Astillero Ť Julio Hernández López
Un cetemista que sólo terminó la instrucción primaria se ha convertido en preceptor moral y político de la Universidad Autónoma de Nayarit e incendiario promotor de su reforma democrática.
Ofuscado porque los universitarios elegirán hoy a un nuevo rector que todo indica no será, como eran sus deseos, un compadre o su dentista personal, el gobernador Rigoberto Ochoa Zaragoza ha emprendido una despechada batida cuya primera víctima ha sido el antaño intocable concepto de la autonomía universitaria.
Cual dirigente sesentaiochero, Ochoa Zaragoza ha declarado que es ``una arbitrariedad'' el que ``sólo'' 132 consejeros decidan el destino de los más de 25 mil integrantes de la comunidad universitaria. Por ello exhortó a los candidatos a rector, entre los que figura su dentista personal Eusebio Martínez Sánchez, a que ``agiten'' a los estudiantes para que decidan el proyecto de universidad que desean.
Educado tan sólo en la vieja escuela del cetemismo (que lo llevó mediante cuotas corporativas a ser diputado, senador y gobernador, cargos en los que siempre se distinguió por sus dislates declarativos y operativos), dijo abiertamente: ``He recibido muchas quejas en contra de Javier Castellón, por ser el candidato oficial de la universidad, y se están gastando sumas fuertes de la máxima casa de estudios en su campaña, que podrían emplearse en programas universitarios, y eso ya está manchando el proceso''.
Y ya encarrerado, el tocayo del personaje central de Los cuadernos de don Rigoberto, escrito por Mario Vargas Llosa, se fue contra los consejeros universitarios que elegirán al nuevo rector: ``No se puede decir que sean incorruptibles, ya que con un desayuno, una comida o unas cervezas hacen compromisos que enajenan sus voluntades, de tal manera que no merecen representar a un conjunto y decidir el cambio de autoridades de la universidad''.
Tan conocedor se mostró el cetemista de los métodos de compra de votos, que aprovechó la oportunidad para demostrar que no promueve la candidatura de su dentista Eusebio Martínez Sánchez, pues ``si así fuera, ya tuviera una gran estructura con camiones, comidas, borracheras y hasta el PRI estaría participando en su campaña; pero como todos saben, (la de Eusebio) es una campaña muy pobre, no tiene penetración, y en cambio si fuera parte del gobierno superaría la campaña de Castellón (el candidato del Grupo Universidad, actualmente en el poder)''.
Don Rigoberto, que no tiene mayor título que el de ser ``egresado del Instituto de Educación Obrera'', según su currículum oficial, consideró que no hace falta educación escolar para ser un buen consejero universitario, ya que ``pasaron por la preparatoria, algunos son profesionistas, pero tienen cero educación política, y por eso no saben conducirse con rectitud''.
(A propósito del grado máximo de instrucción escolar del gobernador de Nayarit, la edición de 1992 del Diccionario biográfico del gobierno mexicano lo anota como ``ingeniero mecánico, ITESM, Nuevo León, 1961'', el Directorio de servidores públicos del gobierno mexicano, elaborado por José Angel Pescador Osuna y Eliseo Guajardo, le adjudica ``bachillerato'', y el Libro azul lo menciona como ``ingeniero mecánico, egresado del Instituto de Educación Obrera en la empresa cigarrera La Moderna''. Publicaciones como las mencionadas normalmente se nutren no de investigaciones y verificaciones propias de los datos publicados, sino de los envíos curriculares hechos directamente por los reseñados o por sus oficinas de prensa. Lo cierto es que Ochoa Zaragoza sólo terminó la primaria, cursó unos peculiares estudios, cuyo valor académico se desconoce, en el Instituto de Educación Obrera, y en 1963 participó en un ``curso internacional de altos estudios sindicales'', en Viena.)
Los despechos de don Rigoberto provienen de que no pudo imponer a alguien cercano a su afecto en la rectoría de la universidad nayarita. El grupo universitario en el poder (oficialista, priísta, no contestatario) decidió que Javier Castellón Fonseca fuese el candidato para relevar a Alberto Rivera Domínguez (primo hermano de Manlio Fabio Beltrones Rivera, según versión corriente en Tepic), mientras que el gobernador habría deseado impulsar a José Luis García Basurto, presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, y compadre de don Rigoberto, o a Miguel Madero Estrada, actual subsecretario de Gobierno, o el dentista Eusebio Martínez Sánchez, que es quien finalmente concursa hoy en nombre de los intereses de su paciente.
El desacuerdo entre el gobernador y el grupo universitario hegemónico se produjo, en principio, porque el primero (plena y absolutamente desconocedor de las reglas básicas de la política universitaria) pretendió palomear al candidato al estilo priísta (al final y como mero acto de autoridad), cuando los grupos y corrientes definitorias ya habían aprovechado la tardanza y falta de operación de don Rigoberto para consensar a Castellón Fonseca.
Pero, además, la ruptura también es una muestra oportuna de la pérdida de poder que va teniendo Ochoa Zaragoza (cuyo sucesor será electo en julio del año próximo). Hoy, Nayarit vive ya la fiebre del relevo, no sólo por el calendario electoral que así lo induce, sino por la urgencia social de liberarse de quien ha dado muestra diáfana de los deplorables niveles a los que el corporativismo cetemista puede llevar la digna función de gobernar.
Por el lado del PRI hay siete presuntos aspirantes, según reporta el corresponsal de La Jornada en Tepic, Jesús Narváez: el general y senador Alvaro Vallarta Ceceña; los diputados federales Salvador Sánchez Vázquez y Miguel Angel Navarro; el alcalde de Tepic, Félix Torres Haro; el senador José Luis Medina; el tesorero del Instituto Nacional Indigenista, Antonio Chumacero, y el líder moral de los maestros de la entidad, Liberato Montenegro.
El panorama opositor tradicional no parece presentar riesgos para que el PRI siga en el poder. Por el PAN se habla del presidente municipal de Ixtlán del Río, Salvador Muñoz Hernández, y por el PRD se menciona a Ernesto Navarro González, actual coordinador de sus compañeros senadores.
El único peligro real para el priísmo es, sin embargo, una especialísima escisión del propio tricolor: Antonio Echevarría, considerado el hombre más rico de Nayarit, dueño del grupo Alica, que comprende la Coca Cola, la Chrysler, la Volkswagen, ranchos ganaderos y fraccionamientos lujosos como Ciudad del Valle, por donde pasean residentes de fortunas sospechosas.
La misma riqueza de don Antonio es motivo de dudas y acusaciones: fue secretario de Finanzas de los gobiernos de Rogelio Flores Curiel (el beneficiario de la histórica concertacesión de Porfirio Muñoz Ledo con Jorge Cruikshank, del PPS) y del cetemista Emilio M. González, y durante los dos primeros años de gobierno de Ochoa Zaragoza fue secretario general de Gobierno.
Distanciado de don Rigoberto, y sabedor de que éste lo vetaba como precandidato priísta a la gubernatura, don Toño renunció al PRI y ahora está en pláticas con el PRD y el PAN en busca de ser candidato conjunto a gobernador. Don Rigoberto, siempre claro en su decir, dijo al saber que Echevarría había decidido convertirse en virtual opositor al sistema: ``Que se acuerde que la mayoría de su fortuna la hizo a la sombra del poder''.
El PRD, desde luego, anda pragmáticamente emocionado con la posibilidad de contar con tan izquierdoso candidato, mientras el PAN está vendiendo más caros sus favores, buscando quedarse en exclusiva con el próspero personaje. En el PRD, don Toño tiene como promotor a su socio Ernesto Navarro, un senador más cercano al PRI que al sol azteca, y en el PAN a su comadre, la diputada local Rita Esquivel.
(Por cierto, las elecciones de rector, que serán hoy, serán vigiladas por agentes judiciales, según decisión del gobernador cetemista.)
Fax: 5 12 65 46 Correo electrónico: [email protected]