Zedillo: la era de conflictos poselectorales va quedando atrás
Rosa Elvira Vargas Ť En México se han logrado construir las condiciones esenciales de una normalidad democrática y hoy van quedando atrás los días en que las elecciones significaban conflictos posteriores y falta de credibilidad, aseguró el presidente Ernesto Zedillo, un día después de la realización de comicios municipales en Yucatán, así como de varios procesos partidistas internos para la elección de candidatos a gubernaturas y alcaldías.
Al reunirse con los integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de México, el mandatario destacó también que en este país el pueblo no se rinde a las adversidades y sabe unirse ``para enfrentar las dificultades, para defender su soberanía''. Insistió en la lucha que se libra para fortalecer el estado de derecho, pues existe la determinación de lograr una nación de leyes, donde no tengan cabida la impunidad, la corrupción y la inseguridad.
El Presidente indicó que México tiene una auténtica división e independencia de poderes. Se avanza también hacia un nuevo federalismo que es ya una realidad en muchos aspectos y ``llevará a contar con autoridades locales más fortalecidas para tener ahí, en el lugar mismo de las demandas, de la gente, capacidad para dar respuesta a esas demandas''.
En el recuento del estado del país que acostumbra hacer cuando se reúne con organizaciones gremiales, el titular del Ejecutivo subrayó también que su administración ha comenzado ``un proceso profundo'' de transformación de las instituciones responsables del bienestar y la seguridad social, ``para enfocar mejor sus esfuerzos hacia la población que vive en peores condiciones de marginalidad''.
``Las dificultades no desaniman''
De manera especial, dijo, se llevan más recursos a las comunidades indígenas con respeto a su cultura, a sus costumbres y a sus propias decisiones. Destacó que si bien aún falta mucho por hacer, las dificultades no desaniman a los mexicanos, pues las conocen, las entienden y tienen instrumentos para superarlas.
Como la semana pasada ante miembros de la industria de la construcción, Zedillo señaló que este año habrá más obra pública por inversión directa y la que se financia de manera privada respecto de 1997.
Indicó que los datos recientemente revelados sobre el crecimiento del sector de la construcción y el repunte en el empleo no pueden ser, empero, motivo de triunfalismo, sino que deben servir de aliento ``para perseverar en el camino''.
En una ceremonia realizada en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, el Presidente insistió en el cambio estructural que impulsa su gobierno, pues de ese modo se deja atrás la idea y la práctica de un país cerrado a las corrientes económicas mundiales, de un estado populista y paternalista y de una sociedad pasiva.
Hoy se trabaja, aseguró, para dar a los mexicanos la certidumbre de que llegarán al próximo siglo en condiciones de estabilidad, de crecimiento, de creación de empleos y de mayor bienestar para toda la población, sobre todo para quienes viven en condiciones de pobreza.
En su turno, el dirigente de los ingenieros civiles, Luis Ramos Lignan, alertó sobre el impacto que en la actividad económica y profesional podrá tener el recorte presupuestal derivado de la caída en los precios internacionales del petróleo. Aplaudió, sin embargo, la determinación del gobierno federal de hacer que tanto Pemex como la CFE liciten este año con empresas nacionales hasta 40 por ciento de sus obras grandes.
Propuso también dar énfasis a las inversiones en mantenimiento y conservación de infraestructura y la generación de una amplia canasta de proyectos; demandó adecuar el marco jurídico que rige el quehacer profesional de los ingenieros civiles y se sumó a la petición de que se reforme la ley vigente sobre obras públicas.
El dirigente de los ingenieros se refirió casi al final de su discurso al anhelo y aspiración de los mexicanos de una paz absoluta y permanente, la cual debe sustentarse en una justicia social que tenga como columna vertebral la educación y un desarrollo económico sostenido. ``A nadie interesan más los derechos humanos de los pueblos indígenas que a nosotros los mexicanos y a nuestro gobierno'', expuso.