Astillero Ť Julio Hernández López
Las erupciones cutáneas que hoy afean el rostro de la economía mexicana son manifestaciones de desarreglos, enfermedades y crisis internas agravadas, si se quiere, por factores externos, pero esencialmente relacionadas con lo interno.
No puede ser sana una economía sustentada, como la mexicana, en la especulación, la iniquidad, la explotación y las corruptelas. Por ello, los tambaleos de ayer del peso y de la bolsa de valores (con todo lo que en ellos influyesen movimientos a la baja de bolsas extranjeras) son síntomas claros del nivel crítico al que ha llegado el esquema neoliberal impuesto a los mexicanos durante los sexenios de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari, y en el lapso que lleva como presidente Ernesto Zedillo.
Hoy, ese esquema ha llegado a un punto alto (todavía no al máximo) de crisis, entre otras causas porque la estructura de representación política virtualmente monopartidista que la sustentaba ha sido modificada (un Congreso federal más plural, sobre todo en la Cámara de Diputados, y un presidencialismo acotado) y porque el margen de empobrecimiento y explotación de los mexicanos ha llegado ya a extremos peligrosos.
Por esas causas (pluralidad política, crisis económica e irritación social) la prudencia aconsejaría a quienes hoy manejan el poder político y económico que hiciesen una revisión serena del costo que tendrá el prolongamiento de la tiranía económica a la que han sujetado a los mexicanos durante más de 15 años.
Hoy, los mexicanos están cansados de las rutinarias promesas de tiempos mejores nunca alcanzados, y están profundamente indignados por los niveles de empobrecimiento a los que han sido llevadas las mayorías a cambio de producir algunos cuantos supermillonarios de Forbes y de salvar con su sudor y desgracia las fortunas de los banqueros mediante Fobaproas y demás menjurjes lavadores a nivel doméstico de fallas y raterías de los hombres de los grandes capitales.
Pero, en lugar de revisar y corregir, de entender y suavizar, los tecnócratas en el poder creen que las crisis se pueden resolver con declaraciones mentirosas o con futurismos engañabobos. Así, en Monterrey, el secretario de Hacienda, José Angel Gurría, ha declarado que las variaciones en el tipo de cambio del peso mexicano frente al dólar son atribuibles a impactos económicos externos.
Gurría fue más allá, al declarar que la manera como se han abordado y enfrentado los problemas económicos en México, inclusive los imprevistos, ``debe ser motivo de confianza y debe darnos los elementos para decir que en el año 2000 habrá una transición tranquila, con una economía en crecimiento, con una situación de estabilidad''.
Y es que, añadió Gurría sin que por su rostro asomara una pizca de rubor: ``los temas que podrían haber dado lugar a inestabilidad o crisis han sido atendidos y se han resuelto''.
Así es, señor secretario de Hacienda, anterior canciller y negociador de la deuda externa mexicana, ``han sido atendidos y se han resuelto'' los temas de las decenas de millones de mexicanos que viven en la miseria; de los millones de mexicanos que perdieron casas, automóviles y propiedades mediante redocumentaciones de deudas bancarias; de los millones de ciudadanos sin empleo; de los niños de la calle; del ejército de vendedores, lanzafuegos y lavadores de parabrisas en las esquinas de las ciudades; de los campesinos sin créditos ni apoyos, ahora dañados por los incendios forestales; de los pequeños empresarios e industriales atrapados en las redes de las tasas de interés y los requerimientos fiscales; de los mexicanos sin trabajo obligados a dejar su patria para mantener a su familia, o a quedarse aquí para robar y asaltar...
Y respecto a las causas externas:
¿Sólo son los factores externos, como las crisis en Rusia y en la región asiática, los que postran a una planta productiva que no genera riqueza ni empleos, a un sistema financiero sustentado en la especulación, a un gobierno débil y confuso, y a una sociedad sumida en la miseria y la inseguridad?
¿Externas serán también las consecuencias de las apresuradas correcciones hechas ayer a los mercados bursátil y cambiario, mediante inyecciones de dinero público, escamoteando aún más recursos al enflaquecido presupuesto y trasladando ese dinero a las cuentas de los grandes especuladores?
Renuncias, encuestas y nerviosismos favorecen a Monreal
El martes pasado se dieron a conocer dos peculiares renuncias partidistas en Zacatecas. Por un lado, dejó el PRI el líder de los burócratas de la entidad; por otro, abandonó el PAN un regidor del ayuntamiento de Zacatecas que además es funcionario del comité estatal blanquiazul. Ambos representantes decidieron apoyar a Ricardo Monreal como candidato a gobernador.
Felipe de Jesús Martínez Gallo, dirigente del Sindicato Unico de Trabajadores al Servicio del Estado, Municipios y Organizaciones Paraestatales, dijo que renunciaba a 20 años de militancia en el PRI porque no le gusta el tipo de política que está realizando el tricolor en la entidad, intimidando al pueblo en general y en particular a los burócratas. Aseguró que se está presionando y amenazando a sus compañeros por simpatizar con partidos adversos al PRI.
Jorge Muñoz Franco, regidor del ayuntamiento de la capital zacatecana y secretario de Relaciones del comité directivo estatal del PAN, renunció a este partido y se sumó a la alianza ciudadana que postula a Monreal para gobernador. Muñoz Franco fue candidato a diputado federal y asesor de la diputación federal panista, y como regidor fue un activo denunciante de relevantes actos de corrupción.
Las renuncias fortalecen la sensación de que Monreal se encamina hacia una clara victoria sobre el priísta José Olvera. Andrés Manuel López Obrador, en una entrevista para el diario zacatecano Imagen, aseguró que conforme a las encuestas en su poder, el PRD va dos a uno por encima del PRI. Ese mismo diario ha publicado de manera destacada un presunto documento interno del PAN en el que se reconocería que ``el enemigo a vencer'' es Monreal, y que el blanquiazul corre el riesgo de caer al tercer lugar electoral en la entidad.
El propio candidato priísta Olvera ha dado muestras, a 40 días de la elección, de desear sacudirse inercias y corregir errores. En el municipio de Juan Aldama, por ejemplo, mostró enojo por deficiencias logísticas y por actitudes de sus correligionarios. Luego de escuchar desde una tarima especial varios discursos tradicionales de apoyo a su candidatura, Olvera bajó cuando le tocó cerrar el acto y, sin micrófono, al nivel de los asistentes, les preguntó: ``¿A qué venimos a una reunión de nuestro partido si no escuchamos nada? ¿Alguno de ustedes entendió lo que se decía en el sonido? ¿Verdad que no? Bien, por eso me bajé''.
Pero no sólo eso, pues también exclamó: ``¡Vengo a invitarlos a una lucha política, no vengo a escuchar discursos bonitos! Es tiempo de que acabemos con la simulación (...) son las tres de la tarde, una hora totalmente inoportuna para hacer reuniones de partido y, sin embargo, ustedes están aquí esperándonos''. Otra frase reveladora fue: ``Estoy en contra de lo que está pasando en el partido''.
Mi no entender...
Víctor Cervera Pacheco fue entrevistado por reporteros luego que depositó su voto en Mérida, el domingo recién pasado.
-A unas horas del proceso se denunció que el PRI estaba repartiendo apoyos -planteó un periodista.
-¿Apoyos? ¿El PRI? No entiendo -respondió asombradísimo el gobernador de Yucatán.
-¿No tiene conocimiento de ello? -se le insistió.
-No podría responderles, porque esa es una actitud de todos los partidos -sostuvo el famoso personaje capaz de convertir bicicletas y máquinas de coser en abundantes votos a favor del PRI.
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