucha armada contra el mando británico en Irlanda.

Se informa que ha enviado contribuciones constantes a Irlanda para financiar el esfuerzo de guerra del ERI. Muchos de sus miembros, se cree, también se han dedicado al envío de armas para el ERI.

Desde el cese al fuego de 1996, estas organizaciones han sido suplantadas en gran parte por Amigos de Sinn Fein, organización anfitriona del coctel para Gerry Adams en Nueva York que mantiene una oficina en Washington con un representante de tiempo completo, Mairead Keane, quien fue enviado desde Dublín.

Amigos de Sinn Fein es financiada por gente como Bill Flynn, presidente de la gigantesca empresa de seguros Mutual of America, y Chuck Feeney, el multimillonario dueño de la cadena de tiendas duty free en los aeropuertos.

Pero los irloestadunidenses que han sido simpatizantes prominentes del ERI y del Sinn Fein ahora se están oponiendo al acuerdo de paz.

George Harrison, uno de los contrabandistas de armas más confiable del ERI durante 20 años, calificó al acuerdo de ``vendido'', y afirmó que ``hasta que los británicos se vayan total y completamente no puede haber una solución a los problemas de Irlanda''.

Martin Galvin, durante muchos años el vocero más reconocido de NORAID, también ha rechazado el acuerdo.

En un debate con Martin Ferris, del Sinn Fein, Galvin dijo que el acuerdo ``cede principios republicanos irlandeses básicos'', y agrego que ``no me es fácil decir que el acuerdo es equivocado, sería fácil permanecer en el silencio. Pero damas y caballeros, está mal''.

Hay informes confiables de que la mayoría de los miembros de Clann na Gael se están preparando para romper con el Sinn Fein y sumarse a un grupo disidente recién formado por un ex dirigente del ERI.

A un consejero del Sinn Fein recientemente le fue negado permiso de hablar en la cena anual de recaudación de fondos de Clann na Gael en Filadelfia.

Clann na Gael podría ofrecer al grupo disidente, que se autonombró ``ERI verdadero'' fondos claves y tal vez hasta armas.

A pesar de esta oposición, el Sinn Fein podría lograr mantener la mayoría de su apoyo en Estados Unidos, por lo que los organizadores del evento en el hotel Plaza esperan que sea un gran éxito.

Millonarios contribuyentes como Bill Flynn y Chuck Feeney no van a ninguna otra parte.

La posibilidad de un acuerdo de paz es precisamente la razón por la que otorgaron su apoyo al Sinn Fein al comienzo.

Christy Ward, la encargada de relaciones de prensa nacional del NORAID, dice que su grupo sigue apoyando total e incondicionalmente al partido Sinn Fein.

``Había personas y hasta unidades del NORAID que estaban profundamente preocupados por algunos aspectos del acuerdo. Pero todos estamos de acuerdo de que Sinn Fein esté allá en el terreno y por lo tanto tenemos que respetar su decisión''.

Gabriel Megahey, el ex oficial comando del ERI en Estados Unidos y Canadá, quien cumplió una condena de siete anos de prisión por intentar entregar misiles Stinger al ERI, dice: ``La abrumadora mayoría de la gente con la que hablo, gran parte de ellos ex prisioneros del ERI, están sólidamente detrás de la dirección que el movimiento está tomando. No nos vamos a ningún otro lugar''.

Es muy temprano para pronosticar el resultado del debate entre los irlandeses de Estados Unidos.

Sean Cronin, el veterano corresponsal en Washington del The Irish Times, el rotativo más importante de Irlanda, tal vez tiene la evaluación más precisa: ``Todo dependerá de lo que ocurra en Irlanda; aquí (en Estados Unidos) nunca ha existido una dirección independiente''.

Si el Sinn Fein tiene razón y el acuerdo resulta ser una transición hacia un retiro británico y una Irlanda unificada, no tendrá que preocuparse por su apoyo en Estados Unidos.

Pero si se ve obligado a tomar decisiones poco populares en temas como la entrega de armas del ERI o fracasa en asegurar la liberación de todos los prisioneros políticos, ese apoyo podría deshacerse y hasta evaporarse por completo.


Jim Cason, enviado, Belfast, 23 de mayo Ť Ya para esta tarde varios de los partidos políticos se centraban en la siguiente etapa en el proceso de paz en Irlanda del Norte, aprobado ayer en el referéndum nacional.

El 25 de junio el pueblo de esta región seleccionará a los 108 miembros de la nueva Asamblea local semiautónoma.

Aunque esta asamblea funcionará principalmente al comienzo como un órgano ``sombra'' de los departamentos gubernamentales con sede en Londres que mantiene el poder de decisión sobre las funciones principales en Irlanda del Norte --como seguridad y policía--, se espera que esta clase de decisiones se trasladen con el tiempo a la Asamblea.

Las elecciones para la Asamblea darán a cada uno de los principales partidos una oportunidad para demostrar sus fuerzas reales entre el electorado, y se espera que el pro británico Partido Unionista de Ulster gane más curules que los demás, seguido por los dos partidos nacionalistas más importantes, el Laboral y Social Demócrata y el Sinn Fein, ala política del Ejército Republicano Irlandés (ERI).

Una vez constituida, la Asamblea elegirá a un Ejecutivo de 12 miembros, que incluirá, se espera, a representantes de Sinn Fein.

Otros elementos claves del acuerdo aprobado son: fin de toda práctica discriminatoria y un acuerdo del gobierno de Irlanda del Norte de aceptar y respetar la Comisión Europea de Derechos Humanos, la liberación de todos los prisioneros detenidos por actividades paramilitares en dos años, aunque Londres se reserva el derecho de no liberar a los miembros de grupos que sigan realizando acciones armada.

Además, el establecimiento de una comisión para estudiar cómo y cuándo se decomisarán las armas de los diversos movimientos armados.

El acuerdo sugiere que el desarme debería realizarse en los próximos dos años, pero es deliberadamente ambiguo sobre exactamente cuándo y cómo.

Los unionistas pro británicos insisten que implica una entrega de armas activa, mientras que el ERI sostiene que la prueba más importante es si se produce un fin de las acciones armadas.

Sin embargo, se incrementará la presión sobre el ERI para entregar algunas armas.

El acuerdo votado también prevé el establecimiento de una comisión para el futuro de la fuerza policiaca altamente partidista conformada por oficiales de la comunidad protestante.

El ERI ha acusado a esta fuerza de trabajar con escuadrones de la muerte que operan en las zonas católicas, pero el acuerdo no especifica un calendario preciso ni medidas explícitas sobre cómo cambiar esta fuerza de seguridad; reducción de tropas británicas en Irlanda del Norte, pero de nuevo no hay un calendario fijo.

Los miembros de la Asamblea también determinarán cuándo y cómo se establecerán órganos transfronterizos sobre asuntos de ``interés mutuo'' con funcionarios de la República de Irlanda.

Estos órganos serán en realidad comisiones de ``toda Irlanda'' supervisados por un consejo ejecutivo formado por miembros del Ejecutivo de Irlanda del Norte y el Parlamento irlandés.

El acuerdo establece que estos órganos deberían empezar funciones en octubre de 1998, pero siguen como asunto en disputa ya que algunos los perciben como un primer paso hacia la unificación con Irlanda.

Asimismo, el acuerdo de todos los partidos de que la decisión sobre si Irlanda del Norte debe permanecer como parte de Gran Bretaña o integrarse a la República de Irlanda se determinará por la voluntad de la mayoría de su población.