La Jornada 29 de mayo de 1998

Zedillo: Morelos no seguirá siendo ``nido de ratas inmundas''

Rosa Elvira Vargas, enviada, Huitzilac, Mor., 28 de mayo Ť Apenas llegó a estas tierras donde los agravios por la inseguridad y la violencia se han quedado marcados en rostros y almas, el presidente Ernesto Zedillo aseguró que no se permitirá que Morelos siga siendo ``un nido de ratas inmundas'' ni ``refugio de criminales despreciables y despiadados''. Se combatirá a las bandas del crimen organizado que ``como triste y dolorosamente ahora lo sabemos'', tenían su asiento en esta entidad.

Esta no es una amenaza de palabra, puntualizó. ``¡Los vamos a llevar a que se pudran en la cárcel!''

La sociedad mantiene sus reclamos. La exigencia ante el mandatario fue por llevar las investigaciones de los hechos delictivos hasta sus últimas consecuencias y castigar a los culpables, sin distingos de ``rango o cargo''.

Esto remitió a nombres y apellidos por todos sabidos y que son ya parte de la historia negra de Morelos.

Personajes que van desde el ex gobernador Jorge Carrillo Olea hasta el ex procurador Carlos Peredo Merlo, o los ex jefes policiacos Jesús Miyazawa y Armando Martínez Salgado, se ligan aquí a apellidos como Arizmendi, Carrillo Fuentes y Esparragoza Moreno. Ahí están los casos documentados, las historias que aún no concluyen, las heridas que nunca cerrarán.

Por su parte, el Presidente reiteró que saldrán de Morelos los narcotraficantes, los secuestradores, los asaltantes. Pero lo harán, prometió, no para emigrar a otros lugares. El Estado mexicano, dijo, tiene ``algunos medios'' y se proveerá de otros para que los criminales encuentren leyes que los sometan.

No se puede tomar tregua ni descanso para extirpar de aquí ``ese cáncer que amenaza la convivencia y que es el principal obstáculo al desarrollo de Morelos''.

Elogios por el acuerdo legislativo

A cada paso, el mandatario ofreció que vendrá a la entidad muchas veces más que en los anteriores tres años. Hoy existe aquí un nuevo gobierno que es producto, señaló, de la madurez y el claro sentido de responsabilidad de las fuerzas políticas de Morelos, especialmente de las que integran el Congreso local. Aquí, dijo, se dio un paso trascendente para iniciar una nueva etapa de reconciliación y progreso.

Pero además de reconocimientos especiales para los partidos y legisladores locales, el Ejecutivo tuvo, en cada ocasión, mención especial para el gobernador Jorge Morales Barud. Indicó que ``por su limpia trayectoria, por su compromiso con el desarrollo de la entidad'', honrará la responsabilidad que le ha depositado el Congreso y tendrá el apoyo del Presidente de la República.

``Jorge Morales y su servidor, con el concurso de todas las fuerzas políticas, ¡vamos a enderezar a Morelos!''

Si bien Zedillo puso énfasis en la necesidad de restablecer la seguridad pública como una vía para impulsar el desarrollo productivo en Morelos, sus encuentros con los habitantes de Huitzilac, de Ayala, de Temixco, de Cuernavaca y los que también vinieron de otros pueblos estuvieron marcados por las exigencias de empleos, de servicios públicos como el agua potable y nuevas clínicas, de espacios deportivos. De todo.

El Presidente quería hoy saludar a la gente, cargar a los niños, bromear con los estudiantes, besar a las señoras, escuchar a los hombres que igual lo felicitaban que le reclamaban soluciones. Por ello, apenas pisó la calle por donde llegaría al nuevo centro de salud de Huitzilac, se encontró con las primeras concentraciones, y con gesto resuelto retiró los mecates y las vallas metálicas que contenían a la gente.

-¡Quiten estas cochinadas, por favor! ¡Retiren estas porquerías! -exclamaba el mandatario, mientras él mismo se encargaba de hacerlas a un lado y tomaba uno de los carteles que portaba, como muchas, una mujer, y en el cual se leía: ``Queremos fuentes de empleo''.

Botas superiores a las de Fox

Y empezó a caminar. Se detenía especialmente con los niños pequeños. Les pedía besitos, les inquiría por sus estudios y luego se encontró con Alonso, de apenas unos seis años, rostro hermoso y ojos negros y grandes. ``¡Qué bonitas botas traes -le dijo el Presidente-. Están más bonitas que las de Fox.''

En su andar, Zedillo también pedía consejos. ``¿Qué vamos a hacer para que llueva?'', le preguntaba a la gente. Más tarde, al salir del centro de salud, ofreció proceder al salvamento de la laguna de Zempoala, ante el llamado de un hombre que con angustia le dijo: ``Ese vaso se nos está secando''. Ahí mismo, instruyó al jefe del Estado Mayor Presidencial, el general Roberto Miranda, para que atendiera la denuncia que le presentó un joven sobre amenazas que ha recibido su familia y el robo de un auto y otras pertenencias.

Contra su costumbre, el Presidente accedió a responder a una pregunta que logró formularle una reportera de la estación Radiorama, no sin antes llamarle ``La Pulitzer'' y ``presumida''. Pero no sería la única que lograría acercarse a él, pues en Ayala, una muchacha que también se dijo ``nueva periodista'', pidió a Ernesto Zedillo le diera la patada del bautizo a la profesión, pero el mandatario solamente respondió con un gesto amable.

Aquí mismo, hizo alusión al reclamo por fuentes de empleo. Admitió que el clima de inseguridad prevaleciente ha cancelado muchas oportunidades y ha privado al pueblo de Morelos de opciones para su desarrollo.

Dijo que dio instrucciones al secretario de Comercio, Herminio Blanco, presente en la gira, para que promueva la instalación de nuevas empresas en la entidad y de lo cual, señaló, deberá rendirle un reporte periódico.

Al respecto, el funcionario indicó en entrevista que en este mismo año podrá impulsarse la instalación de algunas fábricas, aunque para ello previamente tendrán que resolverse varios problemas de infraestructura. Destacó que en el corto plazo existen planes para la apertura de cuatro nuevas empresas que generarían por lo menos cuatro mil fuentes de trabajo.

En este recorrido, el Presidente visitó en Ayala la fábrica de vidrio flotado Saint Gobain de México, así como una más de motoventiladores del grupo Temic y la planta de Cementos Portland Moctezuma.

Luego, en Temixco, puso en marcha nuevas instalaciones de la primaria oficial Lázaro Cárdenas y en la que la SEP invirtió más de tres millones de pesos. Como en todo el recorrido morelense, ese nuevo sol opaco que hoy se conoce y padece debido a los incendios hacía sentir que todo ardía. Los alumnos del plantel recibieron la visita presidencial con algarabía, pero también siguiendo las órdenes de sus maestras y maestros. ``Aplausos, más aplausos, no dejen de aplaudir''. ``Porras, otra porra, que se oigan bien''.

A la salida del plantel y sin que nadie advirtiera por dónde había llegado, se acercó al Presidente, con paso decidido y apoyada en un bastón de madera, Jerónima Alvarado Martínez, de 88 años. No pidió foto, saludo o algo para ella. Fue sólo una frase: ``Señor presidente Ernesto Zedillo, le pido por favor acuérdese de la gente de edad''. Dio media vuelta y se fue con su andar cansado y quizás ya sin la misma seguridad que había mostrado momentos antes, pues preguntaba a quien estaba cerca de ella si no se había visto mal.

Vino entonces el acto para suscribir, casi a mitad del año, el Convenio de Desarrollo Social 1998 para Morelos. A un lado de la pirámide de Huitzilopochtli, en la zona arqueológica de Teopanzolco, y bajo un intenso calor.

Que nadie se acobarde

El mandatario hizo un detallado recuento de los recursos que ya se invierten mediante ese mecanismo, pero como lo hiciera en toda la gira, porque fue esa la intención primordial que lo trajo aquí, insistió en un asunto: ``Tenemos que limpiar a Morelos de ratas inmundas. Vamos a sacar de este estado a los narcotraficantes, a los secuestradores, a los asaltantes, pero no los vamos a llevar a otros estados, ¡los vamos a llevar a que se pudran en la cárcel!'' Para ello, dijo enseguida, se necesita la participación de todos, se requiere la denuncia y que la gente no se deje intimidar ni se acobarde.

``Tenemos que señalar a los criminales, con la certeza de que tendremos el respaldo y la fuerza del Estado. Se logrará responder a los morelenses en materia de seguridad y justicia social''. Entonces, puntualizó que trabajo, diálogo y respeto son la base de la unidad en Morelos y que ello debe lograrse con respeto a quienes piensan distinto y resolviendo las diferencias mediante diálogo y apego a la ley.

Por su parte, el gobernador Morales Barud usó el micrófono para hablar del acuerdo ``histórico'' para la gobernabilidad y la reconciliación que se logró apenas hace diez días, a su llegada al poder tras la renuncia obligada del gobernador electo Jorge Carrillo Olea. Habló de la reforma del Estado y de la revisión del marco jurídico estatal, así como de la elaboración de un programa de trabajo que sea producto de ``un amplio consenso''.

No dejó de lado la necesaria elaboración de un programa emergente de seguridad pública porque, dijo, se trata de un problema que demanda de mayor capacidad de respuesta, lo mismo que de colaboración más estrecha del gobierno federal.

``Morelos -aseguró Morales Barud- no es un estado de conflicto y su gente exige un clima de estabilidad y paz social. Se trabajará para borrar la imagen vergonzante de que aquí se refugian delincuentes y es el paraíso de los narcotraficantes.''

La gira presidencial cerró con una comida en Las Mañanitas. A la mesa de Zedillo y el gobernador fueron convocados los líderes de las fracciones partidistas del Congreso: Víctor Saucedo Perdomo del PRI, Cristina Balderas del PRD, Alejandro Mojica del PCM y José Raúl Hernández Avila del PAN. También ocuparon un lugar ahí el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge A. García; el alcalde de Cuernavaca, Sergio Estrada Cajigal, y el empresario Jacobo Zaidenweber.

Poco usual en estos casos, en la comida hubo discursos. El empresario Manuel Diego Castillo demandó que se lleve hasta sus últimas consecuencias la investigación de los hechos delictivos. ``Sólo poniendo alto a impunidad y corrupción podrá restablecerse la confianza'', expuso.

Zedillo insistió: ``Nuestro mayor reto es combatir con efectividad el crimen organizado. Tristemente Morelos se convirtió, ahora lo sabemos, en asiento de narcotraficantes, en asiento, como triste, dolorosamente ahora sabemos, de secuestradores, de asaltantes. Pero eso se acabará''.


Francisco Guerrero Garro, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 28 de mayo Ť Luego de que el presidente Zedillo se comprometió en una gira por Huixilac a ``erradicar a las ratas inmundas y demás alimañas que han tomado a Morelos como refugio'', dirigentes de partidos y organizaciones mostraron su beneplácito, aunque no faltó quien cuestionara lo dicho por el Ejecutivo y le recordara que ``las ratas las echamos fuera los morelenses comunes y corrientes, y vamos a arrojar más, chicas y grandes, porque aún quedan muchas por allí'', dijeron.

``¿En dónde estaba Zedillo, que hasta ahora se dio cuenta de que Morelos es un nido de ratas?'', preguntó la presidenta del Consejo Político estatal del PRD, Elena de Florencia. ``¿Hasta hoy se dio cuenta, ya que la ciudadanía sacó a Jorge Carrillo Olea del palacio de gobierno? ¿El Presidente no sabía lo que pasaba aquí desde hace cuatro años?'' insistió. La dirigente recordó que al mandatario se le hizo saber desde 1995, a través de denuncias, documentos, quejas y conversaciones personales, ``que Morelos era un imperio del hampa, que un grupo de funcionarios protegía al crimen organizado en la entidad y que los morelenses eran víctimas de una ola criminal sin precedentes. Habría que preguntarle --dijo-- si no se enteró que en 1995 y 1996 hubo cientos de secuestros, miles de ilícitos, que las autoridades protegían a los delincuentes. ¿Nunca le informaron lo que aquí pasaba? Porque a Carrillo lo sacamos los ciudadanos organizados. Lo que pasó en Morelos es una victoria del pueblo, de la ciudadanía organizada, que fue la que sacó a las ratas''.

En tanto, el dirigente estatal del PAN, Adrián Rivera Pérez, afirmó que Zedillo dejó en Morelos un mensaje que podría interpretarse como ``dejen de jugar al policía, que el trabajo de castigar a los delincuentes lo hará la Federación y a conciencia''.

Consideró que Zedillo ``solicitó que se le permitiera colaborar en la entidad para tratar de solucionar de manera definitiva el clima político que se vivió hace unos días''. Este apoyo, afirmó el panista, sería por medio de proyectos y programas de desarrollo. Dijo por último, que espera que el Presidente cumpla lo que prometió a los morelenses

Por su parte, María Cristina Balderas, coordinadora de la bancada perredista en el Congreso estatal, dijo que el mensaje presidencial va dirigido a las personas que se encuentran involucradas en inseguridad e impunidad, especialmente a quienes están protegidos o tienen influencias en las altas esferas del poder.

Graco Ramírez, del Frente Cívico Morelense, afirmó que ``las ratas tienen nombre y apellido y hay que ir tras ellas. Mientras esto pasa, la reconciliación en Morelos debe de ser responsable''.

A su vez, Alejandro Mojica Toledo, diputado local por el Partido Civilista Morelense, consideró que lo dicho por el presidente Zedillo deberá ser tomado en cuenta por los priístas que aún quieren defender a Carrillo Olea, y que el Poder Judicial, cuando se requiera su intervención en el juicio político al gobernador con licencia, deberá ser de cara al pueblo.

Finalmente, Carmen Genis, que a través de Casa Ciudadana de Cuautla inició la lucha contra la corrupción policiaca, opinó que qué bueno que el Presidente está ya rompiendo los esquemas viejos de poder y realmente se decidió a apoyar a la ciudadanía. Afirmó que el distanciamiento o pleito entre Carrillo Olea y Zedillo había evitado que éste viniera a Morelos, pero que ahora será bienvenido cuantas veces quiera.