Repudio en el Congreso al plan texano de un basurero nuclear
Matilde Pérez Ť El Congreso de la Unión rechazó el proyecto, construcción y operación del tiradero de desechos radiactivos tóxicos en Sierra Blanca, Texas, tema que figurará en la agenda de la reunión de la Comisión Interparlamentaria a realizarse del 19 al 21 de junio en Michoacán.
Tras recibir las más de 32 mil firmas de ciudadanos mexicanos que en contra del citado basurero nuclear recabó la organización ecologista Greenpeace, diputados y senadores de PRI, PAN y PRD, de las comisiones de Medio Ambiente y de Asunto.
Fronterizos indicaron que el asunto de Sierra Blanca es uno de los temas prioritarios dentro del apartado ambiental que se tratará con los legisladores de Estados Unidos.
Los senadores Luis Mejía y Ricardo García Cervantes, del PAN, y Martha Lara, del PRI, y la diputada del PRD, Laura Itzell Castillo, leyeron los dictámenes de cada una de las cámaras en los que rechazaron la construcción y operación de ese confinamiento.
En entrevista posterior, la senadora Martha Lara, de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, dijo que los legisladores de ambos países ``tenemos que escucharnos y buscar soluciones por la vía del diálogo y la negociación. Pero si no nos entienden por la vía de la cooperación y colaboración, tendremos que adoptar otros medios para que nos entiendan''.
Indicó que el asunto de la operación Casablanca obliga a replantear la relación con Estados Unidos. ``Vamos a seguir colaborando y cooperando --precisó la legisladora--, pero si hay respuestas claras de los estadunidenses a nuestros planteamientos''.
Al respecto, la vicecoordinadora de la fracción parlamentaria del PRD, Laura Itzell Castillo, advirtió que permitir proyectos como el de Sierra Blanca es ``el principio del racismo ambiental'', por ello es importante que la ciudadanía se pronuncie en contra del mismo y actué con mayor fuerza.
Agregó que es un proyecto que a Texas le significará un ingreso de 50 millones de dólares anuales mientras que para los ciudadanos de ambos lados de la frontera es de alto riesgo para su salud. A las autoridades mexicanas -secretarías de Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y de Energía-- les demandó actúen con menos tibieza.
Por su parte, Alejandro Calvillo, coordinador del Programa de Energía de Greenpeace, informó que las firmas fueron recabadas en seis semanas en la ciudad de México y los estados de Michoacán, Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, México, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Puebla, Tamaulipas y Sonora. Ahora, abundó, toca al presidente Ernesto Zedillo hacer eco del reclamo ciudadano y junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores asumir una actitud más enérgica y actuar para evitar que el proyecto de Sierra Blanca se lleve a cabo y que tras él venga una avalancha de depósitos de desechos peligrosos y nucleares, convirtiendo a la frontera en un páramo tóxico y radiactivo.