¡EUREKA!
Juventud, abuso del alcohol y dependencia
Entrevistas aplicadas a 27 mil 616 personas en Estados Unidos arrojaron datos esclarecedores que relacionan la edad en la que se comienza a beber con las probabilidades de alcoholismo o dependencia. El patrón encontrado se aplica sin importar zona, color, sexo ni antecedentes familiares de alcoholismo.
Quienes tienen problemas serios con el alcohol comenzaron a ingerirlo durante la niñez o en la cúspide de la adolescencia. Los jóvenes que beben desde antes de los 15 años están cuatro veces más expuestos a la dependencia, respecto de aquellos que empezaron a los 21. El abuso -menos severo que el alcoholismo, pero también perturbador- se duplicó entre los que comenzaron antes de los 15, respecto de los que beben de más hacia los 21.
La dependencia decreció conforme aumentó la edad en la que se empezó a beber: 40 por ciento de los que comenzaron antes de los 15 se volvieron dependientes, contra 25 por ciento de los que se iniciaron a los 17 y 10 por ciento de quienes tuvieron su primera borrachera a los 21 o 22. Curiosamente, las personas que beben desde los 23 o 24 años, tuvieron porcentajes altos, 14 y 15 por ciento.
Ahora los científicos saben: a) las personas que abusan del alcohol tienen problemas emocionales (sobre todo quienes comienzan entre los 23 y 24 años; b) el alcohol tiene estrechas relaciones con tendencias depresivas o violentas, y c) la influencia es dramática entre más temprana sea la primera ingesta. Los estudios posteriores se orientan a conocer si el alcohol induce cambios cerebrales que fomentan los problemas con la bebida después.
Por último, los científicos afirmaron que cuando los niños, adolescentes y jóvenes tienen hábitos y actividades constructivos, se mantienen alejados del alcohol. Es de sentido común procurar mantenerse ocupados. (Rocío Incera)